Una saeta en silencio en el interior de La Mota

J.L. (Ical)
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Medina del Campo vive con pasión la procesión del Sacrificio, en la madrugada del Viernes Santo. Este año, la voz de Nemesio Pariente llora la ausencia de la Semana Santa

Una saeta en silencio en el interior de La Mota

Un sonido peculiar y profundo resuena entre las calles más empinadas del barrio de La Mota, una zona popular alejada del casco histórico de Medina del Campo. Una saeta, quizás más habitual en el sur peninsular, se torna en protagonista entre el silencio. Todo el mundo en la Villa de las Ferias conoce la voz de Nemesio Pariente, que posee un chorro que hace más emotivas si cabe a las procesiones en las que participa, si bien la del Sacrificio, con el paso del Cristo de Santa Clara (Anónimo, siglo XIV), en la madrugada del Viernes Santo, la convierte en una de las más seguidas. 

2020 es un año complicado para La Mota y para Pariente. “¿Qué como nos sentimos; pues muy mal”, resume a Ical el cantaor, pues este año deberá llorar desde la distancia la ausencia de Semana Santa, una de las ocho declaradas de Interés Turístico Internacional en Castilla y León.

La Cofradía del Descendimiento es la que encargada de celebrar esta procesión, que empieza a las siete de la mañana en la parroquia de San Miguel Arcángel y atraviesa los barrios de La Mota y Las Claras, pasa por la explanada del Castillo y culmina camino del Convento de las Madres Clarisas, que esperan la llegada de su Cristo. “Entregamos el Cristo a la madre, que es un momento muy emotivo”, sostiene el presidente de la Cofradía, Francisco Torre, que señala que este recorrido, uno de los “más bonitos y arraigados” en la localidad, es aconsejable seguirlo especialmente por las estrechas calles de este barrio popular, donde se escucha y resuena la voz de Pariente.

“Nació con la idea de introducir a la gente de La Mota, en las afueras, en la Semana Santa de Medina del Campo. Lo llevamos con gran sentimiento, no solo nuestra cofradía, sino todo el público. Al principio éramos pocos pero año tras año se suma gente y hay gran solidaridad”, explica Torre, quien insiste en que es una “gran pena no salir este año”. “Son sentimientos que no se pueden expresar porque no vamos a poder disfrutar de ello. Todo el año trabajando para no poder salir”, sostiene el presidente de la Cofradía, quien recuerda que la procesión se celebra desde hace unos 25 años.

Torre recuerda que otro de los hitos que este año no se podrá llevar a cabo es el homenaje que el Descendimiento realiza en la entrada del barrio a las víctimas de violencia de género. “Lo hacemos siempre al pasar justo por el lugar en el que una mujer fue asesinada hace varios años”, destaca.

Una vez en el barrio se desarrolla un Cía Crucis en el que se pide por todos los enfermos de La Mota. “Son momentos de muchos sentimientos”, rememora Torre, quien rápidamente se va al momento protagonizado por el cantaor Nemesio Pariente, “alejado del sonido bullicioso de Andalucía, sino que se le escucha en silencio y no hay ni aplausos”.