Natalia, la vallisoletana que lucha contra el imperio Amazon

M.B
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«Me parece increíble que uno de los hombres que más dinero ha ganado en el mundo me haya arruinado», señala la vallisoletana Natalia Paredes, que ha conseguido que un juzgado admita a trámite una querella contra el gigante americano

Natalia Paredes, dueña y creadora de Liberty Test Farm. - Foto: D.V.

«Me parece increíble que uno de los hombres que más dinero ha ganado en el mundo me haya arruinado» La vallisoletana Natalia Paredes se ha hartado del gigante Amazon. Cuatro años de lucha, infructuosa, contra la compañía de Jeff Bezos han acabado con el cese de actividad de su empresa, LibertyTest Farma, este 2020 y con una querella contra el popular vendedor por internet, admitida a finales de julio a trámite por un juzgado de Madrid, por un supuesto delito contra la propiedad intelectual. «Notaba que me ninguneaban. Llevo sufriendo esto desde 2016 y me han arruinado», repite la vallisoletana.

Todo comenzó ese 2016. O mejor, dicho, en 2010. Hace diez años, Natalia creó y puso en funcionamiento Liberty Test Farm, empresa especializada en la venta de test de embarazo y ovulación. «Se trata de una microempresa a la que dediqué años y un sinfín de horas, fines de semana incluidos», recuerda con melancolía. Ese 2016, con un éxito ya consolidado, gracias a que sus test no crean confusión en sus resultados y no tienen línea de evaporación; y con un plan de expansión para distribuirlos en las farmacias (llegaron a venderse en una treintena), todo empezó a irse al traste. «Me di cuenta porque ese año, la facturación, que hasta entonces aumentaba de manera exponencial cada mes, se paró», relata. Sin encontrar la razón tras comprobar que los posicionamientos en internet eran correctos así como los procedimientos de compra (hasta ese 2016 todo online), dio con el problema casi por casualidad: «Puse el nombre Libertytest en un buscador y me salió un enlace a Amazon».

La empresa, explica Natalia Paredes, «tiene el derecho exclusivo para utilizar en el tráfico económico nuestro nombre comercial, que está acreditado a través del registro de la Oficina Española de Patentes y Marcas y que a todas luces ha vulnerado Amazon al comercializar con nuestro nombre pruebas de embarazo distintas a las nuestras y que ha generado un descenso brutal de nuestras ventas».

Tras comprobar que ocurría en todos los buscadores, logró que estos quitasen la campaña, que Amazon repitió, asegura, de forma más agresiva, unos meses después: «Volví a pedir que se retiraran, me intenté poner en contacto con Amazon, y es casi imposible». A finales de 2018 se repitió el problema: «Yo ya desesperada, descapitalizada, hablé con un despacho de abogados, se les envió dos burofax... y al final optamos por la querella».

En febrero de este año tuvo que poner su empresa en cese de actividad, arruinada: «Hasta he tenido que volver a vivir con mis padres». Reconoce que ha convivido entre la desesperación y la incredulidad de algunos: «Mucha gente no te cree cuando les dices que Amazon está usando tu nombre». La multinacional usaba su nombre pero no vendía su producto: «Muchos pensaban que yo vendía en Amazon y no era así». Además, empezaba a recibir de las compradoras de los test de embarazo adquiridos a través de esa plataforma, una serie de correos electrónicos comunicando quejas, en las que los clientes ponían de manifiesto que el producto que habían comprado a través de la multinacional no cumplía con las características y el nivel de calidad que se anunciaba en la web de LibertyTest.

Por eso, ahora va «a por todas». «Tengo todo el tiempo del mundo. No sé plazos, depende de cada juzgado... de si hay apelaciones. Me da igual», añade consciente de que la batalla judicial ante Amazon puede ser larga. De momento, la querella ha sido admitida a trámite y sin hablar de cifras, tiene claro lo que le gustaría: «Entiendo que lo que debería pasar es que pueda retomar mi vida y mi marca, no la doy por perdida».