Un año y medio después de la presentación de las  medidas de movilidad, bautizadas como Valladolid Ciudad Verde, el balance del equipo de Gobierno es positivo. Estos cambios que se implantaron para dar «prioridad» a los peatones, ciclistas y al transporte público son la esencia de la apuesta por la movilidad activa. Unas políticas en las que el equipo de Gobierno reitera su intención de no dar «un paso atrás» para que Valladolid sea una de las diez más sostenibles de Europa. 

Desde la Concejalía de Movilidad se argumenta que están tomando las mismas medidas que en otras ciudades. «Y no hay un debate sobre el tráfico sino que lo que existe son puntos de vista distintos o un debate, en todo caso, interesado», argumenta el edil de Movilidad, Luis Vélez.  Y reitera que si no se hubieran incluido esto cambios en la circulación los «problemas ahora serían mayores» por el incremento del tráfico privado. A la vez que destaca que los carriles exclusivo para el transporte público han propiciado un mejora de un 27 por ciento de la velocidad comercial de en las líneas de Auvasa que antes de la implantación de estas medidas

Yatribuye los problemas en algunos zonas, aunque no reconoce puntos negros, a la «lentitud» en los cambios de hábitos. «Antes había problemas de tráfico. No surgen ahora de la nada. Hay puntos que en hora punta tenían retenciones, pero antes también. Y se empeñan en atribuir todos los problemas a los carriles bici o bus». 

Una visión muy distinta tienen en el grupo municipal del PP. «El tráfico es más lento en general y eso provoca más contaminación. Hay atascos puntuales y el punto más conflictivo se ha trasladado a Miguel Íscar», apunta Pilar del Olmo, presidenta del grupo. La concejala muestra su preocupación por que se agrave la situación ahora que el tráfico tiende a normalizarse. «Las 21 calles con carriles bus y bici no han solucionado nada. Y la gente está cabreada», reitera. Los 'populares' mostraron su disconformidad con estas medidas desde el principio y las han recurrido vía contencioso-administrativo. «Esperamos que haya sentencia antes de fin de año. Y si es favorable no hay problema porque estas medidas se pueden revertir en un momento y sin coste excesivo», detalla Del Olmo.

Nuevo plan.

La confrontación entre Gobierno y oposición es total en este punto. Y eso también se ha trasladado al debate sobre el nuevo reglamento de tráfico y el plan de movilidad, que ahora está en fase de resolución de alegaciones. El  Pimussva es el documento estratégico» de trabajo del Ayuntamiento, que también incorporará «nuevas acciones para afrontar el futuro de las necesidades de movilidad de las personas y empresas en la ciudad y su entorno, en busca de una mejor calidad de vida».

Por un lado, el PPconsidera que este documento «obedece a razones interesadas que buscan legitimar el nuevo sistema de movilidad que se ha impuesto en Valladolid». Pero también las presentaron los colectivos que piden profundizar «más» en las medidas, como Ecologistas en Acción que consideran que los objetivos de cambio modal son «muy escasamente ambiciosos» ante la «emergencia climática». Los que no alegaron al documento son los comerciantes, aunque la pasada semana Fecosva volvió a levantar la voz para criticar estos cambios. 

Además, también está pendiente de aprobar la nueva ordenanza de movilidad, que pretende aglutinar todas las normas municipales   en una. «Está pendiente porque se paralizó por la pandemia y se optó por reformar antes el Reglamento de Tráfico. La vamos a recuperar, pero antes queremos aprobar el Pimussva», detalla Vélez. En la agenda del trabajo del concejal siguen también los proyectos de ampliacíón de la red de carriles bici, con nuevos tramos como el que «pronto» se licitará para ejecutar en el Camino Viejo de Simancas en su primera fase.

Su Concejalía también comenzará a gestionar los aparcamientos, dentro del plan para su remunicipalización. Este miércoles se aprobó la recuperación de la concesión del aparcamiento y está previsto que antes de que finalice se asumirá la gestión y la explotación de las dos plantas. Aunque el gran proyecto la construcción del nuevo parking subterráneo de Isabel la Católica, un estacionamiento clave para evitar la entrada de vehículos al centro y que también se quiere convertir en un centro de distribución para la carga y descarga en el casco histórico.