Nadie imaginaba hace un año, cuando tuvo lugar la entrega de los premios Goya el 25 de enero de 2020, con toda pompa y celebridad, que apenas un mes y medio después el mundo entero -incluida España- se iba a detener en seco: iba a cesar de forma abrupta cualquier actividad que no fuese esencial. Y que esas consecuencias iban a persistir 12 meses después en mayor o menor grado a causa de la pandemia del coronavirus.

Este año, con una industria cinematográfica al ralentí, unos cines ora abiertos ora cerrados y una actividad cultural bajo mínimos tiene lugar esta noche la 35 edición de los premios del cine español. Se trata de una fecha pospuesta a la cita habitual de los Goya, que suele celebrarse a finales de enero o principios de febrero. En cualquier caso, la ceremonia de entrega, los galardonados y el espectáculo del séptimo arte estarán sobre el escenario, aunque de forma muy diferente, de manera telemática. 

La gala de los COVID, como adelantó uno de sus presentadores, Antonio Banderas, «estará marcada por la incertidumbre de celebrar un gran evento en plena crisis sanitaria» y con la incorporación de los nominados vía telemática desde sus casas, pero con la entrega de los premios y la presentación de las actuaciones desde el teatro Soho CaixaBank de Málaga, una ciudad que acoge este evento por segundo año consecutivo.

El camino hasta llegar a esta ceremonia ha sido largo y, de hecho, se tardó en fijar una fecha. Además, hasta el pasado mes el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, no anunció que los nominados no acudirán a la celebración.

«Tenemos que ser realistas y vamos a hacer una gala híbrida, con directos y telemática. Hay que cumplir todos los protocolos. La pandemia se recrudece por momentos y no sabemos cómo llegaremos al 6 de marzo», explicaba hace unos días Banderas, uno de los directores de la ceremonia.

Por el momento, se sabe que prácticamente casi todos los nominados asistirán de forma telemática -puede darse el caso de que un nominado presente un premio y, en ese caso, sí acudiría-. 

Tampoco se contará con la presencia in situ de representantes políticos. Desde la Academia ya confirmaron a diversas autoridades que la edición de este año apostará por la gala televisiva y, por lo tanto, no habrá nadie de público.

Algunos de los nominados como Icíar Bollaín (La boda de Rosa), Cesc Gay (Sentimental), Salvador Calvo (Adú), David Pérez Sañudo (Ane) y Pilar Palomero (Las niñas) coincidieron en resaltar su «pena» ante la celebración de una gala en este formato, aunque esperan que el resultado televisivo sea «un espectáculo».

Además de los artistas que participen en los espectáculos en directo de la gala, también estarán presentes aquellos que entreguen los cabezones. «Es un número relativamente pequeño y es más fácil de controlar», justifica Banderas.

Elegante y sobria

La ceremonia de entrega de los Goya de este año lleva organizándose desde principios de febrero con el objetivo de buscar una fórmula perfecta para unir al ganador con el premio y que no parezca una gala fría y a distancia. 

«Los Goya son la fiesta de los cineastas y un programa televisivo. Lamentablemente la primera no podrá celebrarse, por suerte la segunda sí. De forma telemática asistirán los nominados, aunque habrá espectáculo. Y cada ganador podrá agradecer y celebrar su premio en directo», explica María Casado, copresentadora del evento. 

Como suele ser habitual en estas entregas, la Academia hará también un reconocimiento expreso «a los compañeros del cine que se han marchado antes de tiempo», destaca Banderas, quien además hará el monólogo inicial del espectáculo.

Respecto a las actuaciones que podrán verse a través del televisor, se sabe que estarán sobre el escenario Aitana, Vanesa Martín y la Orquesta del Soho, entre otros.

Seguro que a pesar de las restricciones y de las limitaciones, la fiesta del cine ofrece un gran espectáculo repleto de sorpresas y con alguna que otra lágrima de alegría.