El entrenador del Villarreal, Javier Calleja, ha explicado, tras vencer (2-0) al Real Valladolid en La Cerámica, que su equipo maduró el partido "con mucho esfuerzo" y que finalmente supieron "sentenciarlo".

"Cuesta mucho y hay que saberlo. Los partidos están muy igualados y nadie regala nada. Sabíamos que había que tener paciencia y que delante teníamos un rival muy serio y muy complicado", ha dicho en rueda de prensa, en declaraciones que recoge Efe, el entrenador del equipo castellonense.

Ha reconocido que tenían ganas de "ganar en casa" porque los resultados refuerzan y considera que estar jornada tras jornada ganando es "muy bueno", si bien ha añadido que deben "tener la cabeza fría, saber que estamos trabajando bien, pero saber que hay que seguir igual en cada partido".

Además, ha ensalzado el trabajo de los jugadores del banquillo, cuya aportación en la segunda parte cree que ha sido "determinante" en el partido, aunque ha agregado que "el desgaste de la primera parte ha ayudado" al desenlace final del duelo porque cree que ese trabajo ha permitido "más cansancio y más espacios en la segunda parte".

"En el banquillo tenemos jugadores desequilibrantes, con talento y esperábamos que iba a costar abrirles y que debíamos tener paciencia. No hemos tenido prisa, y creo que todos lo han hecho como tocaba y para madurar el partido", ha manifestado Calleja.

Al igual que el técnico rival, Sergio González, ha reconocido la incidencia del fuerte calor reinante. "Yo lo he pasado mal por el calor. Esperábamos lluvia y ha salido un día de mucho calor, y eso hace que el partido haya sido duro y a veces ha sido hasta perjudicial", ha dicho en ese sentido.

"Siempre que se gana es una satisfacción y la medalla es para el jugador, ellos son los protagonistas y lo han hecho a las mil maravillas", ha concluido.