El enoturismo aporta ya uno de cada diez euros del turismo

Ó. F.
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El gasto de los visitantes en las rutas del vino y museos ronda los 18 millones y casi el 90% corresponde a Ribera del Duero. Las empresas retoman la actividad tras el parón por la covid

Las visitas a bodegas y museos se han incrementado un 42 por ciento en un lustro. - Foto: J. Tajes

La elaboración del vino es una actividad que históricamente ha despertado mucho interés. Existen documentos de mediados del siglo XIX que confirman las visitas de monarcas a las bodegas. Incluso hay constancia de que en las antiguas Roma y Grecia ya se realizaba esta actividad. Pero lo cierto es que su explotación desde el punto de vista turístico se ha disparado en los últimos años. Las bodegas han encontrado en el enoturismo un filón que complementa perfectamente la venta de vino. Y a su abrigo se han puesto en marcha otras iniciativas, como museos, hoteles y negocios de hostelería.

Las cifras de las diferentes rutas del vino ponen de manifiesto la progresión de esta actividad. Si se tienen en cuenta las de Ribera del Duero, Rueda y Cigales, el número de visitantes ha pasado de los 315.991 de 2014 a los 449.018 de 2019. Es decir, un 42 por ciento más en solo un lustro, según los datos del Observatorio Turístico de Rutas del Vino de España.

El gasto medio de las visitas en Ribera es 40,79 euros, sumando el precio del acceso a la misma y lo que desembolsan los turistas en las tiendas. En Rueda es 36,35 y en Cigales, 30,8 euros. Si se tienen en cuenta que estas rutas reciben al año 389.377, 41.382 y 18.259 visitantes, respectivamente, se puede concluir que el impacto económico de esta actividad es de casi 18 millones de euros. Bien es cierto que parte de las bodegas de Ribera están en Burgos y no en Valladolid, pero no lo es menos que esta cifra se ciñe a bodegas y museos, pese a que hay otras actividades vinculadas al enoturismo que también suman facturación, como pueden ser restaurantes y hoteles de la zona. Si se tiene en cuenta que el impacto directo del turismo en Valladolid es de 153 millones, se puede concluir que uno de cada diez euros proceden del enoturismo.

Valladolid puede presumir de ser la única provincia de España con cinco denominaciones de origen: Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro y Tierras de León, aunque la presencia de estas dos últimas es residual. De ellas, Ribera del Duero es la que atrae a un mayor número de turistas. Su ruta del vino recibió 389.377 visitantes en 2019, un 35 por ciento más que cinco años antes. La ruta de Ribera es la segunda del país que mayor interés genera, solo por detrás de Marco de Jerez, con casi 570.000 visitantes, pero por delante de otras tan consolidadas como Penedés, Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rías Baixas. Además, hay otros indicadores que demuestran la fortaleza de esta denominación de origen. Por ejemplo, es la que más servicios enoturísticos ofrece de España, con 215, junto a Penedés. También puede presumir de ser una de las rutas del vino con la demanda más equilibrada entre visitas a bodegas y a museos del vino. Un 64 y un 36 por ciento, respectivamente. Y una de las que más interés despierta. Para realizar su último informe, el Observatorio Turístico de Rutas del Vino realizó una encuesta entre los visitantes en la que preguntó qué ruta habían visitado con anterioridad y cuál les gustaría visitar en el futuro. En ambos casos Ribera del Duero aparece en primer lugar, con un 39 y un 33 por ciento, respectivamente.

El presidente de la Ruta del Vino de Ribera, Miguel Ángel Gayubo, destaca que estos datos demuestran la importancia que ha adquirido el enoturismo no solo en Ribera, sino en toda la Comunidad. «Se está utilizando esta ruta como eje dinamizador de los pueblos y la industria, y para poner en valor su patrimonio», señala. Según él, esta línea de negocio ha ganado mucho protagonismo en la cuenta de resultados de la mayoría de las bodegas grandes. «Ahora nadie se plantea hacer una bodega que no tenga un departamento de enoturismo», opina. Después de muchos meses paradas, la mayor parte de las empresas de Ribera ya han retomado sus actividades turísticas, aunque sea con las restricciones que impone la pandemia.

La Ruta de Rueda también goza de un buen estado de salud. En cinco años ha aumentado su número de visitantes un 82,1 por ciento al pasar de 22.723 en 2014 a 41.382 en 2019. Además, según el Observatorio, es la segunda ruta de España con más entidades vinculadas, con 83, solo por detrás de las 137 de la Ruta del Vino de Navarra.

Un cambio exponencial. La gerente, Cristina Solís, recuerda que esta ruta se puso en marcha en 2013. «En aquel  momento eran muy pocas las empresas que tenían un departamento de enoturismo independiente, con un plan de acción y objetivos propios; sin embargo, ya había cierto interés y muchas otras empresas se sumaban al proyecto de la Ruta con el fin de empezar a dar pasos», recuerda. Desde ese momento hasta ahora «el cambio ha sido exponencial». Hoy en día hay más de 30 bodegas en Rueda con esta actividad. «Nadie podía pensar hace unos años en que estaríamos hablando de una feria como FINE, con vocación internacional, en nuestra propia tierra, y tampoco se pensaba en esto como un motor económico que crease empleo y fijase población y, por suerte, hoy podemos decir que es así», añade. Y aunque el parón por la pandemia ha sido «sangrante» para estas empresas, la mayor parte de ellas ya ha empezado a retomar la actividad. 

La Ruta del Vino de Cigales es la más modesta entre las tres más importantes de Valladolid, pero la que más ha crecido porcentualmente en número de visitantes en los últimos años. De los 4.931 de 2015 se ha pasado a los 18.259 de 2019. Más del triple en solo cuatro años. El gerente de la Ruta, Miguel Ángel García, recuerda que la primera iniciativa relacionada con el turismo se lanzó en 2008. «Antes no se había hecho nada en enoturismo desde el punto de vista profesional», añade. A partir de ahí se empezó a trabajar una identidad de marca entre todos los municipios vinculados a la campiña del Pisuerga. Después de esa fecha las bodegas se empezaron a «poner las pilas» con el respaldo de las administraciones. «Es muy importante el apoyo que hemos recibido desde el primer momento de la Diputación y del Ayuntamiento», asegura el gerente.

La pandemia ha supuesto un duro golpe en esta progresión. «Nos ha matado, porque ahora es como volver a empezar a andar», dice García. Pero las bodegas ya están ello. Hasta la semana pasada había cinco que aceptaban visitas y esta semana se han sumado dos más.