Euforia en el reencuentro con el celuloide

Alicia G. Arribas (EFE)
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El actor Tristán Ulloa regresa al séptimo arte después de 11 años con 'Stoyan', ópera prima de Roberto Ruiz Céspedes en la que lleva de la mano a su hijo Max, que debuta en este proyecto

El intérprete encarna a Israel, un inspector de Policía que se recupera de una depresión por una pérdida personal.

Tristán Ulloa fue uno de los primeros casos de la COVID-19 que impactó el año pasado, enfermedad de la que está plenamente recuperado y, prueba de ello es que acaba de terminar el rodaje de Stoyan, debut de Roberto Ruiz Céspedes, que lo devuelve al cine español tras 11 años. «Estoy eufórico», comenta.

«Es la primera producción española que hago en 11 años. La última en la que participé fue Que se mueran los feos, estoy eufórico, pensaba que ya no se iba a dar que me ofrecieran un personaje interesante. Ya sabes el embudo que hay para determinadas edades, yo ya tengo 50 años y si es complicado para los chicos, para las chicas, ya ni te cuento», afirma.

Ulloa, recién llegado de Bulgaria donde ha estado rodando el último mes y medio, asegura que ha sido un alejamiento que le ha venido «muy bien».

«Es complicado viajar, pero se agradece mucho salir de casa; en Sofía pasaron una etapa en noviembre? con un confinamiento muy estricto y ahora la gente no lleva mascarilla por la calle y, cuando llegas a España, te asustas», comenta. Aunque el equipo de rodaje, españoles y búlgaros cumplimos todos los protocolos a rajatabla», precisa el actor.

Ulloa ha saltado a los hogares españoles en las series Fariña, La catedral del mar y en la internacional La monja guerrera, cuya segunda temporada -que quedó parada en seco por la pandemia- empezará a rodar en mayo. No echa de menos los rodajes en cine porque trabajar para la tele, hoy por hoy, es igual de «bueno».

Considera evidente que ha cambiado la forma de hacer películas y también de verlas. Por desgracia, opina, la sala a oscuras está «mitificada» y entrando en el terreno del romanticismo, «la gente no va al cine, y no lo echa en falta, porque consume cultura de otra manera».

Hace justo dos días, los seguidores de La caza: Tramuntana, que dirigen su hermano David Ulloa y Rafa Montesinos y emite RTVE en La 1, pudieron verle un instante en el capítulo 6, aunque su presencia será más señalada en los dos próximas (y últimas) entregas.

 

Experiencia de vida

Su nueva película, Stoyan tiene tres protagonistas, Marta Miláns (Maika) y dos Ulloas, Tristán (Israel), un inspector de policía que se recupera de una depresión por una pérdida personal, y Max, su hijo de 11 años, que debuta en la interpretación en el papel de Stoyan, el niño de Maika que desaparece.

La idea de esta cinta ya estaba anunciada en el premiado corto de Roberto Ruiz Céspedes Broken Basket, que protagonizó Belén Rueda. Esta es su ópera prima y ha «tocado» a Ulloa: «Es un guion que me produce sensaciones, emociones, aunque no lo entienda todo».

«Pero si te pones delante de un guion de Linch, o de Julio Medem, tampoco te enteras. Apela a otro tipo de lugares, te llama por otro lado», considera el coprotagonista de Lucía y el sexo, que asegura haber hecho un «descubrimiento» con este director novel, capaz de «tener la inteligencia suficiente para dejarse ayudar».

«Es difícil encontrar a alguien con impronta, con un lenguaje propio, hoy, que está todo contado y escrito. No es fácil encontrarse con alguien que quiere contar las cosas de otra forma y lo tenga tan claro y lo defienda con tanta pasión», añade.

Para el medio madrileño, medio gallego (aunque nacido en Orleans, Francia, de padres exiliados), trabajar con Max -hijo de la también actriz Carolina Román y estudiante con Yaël Belicha-, ha sido una experiencia de vida padre e hijo «muy bestia» y «privilegiada». Como buenos artistas, intentaron que Max no se dedicara a esta vida tan dura, pero como buenos padres, Tristán y Carolina solo quieren que sea feliz y, al parecer, Max «se lo curra mucho» y apunta maneras. El panorama, desde luego, no es el mejor para pensar en el futuro, pero «quiero pensar que esto se está recuperando, gracias a que la gente sigue consumiendo cultura».