El número de jóvenes en edad de trabajar cae un 14% en 20 años

Agencias
-

Los españoles menores de 25 años empleados y en paro se redujeron de los 568 millones en 1999 a los 497 de 2019, y cada vez son menos los que cursan estudios o reciben formación

El número de jóvenes en edad de trabajar cae un 14% en 20 años

En el complejo equilibrio de la balanza laboral existen, como en otros muchos ámbitos, ciertos colectivos más vulnerables a las fluctuaciones y proclives a salir perjudicados. Es el caso de los menores de 25 años que, en cuestión de empleo, suelen ser un blanco fácil del llamado empleo basura. Ante esta realidad, el número total de jóvenes que participan en la fuerza de trabajo, los que están ocupados y en paro, ha disminuido un 14,29% desde 1999, pasando de los 568 millones que existían en 1999 a los 497 en 2019. Así se desprende de un estudio sobre tendencias mundiales del empleo juvenil realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que refleja, no obstante, que en este período de tiempo, esta franja de población mundial ha aumentado de 1.000 millones a 1.300. La tendencia, según el informe, muestra la creciente matriculación en instituciones de educación secundaria y superior, "lo que en muchos países se traduce en una fuerza de trabajo mejor cualificada".

Este análisi también destaca el gran número de menores de 25 años que no están empleados y no cursan estudios ni reciben formación. La tasa de paro juvenil mundial se encuentra en el 13,6%, aunque existe una variación regional «considerable», que oscila desde el 9% de América del Norte al 30% de África Septentrional.

Según la OIT, este colectivo tiene tres veces más probabilidades que los adultos de estar desempleados. «Aunque esto obedece en parte a que su limitada experiencia laboral juega en su contra cuando presentan su candidatura para empleos de categoría inicial, también existen importantes barreras estructurales que impiden a los jóvenes incorporarse al mercado de trabajo», destaca el texto.

El estudio apunta que, en todo el mundo, una quinta parte de los menores de 25 años son ninis. A escala mundial, las mujeres tienen dos veces más probabilidades que los hombres jóvenes de serlo.

Por otro lado, el documento resalta que entre estos varones que tienen un empleo, unos 55 millones (13%), viven en condiciones de extrema pobreza, mientras que 71 millones (17%) lo hacen en situación de pobreza moderada. No obstante, la situación de pobreza extrema disminuyó unos 20 puntos porcentuales entre 1999 y 2019.

La OIT asegura que la «mala» calidad de los empleos de muchos jóvenes se manifiesta «en las condiciones de trabajo precarias, la falta de protección jurídica social y las limitadas oportunidades de formación y de progresión profesional».

Menos seguridad. «Incluso, en los países europeos más ricos, la prevalencia de nuevas formas de trabajo entre los menores de 25 años, a menudo menos seguras, ha aumentado rápidamente en los últimos años, como consecuencia de la expansión de la economía de plataformas», remarca la OIT. 

El texto, que también examina las oportunidades de los avances tecnológicos para los jóvenes en el mercado laboral, resalta que, aunque son el grupo generacional que más entusiasmo tiene por los nuevos avances, también se preocupan por la idea de que sus empleos sean sustituidos por robots.

En este sentido, el la organización apunta que quienes han recibido formación profesional tienen más probabilidades de tener un puesto susceptible de ser automatizado que los que tienen una licenciatura universitaria. Esto, pone de relieve que las competencias para ocupaciones específicas impartidas por la formación profesional suelen quedar «obsoletas más rápidamente que las competencias generales orientadas a la resolución de problemas que se imparten en las instituciones de enseñanza superior». Por ello, ve preciso modernizar los programas educativos en este ámbito.

Finalmente, la OIT defiende que alentar a las mujeres y hombres jóvenes a realizar estudios universitarios «no resolverá de por sí el problema del desempleo en esta franja de edad». No obstante, resalta que en los últimos años, el número de trabajos altamente cualificados no ha ido acompañado del incremento que se ha registrado en el número de jóvenes en edad de trabajar con licenciatura. Por ello, propone, además, promover políticas que generen empleos decentes para los jóvenes.