El sarampión se caracteriza por la aparición de manchas rojizas en la piel, fiebre y malestar, pero, si se presentan complicaciones, puede llegar a causar inflamación en los pulmones y en el cerebro, cuadros que se agravan sobre todo en los casos de contagios entre adultos. Precisamente por ello, el Ministerio de Sanidad lanzó en septiembre una recomendación para que todos los nacidos entre 1970 y 1980 sin una historia vacunal clara –sin tener la certeza de haber sido vacunado de la triple vírica– tenían que acudir a vacunarse: «Se trata de dos dosis, que tienen que estar separadas por al menos un mes», especifica la directora general de Salud Pública, quien apunta que esta llamada a la vacunación llegó a provocar un desabastecimiento.

«A partir de septiembre, cuando salió la noticia, hubo una demanda importante con muchas personas acudiendo a los centros de salud para la actualización del calendario vacunal y esto originó un problema, porque la estimación de vacunas se hace para cubrir el calendario vacunal, en casos de brotes, para vacunar a profesionales y para los viajeros internacionales… Esta noticia generó una demanda en toda España que en determinadas comunidades provocó un problema de desabastecimiento, por lo que hubo que establecer prioridades a la hora de la vacunación». En la provincia de Valladolid, el número de dosis administradas durante septiembre, octubre y noviembre, en personas nacidas entre 1970 y 1980 fue de 749, el 40% de las totales.