Los préstamos de libros crecen en verano

Iñigo Seoane
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El aumento del tiempo libre es la principal razón de los lectores que se animan a leer más libros de las bibliotecas durante la época estival

Los préstamos crecen en verano

Gran parte de la población dispone de mucho más tiempo libre con el verano, sobre todo los jóvenes. Las bibliotecas notan ahora un repunte en el servicio de préstamos que ofrecen durante todo el año. La falta de tiempo es el motivo principal por el que los lectores declaran no leer libros. Hasta un 50% no se acerca a la literatura con mayor frecuencia por esta causa, según el estudio Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). 

Si durante los primeros seis meses del año la media de libros prestados en la red de bibliotecas municipales de Valladolid se acerca mensualmente a nueve mil, en julio y agosto se superan las cinco cifras. Incluso otros años el incremento ha sido mayor. Uno de los motivos de un menor aumento podría ser que la Biblioteca ‘Santiago de los Mozos’ de Parquesol ha permanecido tres semanas cerrada por obras. Lucía Domínguez Gago, de la Biblioteca  Parque Alameda, explica que los usuarios de Parquesol se han repartido entre la Biblioteca Rosa Chacel en la plaza Juan de Austria y en la que ella trabaja. «Algo se habrá perdido pero habrá sido poco porque se avisó con tiempo», declara.

Además Domínguez ha trabajado antes en otras bibliotecas y desde la experiencia afirma que en verano es normal que el préstamo «aumente muchísimo». «La gente lee durante todo el año, pero en verano tiene más tiempo e igual se llevan más libros, incluso llegan hasta cinco, que son el límite», comenta. Lo que sí se mantiene durante el verano es la costumbre de recoger los libros y llevárselos a casa, siendo los niños de los pocos usuarios que sí que leen en las bibliotecas. 

Entre los usuarios hay mucha variedad. Jesús Rodrigo, por ejemplo, es asiduo a Parque Alameda pero especifica que este verano ha leído más porque ha permanecido en Valladolid. Lucía Alonso, en cambio, lee mucho durante todo el año. Por eso prefiere adquirir los libros de la biblioteca a comprarlos y simplemente ha mantenido el hábito porque sigue estando «liada». Y Andrés Rubio tiene un afán por la lectura que le es complicado mantener mientras está en la universidad. «Durante el curso leo un libro de interés propio cada mes y medio por ejemplo, y ahora en verano con todo el tiempo libre que tengo en comparación, aprovecho y leo mucho más», concreta agradecido por la variedad y disponibilidad que se encuentra en la biblioteca.

Novedades. «Con diferencia lo que más se lee todos los meses son las novedades», asegura Domínguez que no le sorprende que para muchos sea la sección más importante de una biblioteca. Además existe un interés único y propio en las novedades porque cuando los libros al mes salen de esa sección, muy pocos consiguen seguir despertando el interés del usuario,  «como mucho solo tres aguantan». Anualmente se incorporan a las bibliotecas de Valladolid poco más de un 10% de todos los libros que se publican en España.

Antonio María Ávila, director ejecutivo de la FGEE, no niega el incremento veraniego de los préstamos pero matiza que cuando se tratan los datos anuales nacionales, todo se ve «más homogéneo». Resalta que el préstamo de libros es la «naturaleza» de las bibliotecas y que estas son «el centro cultural más visitado de España». Otro dato desprendido del estudio mencionado al principio es la valoración de los centros, que en Castilla y León con un 8,3 se sitúa dos décimas por encima de la media nacional.