La década de Simeone

Agencias
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El argentino cumple 10 años al frente del Atlético de Madrid con los colchoneros en su peor momento

El preparador sudamericano ha sido el gran líder del proyecto rojiblanco desde su llegada al club el 23 de diciembre de 2011. - Foto: JUAN CARLOS HIDALGO

Cuando rebobina hacia el origen de toda su imponente, incontestable e inigualable era como entrenador y líder del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone asegura que «siempre» se imaginó «lo mejor». Todo comenzó un 23 de diciembre de 2011, cuando no solo desafió la deriva de un equipo y un club en depresión, sino que lo reactivó y lo relanzó de nuevo a la altura de su historia, rebajada por un presente que escenifica su peor momento en 10 años, con cuatro derrotas seguidas de Liga, sin contundencia, sin fortuna y sin soluciones.

Al Atlético le han tirado 11 veces a su portería en la serie más reciente de cuatro encuentros de la Liga. Ha encajado ocho goles. Y el cuadro rojiblanco ha intentado 53 tiros en las cuatro citas más recientes del torneo para marcar tres tantos nada más: uno al Mallorca, uno al Sevilla y uno al Granada. Ninguno de ellos de Luis Suárez, que también atraviesa su peor racha. No ha anotado ningún tanto en los últimos ocho encuentros. Y solo uno en los 12 más recientes.

El técnico argentino necesita soluciones ante lo desconocido, con su equipo fuera de zona Champions a final de año. Hay datos innegables para la preocupación, por encima de todos los goles en contra: 16 en los últimos 10 compromisos entre todas las competiciones. O 23 en los 14 más recientes. No es que le tiren mucho al Atlético, pero casi cada lanzamiento es gol. «Las desatenciones, la desconcentración y los pequeños detalles que hacen grandes cosas nos están costando muy caros», asume el técnico.

Es un Atlético desfigurado. Irreconocible. A 17 puntos del liderato del Real Madrid. Y es el actual campeón.

 

El día que todo cambió

Justo cuando se cumple una década de Simeone al frente del conjunto rojiblanco, en contraste con un decenio que cambió el paso del club en un momento crítico, que recuperó la grandeza de un equipo que no se sentía en tal dimensión desde los años 70 y que alcanzó hitos que nadie intuía hace 10 años, cuando reapareció el 'Cholo' en su vida, para conquistar ocho títulos, para derribar el duopolio del Barcelona y del Real Madrid, para ser grande otra vez en Europa.

Para ello se preparó siempre el técnico argentino, cuando pasó del terreno de juego como centrocampista a la banda como entrenador, sin interrupción, en el Racing de Avellaneda, cuando fue campeón con el Estudiantes de La Plata o con el River Plate, cuando entrenó al Catania en su única aventura europea precedente o cuando regresó al Racing, al Cilindro, para retomar su recorrido que él sabía invariablemente que algún día alcanzaría al Atlético.

Nunca ocultó tal anhelo Simeone, siempre pendiente del conjunto rojiblanco, siempre en crecimiento como entrenador, con la vista en una meta que ya visibilizaba cada vez más cerca, mientras admiraba el sentido de pertenencia que consiguió Pep Guardiola en el Barcelona -y que él luego logró en el cuadro colchonero-, entre la indefinición que sufría el club entonces, a veces en la Liga de Campeones -pocas-, otras en posiciones menores -demasiadas para lo que había sido en el pasado-. El destino estaba marcado. Fue cuestión de tiempo: 23 de diciembre de 2011.

«Cuando vine acá me ilusioné y me imaginé un equipo que compitiera por los mejores lugares del mundo». Lo consiguió. Desde la defensa hacia el ataque, con un estilo reconocible que luego fue matizándolo con el tiempo, adaptado y reinventado a las características de sus futbolistas, de los que 132 han jugado al menos un minuto a sus órdenes en competiciones oficiales, canteranos incluidos, con Koke al frente de todos. Nadie ha jugado más que él, que es el único que persiste en la plantilla desde el debut de Simeone el 7 de enero de 2012 con un 0-0 en el estadio de La Rosaleda.