Al menos 40 personas han muerto y más de 4.400 han sido detenidas desde el comienzo de las protestas contra las autoridades de Kazajistán, según un nuevo balance del Ministerio del Interior.
De acuerdo con las estimaciones, recogidas por el diario Vlast, entre los detenidos hay once instigadores de los disturbios en el país, que el Gobierno ha achacado a la intervención de "terroristas" bajo influencia extranjera.
Entre los fallecidos se encontrarían miembros de las fuerzas de seguridad, según apunta la agencia DPA, así como un niño de 11 años tras sucumbir a la herida de bala en la cabeza que recibió el miércoles, de origen no confirmado.
Los disturbios en Kazajistán emergieron a partir de una protesta en los precios del gas licuado, fundamental para los desplazamientos en coche por el país.
Las manifestaciones comenzaron en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, antes de extenderse por todo el país, en particular por el núcleo financiero de Almaty, ahora mismo bajo estado de emergencia