«Noté la bocanada del paciente y supe que estaba contagiada»

A. G. Mozo
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Susana de Pablo es la enfermera-coordinadora de la unidad de Trasplantes y se infectó durante su estancia en la UVI, apoyando a sus compañeros durante 18 años

Susana de Pablo, enfermera-coordinadora de la unidad de Trasplantes. - Foto: J. C. Castillo

Susana de Pablo es un enfermera gallega de 49 años que acumula ya cerca de tres décadas de experiencia, más de la mitad en el Hospital Clínico de Valladolid, a donde llegó en 1997. Es enfermera-coordinadora de Trasplantes, pero no dudó en dejar su despacho en la segunda planta para volver a esa UVI en la que se había pasado 18 años, justo cuando la presión asistencial se hacía ya «insoportable» y su experiencia era un regalo en tiempos de improvisación ante un «bicho malísimo», como dice ella, y que también le acabó contagiando a través de «unas gafas que estaban mal», resume sin darle demasiado boato.

Habla de ello como el que lo hace de un resfriado, en lugar de un virus desconocido y que acumula miles de víctimas por todo el mundo. «Al principio tuvimos problemas con el material y todo era bastante caótico, con mucha sobrecarga. Cuando llegué a la UVI, me puse unas gafas que no estaban bien, pero, claro, no me di cuenta hasta que no noté la bocanada de aire del paciente en los ojos, porque justo estaban rotas esas gafas, y ya supe que me había contagiado en ese mismo momento porque se trataba de un paciente diagnosticado con covid», recuerda De Pablo Leonardo.

«He sido uno de los casos leves, pese al positivo, ya que se me manifestó solo como una conjuntivitis bilateral, aunque también padecía cansancio, dolores musculares... pero no fiebre, eso sí». El contagio llegó a los cuatro días de volver a trabajar en la UVI y el positivo la dejó catorce días «sin poder ayudar» y aislada en su domicilio, algo que admite que fue «lo más duro»: «Por un lado, por la impotencia de no poder trabajar, a pesar de que me encontraba bien. Y, por otro, por tener que permanecer encerrada en una habitación sin poder acercarme a mis hijos y mi marido»

«Yo no he tenido miedo, solo el miedo a contagiarles a mis hijos, que eso ha sido una experiencia muy mala. Esto ha sido lo peor que he vivido en mi experiencia laboral. Ha sido todo muy desagradable, con la UVI duplicada y con una sobrecarga de trabajo importante, ver que llegaban pacientes en un estado muy malo, la incertidumbre, ver el miedo en los pacientes, en personas que se incorporaban a la UVI y que, en muchos casos, era su primer trabajo...», confiesa Susana de Pablo.

Esta experimentada enfermera no busca culpables por esta situación vivida en los hospitales, puesto que «ha cogido a todos desprevenidos, en todos los estamentos». «Ir a trabajar a la UVI era como ir a trabajar al frente, a una guerra. La sensación tiene que ser muy parecida. Las condiciones de trabajo eran adversas, con el EPI, sin poder beber, sudando muchísimo, con gafas, con doble mascarilla, con bata impermeable... Además, trabajando a destajo», recuerda la sanitaria.

«Al principio estábamos sobrepasados por el desconocimiento ante lo que pasaba y luego por ver que solo se iba a peor, con cada vez más trabajo, con pacientes que llegaban cada vez más graves...», añade.

Susana de Pablo reconoce que todos lo han pasado «muy mal»: «Trabajas durante siete horas dándolo todo, pero cuando sales te caes, te hundes... y, claro, al día siguiente, hay que volver y vuelves con el mejor de los ánimos... Pero ha sido muy duro».

«Hay compañeros que aseguran que ellos no saben si soportarían una segunda ola de la pandemia», aunque, en cambio ella ve el futuro con optimismo, a pesar de todo: «Si hubiese un repunte, sabríamos mucho mejor a qué nos enfrentamos y estaríamos mejor preparados. Además, quiero pensar que, en ningún caso, sería de la misma intensidad de lo vivido».

«Una de las cosas más duras ha sido el ver a un compañero como Nicolás Hidalgo peleando por vivir. Me despertaba por la noche con pesadillas pensado que él había fallecido en la UVI. Ver así a un compañero por culpa de ese bicho maléfico...».