Asintomáticos y más jóvenes

D. V.
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El 60% de los positivos no tiene síntomas y la media de edad ha bajado. Valladolid ha registrado, desde el fin del estado de alarma y hasta este jueves, cuatro brotes, con especial preocupación con el de Íscar

Dos chicas sin mascarilla transitando por Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

Asintomáticos y más jóvenes. Éste es el perfil de los positivos en Valladolid desde el final del estado de alarma, el pasado 21 de junio. La provincia llevaba registrados, al menos hasta el jueves, cuatro brotes con 184 positivos. De ellos, el que más preocupaba, como se señala desde la Consejería de Sanidad, es el de Íscar, vinculado a una empresa y que ya superaba las dos decenas de casos. El resto, el de La Cistérniga, el de Delicias y el vinculado a una empresa en la capital se mantenían estables, mientras que el primero, que se declaró en el Río Hortega, se cerró en su momento con 38 positivos. 

Otra de las preocupación de la Consejería de Sanidad es que el 60 por ciento de los detectados son asintomáticos. Además, un colectivo que durante los peores momentos de la pandemia había sido testimonial, el que comprende a los que tienen entre 20 y 29 años, acumula el 15 por ciento de las infecciones de las últimas semanas (el 21,2 son mayores de 70 años).

Valladolid, con un 26 por ciento, acumula la que más contagios en Castilla y León (667). En concreto, de los confirmados desde el 21 de junio, Valladolid suma 184 por pruebas PCR.

En la mayoría de las ocasiones, en un 28 por ciento, los contagios se han dado en el ámbito domiciliario, por lo que también es necesario cuidar las reuniones familiares y no saltarse las normas, se asegura. Mientras, los centros sociosanitarios acumulan un 7,2 por ciento, y el ámbito sanitario un 4,6 por ciento.

Son datos que preocupan a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que alerta de que el virus está comenzado a extenderse por lo que no se puede bajar la guardia, ni saltarse las medidas de seguridad de distancia de 1,5 metros, uso de mascarilla e higiene de manos y respiratoria. Aunque es consciente de que hay «muchísimos jóvenes» que lo «están haciendo bien», pidió a aquellos otros, «a los que parece que no les va a pasar nada» y que se saltan las normas, que siguen saliendo de botellón y no se ponen la mascarilla, que respeten, tanto porque se puede contagiar como porque pueden transmitir el coronavirus a los más vulnerables.