Las denuncias de artistas e intelectuales por casos de censura suelen ser más habituales de lo deseable, pero lo que no es muy habitual son los casos de autocensura en la difusión de las creaciones artísticas o literarias. Esto último es lo que le ha sucedido a Julio Valdeón, periodista y escritor vallisoletano afincando en New York, que ha visto como una editorial catalana ha desistido de publicar el libro que le encargó sobre el juicio del Procés por «miedo» a sus consecuencias.
Una situación que ha desvelado el propio escritor, que todavía muestra su incredulidad porque Ediciones Carena, que le propuso recopilar sus crónicas sobre el mediático juicio para tener listo el libro coincidiendo con la sentencia del caso, le diga ahora que «publicarlo sería poner en riesgo la editorial». De hecho, el escritor recibió un correo donde le dicen: «He recibido tu libro y aún, estando de acuerdo en el fondo, publicarlo así conllevaría poner la editorial en riesgo, tal y como están las cosas por aquí. Es complicado que alguna editorial en Cataluña pueda asumir la publicación del libro así, yo si quieres puedo recurrir a algún editor de Madrid. Incluso dentro del equipo editorial hemos hecho un pacto de moderación e inducción al diálogo. Yo me ofrezco a intentar buscar alguna editorial que no estando ubicada aquí lo pueda editar sin el boicot y asedios que recibiría. Recibe un cordial saludo y el apoyo personal en lo que pueda».
Valdeón lamenta este incumplimiento contractual aunque afortunadamente la Editorial Deusto, del grupo Planeta, ya se ha comprometido a publicar ‘Separatistas ante los ropones’, que saldrá a la venta a finales de noviembre. La editorial asumió inmediatamente la publicación de la obra del vallisoletano porque entiende que «es un texto que debe publicarse para que la verdad, y la libertad, prevalezca ante cualquier intento de esconderla o escatimarla».
Unos argumentos que reitera el propio Valdeón, que explica que algunos le han reprochado que hiciera público esta situación. «Si hubiera sido un asunto privado no lo hubiera difundido. Pero esto que me ha pasado a mí es bastante más habitual de lo que pensamos en Cataluña y no he querido ser partícipe de un silencio cómplice con el matonismo nacionalista», asegura. El escritor arremete contra el boicot contra un libro alineado con «los más elementales principios democráticos y el marco constitucional. Sería interesante explicar qué hay detrás del muro del silencio, y qué sucede a las empresas culturales que rompen la omertá».
También lamenta no haber recibido el mismo tratamiento mediático y apoyo que se ha generado en otros casos que atenten contra la libertad de expresión. «No ha habido ruido mediático por una traición de la izquierda a los intelectuales. Hemos admitido como progresista una ideología perversa y reaccionaria como es la del nacionalismo». El escritor apunta que en Cataluña hoy «un texto te puede meter en líos» y espera que su denuncia sirva para que la próxima vez que suceda un incumplimiento de este tipo «no pase nada». Y cita a Félix Ovejero, autor del prólogo de su libro, y a Joaquín Sabina en su esperanza de que «ser valiente no salta tan caro, para que ser cobarde no valga la pena».