Editorial

El Gobierno da una patada a seguir en la factura de la electricidad

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Mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió ayer la mesa de diálogo con la Generalitat de Cataluña, el coste de la electricidad para los hogares y empresas españolas continúa con su escalada y hoy marcará un nuevo récord histórico, el enésimo en prácticamente un mes. El precio de la electricidad se situará hoy en un nivel de 188,18 euros el megavatio hora (MWh), después de conocer el resultado de la subasta de ayer. Con este precio de la energía, la situación no está ni mucho menos calmada. Las compañías eléctricas sufrieron ayer la continuación de su caída en bolsa, en algunos casos de hasta el cuatro por ciento, por lo que el agujero económico que el anuncio del Gobierno les puede haber generado se cifra ya en unos 2.400 millones de euros.

El Consejo de Ministros aprobó unas medidas para abaratar el recibo de la luz coyunturales y muy limitadas en el tiempo. La mayoría de los expertos en el mercado energético aseguran estos días que el ahorro de los próximos meses será repercutido en 2022 en las facturas de los hogares y empresas, sobre todo pymes, con lo cual las medidas gubernamentales se convierten en una patada a seguir que pospone el problema del encarecimiento de la electricidad, pero no lo resuelve. La fórmula de priorizar al ciudadano frente a las compañías eléctricas parece que tiene un trasfondo que no acaba de convencer a los inversores, que castigan a las compañías eléctricas en bolsa.

El paquete de medidas aprobado por el Gobierno es de urgencia, porque el recibo de la electricidad marca una continua subida y esta circunstancia provoca un desgaste diario al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Sin embargo, las medidas gubernamentales deben ser tajantes y, sobre todo, eficaces, no una patada a seguir que después repercutirá al ciudadano a partir del mes de abril -al final el pagador sigue siendo el mismo, el consumidor final-, como es el caso del gas.

La tensión llega hasta tal punto que las compañías eléctricas amenazan con dejar de producir energía desde las centrales nucleares, un hecho que puede calificarse de «chantaje» hacia el Gobierno. Sin embargo, el Ejecutivo debe diseñar nuevas medidas para que las familias y las empresas no tengan apuros para poder pagar sus facturas de servicios básicos. Todos los ministerios involucrados deben ponerse manos a la obra para detener cuanto antes la escalada del precio de la electricidad, porque de lo contrario muchas familias se quedarán atrás en la antesala de la recuperación económica que todos los expertos vaticinan en España para el próximo año. No hay margen de tiempo para afrontar este problema y debe ser una prioridad verdadera y no la mesa de diálogo de Cataluña.