Acenva denuncia la problemática de las aves electrocutadas

D.V.
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La Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid pide a la Junta que incremente las revisiones de los tendidos eléctricos para hallar cadáveres y sancione a las líneas eléctricas causantes de la "tragedia" medioambiental

Una ave electrocutada. - Foto: Efe

La Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid (Acenva) ha solicitado a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente que se tome "en serio" la problemática de las aves electrocutadas y lleve a cabo un incremento de las revisiones de los tendidos eléctricos para hallar cadáveres, dedique más efectivos y los forme y sancione a los titulares de las líneas eléctricas causantes de la "tragedia" medioambiental.

Acenva considera que "hay un elevadísimo número de ejemplares de avifauna que son víctimas de los tendidos eléctricos cuyos cadáveres no son detectados por la Consejería por no dedicar suficientes recursos materiales, y especialmente humanos, a la enorme tragedia medioambiental que suponen las electrocuciones de aves en los tendidos eléctricos".

Según explica la asociación y de acuerdo con las cifras que maneja el Ministerio de Transición Ecológica, más de 33.000 aves rapaces protegidas son víctimas cada año de la electrocución en los tendidos eléctricos en España, informa Europa Press.

Asimismo, recuerda que el preámbulo del Real Decreto 1432/2008 también refiere la electrocución como el principal problema de conservación de aves rapaces en general, así como las decenas de miles de aves que mueren cada año en España por esta causa.

En el caso de entidades privadas, la Fundación de Amigos del Águila Imperial en su estudio reciente en colaboración con la Fundación Banco Santander 'Manual de desarrollo sostenible: amenazas en tendidos eléctricos para el águila imperial ibérica', refiere entre 192.000 y 337.000 aves muertas en España cada año como consecuencia de la electrocución.

Acorde a estos datos, Acenva calcula que entre 660 y 6.740 aves podrían estar electrocutándose por término medio por cada 1.000 kilómetros cuadrados de superficie; es decir, en lo que vendría a ser una provincia media de España.

Sin embargo, Castilla y León ocupa 94.226*kilómetros cuadrados; es decir, el 18,62 por ciento del territorio nacional, por lo que debería estar encontrando al menos 62.000 aves electrocutadas cada año; lo que dista de los poco más de 300 animales hallados en cuatro años.

En este sentido, Acenva ha deducido que la Administración "encuentra y recoge poco más de un 0,1 por ciento de las muertes realmente producidas como consecuencia de la desaparición de los cadáveres por personas y predadores y del absoluto desinterés de la Consejería por descubrir estos cadáveres electrocutados".

Los tres Centros de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Los Guindales, ubicado en Albillos (Burgos), Valladolid y Los Lavaderos, ubicado en Segovia, y los dos Centros de Recepción de Animales de Fauna Silvestre (CRFS) de Las Dunas en Cabrerizos (Salamanca) y Villaralbo en Zamora, que suman cinco centros en Castilla y León son, a juicio de Acenva, "insuficientes para desarrollar todo el trabajo que esta cuestión exigiría".

Por ello, la asociación señala que debería existir un Centro de Referencia en todas las provincias para evitar que haya distanciamientos enormes, incluso interprovinciales ahora, entre los puntos de recogida y el Centro en el que entregar los cadáveres.

"Sin duda ninguna, los agentes medioambientales, seguramente por falta de personal, medios y tiempo, no descubren esos cadáveres con la frecuencia deseada. Por la gran extensión de territorio, Castilla y León no puede ni debe permitirse el lujo de disponer de 900 efectivos reales", afirma Acenva.

Por ello, considera "imprescindible" que para poder empezar a resolver el problema se dediquen los suficientes recursos para sacar a la luz aquellos tendidos eléctricos peligrosos que presenten una mayor mortalidad por su tipología peligrosa, ubicación en espacios protegidos o zonas de protección prioritaria de avifauna y también fuera de las mismas, así como levantar acta y recoger los cadáveres encontrados conforme a un protocolo y realizar las denuncias correspondientes que den pie a los expedientes sancionadores o de exigencia de responsabilidad medioambiental que correspondan.