Alguaciles, los verdaderos jefes de los pueblos

R.G.R
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La figura de los alguaciles en los municipios ha cambiado en las últimas décadas, pero continúan gestionando el día a día de las calles y las peticiones vecinales para que todo funcione correctamente

Bernardo Cuenca es el alguacil de Palazuelo de Vedija. - Foto: Jonathan Tajes

Son pocos los municipios de la provincia que no cuentan con esta figura?. La mayoría la mantiene a pesar de sus funciones han cambiado mucho con el paso de los años. Se trata de los alguaciles, a quienes se les puede calificar como los verdaderos jefes de los pueblos. Son ellos los que mantienen el contacto más estrecho con los vecinos desde el punto de vista municipal?. Las quejas, sugerencias o problemas que surgen en los pueblos se comunican, en muchas ocasiones, a los regidores y, en otras tantas, a los alguaciles que son los encargados de atenderlos.  

El alguacil ha pasado de ser el encargado de realizar las comunicaciones desde el Ayuntamiento a los vecinos, bien a través de pequeños anuncios con la cornetilla como utensilio para amplificar su voz, o bien a través de cartas, a ser el chicho de los recados. El efecto de la despoblación y, la llegada de las nuevas tecnologías en los pueblos más grandes, han hecho que ya no sea necesaria la función del bando tradicional. 

Los alguaciles de los pueblos ya no tienen la necesidad de elaborar cartas para entregarlas una a una a cada vecino y tampoco de visitar cada casa para comunicar un detalle o esperar a que los habitantes estén en casa para mirar los contadores. Sus funciones han cambiado. Ahora son fontaneros, carpinteros, albañiles, barrenderos... En definitiva, son los encargados de que todo funcione. 

Carlos Prieto es el aguacil de La Mudarra. Carlos Prieto es el aguacil de La Mudarra. - Foto: Jonathan TajesQue las mujeres de un determinado pueblo tienen que ir a clases de pilates por la tarde..., pues allí está el alguacil por la mañana para encargarse de encender la calefacción unas horas antes para que el ambiente esté caldeado. Lo mismo pasa si viene el podólogo o si tiene lugar un aula de cultura de la Diputación. Ellos son los encargados de que todo esté listo. 

Sus funciones varían mucho en función de la época del año. Ahora, en otoño, toca barrer las calles o al menos el entorno a la Plaza Mayor.  La caída de las hojas hace que sea necesario barrer casi a diario para ofrecer la mejor imagen, tanto a los vecinos como a los visitantes. En verano, también se deben encargar de las piscinas, de colocar las sombrillas, comprobar la depuradora y limpiar la entrada. En las localidades de mayor tamaño, los ayuntamientos contratan a más personas durante la temporada estival por el aumento poblacional ante la llegada de los veraneantes. 

Las funciones del alguacil también se amplían durante la temporada estival, ya que atiende todas las peticiones vecinales, que no son pocas. Una farola rota aquí, una baldosa que se ha despegado allí y, cómo no, las urgencias también son cosa suya. «Cuando se rompe una tubería está claro que es el primero que llega o cuando pasa cualquier cosa allí está. Eso está claro», reconoce el alcalde de Valverde de Campos, José Ignacio del Campo. La misma opinión tiene el regidor de Berrueces, Diego Delgado, quien indica que en su caso el pueblo no podría estar sin alguacil. «Es la que se encarga un poco de todo», comenta.

Así, los alguaciles de los pueblos actuales tienen conocimientos de electricidad, de albañilería o de fontanería. No es viable para los municipios tener contratadas a empresas para este tipo de servicios durante todo el año y los alguaciles hacen de primera barrera contra imprevistos. 

Cercanía. Ese día a día en las calles hace que muchas veces los vecinos se lleguen a comunicar incluso antes con los alguaciles que con los propios alcaldes. Su horario suele ser de mañana y están ya al pie del cañón desde las ocho de la mañana. Calle arriba, calle abajo van hablando con unos y con otros y eso hace que se enteren de los problemas incluso antes que los responsables municipales. 

Conocen la inmensa mayoría de las casas del pueblo. Dónde reside alguien o cuáles están vacías desde hace años. Se podría decir incluso que casi se conocen hasta el último bache de las calles del pueblo de tanto pisarlas. 

Sus momentos más complicados llegan cuando existe cierto descontento vecinal con alguna de sus actuaciones, algo que pasa con cierta frecuencia y los mejores, por el contrario, vienen de la mano de las alabanzas y la amistad de estos mismos vecinos. Llegan con el roce diario. Además, en algunos casos se encargan también de hacer de correo dentro del municipio. «A veces también sirven para comunicar las cosas», aclara la alcaldesa de Villanueva de San Mancio, María Jesús Palencia. 

?Sin embargo, otros municipios no tienen, por diversas circunstancias, la figura del alguacil entre los miembros de la plantilla municipal. Algunos, los menos, suplen este trabajo a través de las diferentes convocatorias para realizar contrataciones de procedentes de otras administraciones. Algunos ayuntamientos aprovechan estas oportunidades labores para tener durante gran parte del año a diferentes personas que suplanten este cargo. 

«Nosotros hace unos diez años no tenemos alguacil y, aunque sí que creo que sería necesario, nos vamos apañando con la gente que viene contratada de otros programas», comenta el alcalde de Montealegre de Campos, Francisco Javier Frontela.