El vía crucis de Borja

M.B
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«Cada vez estoy más indignado», reconoce el exfutbolista. El próximo jueves se cumple un año de su detención y el caso se mantiene abierto

Borja, el día que fue detenido en su domicilio. - Foto: D.V.

«Llevo un año sin trabajar tras un juicio mediático del que no tengo culpa de nada». Borja Fernández habla muy tranquilo pero con un malestar más cercano al cabreo y a la indignación. Su último año ha sido... «el más duro. Fue muy duro cuando falleció mi padre, pero este año, vivido en primera persona, ha sido el más duro de mi vida». 

El próximo jueves es 28 de mayo. Una fecha que ya es imposible que pase desapercibida para el exfutbolista. Ese día, de hace precisamente un año, se encaminaba a comenzar una nueva vida fuera del césped pero cerca de él tras haber anunciado su retirada. Ese día tenía una reunión con el presidente del Real Valladolid, Ronaldo, y con el por entonces consejero delegado, Carlos Suárez, en Madrid. Cita a la que nunca llegó. Antes de salir de su casa, la Policía Nacional le detuvo en su domicilio de Valladolid, envuelto en la Operación Oikos, una trama de amaños de partidos para la obtención de beneficios en casas de apuestas. «Recuerdo todo, lo tengo todo muy fresco. La situación de estar en mi casa con mi hija, y de pensar, ¿qué está pasando aquí? No me decían nada. Me mostraron la investigación de un Huesca-Nástic y yo preguntaba qué pinto aquí. Sigo pensando que es un sueño», relata desde la Ribeira Sacra, donde pasa el confinamiento.

La imagen de Borja esposado saliendo de su casa en la calle María de Molina recorrió el mundo entero. «Estoy cabreado con la actuación policial, ya se vio al principio, fueron a por alguien de Primera sin investigar, con una hipótesis», añade pensando en alto: «A lo mejor ni debían haber esposado a alguien».

Borja, en una de las primeras entrevistas tras ser puesto en libertad.Borja, en una de las primeras entrevistas tras ser puesto en libertad. - Foto: Jonathan TajesEl gallego fue trasladado a Madrid y de allí a Huesca, igual que el resto de detenidos en aquel momento. Pasó tres días en los calabozos de la ciudad aragonesa, hasta que fue puesto en libertad con cargos y medidas cautelares. En el punto de mira se le puso a él y a varios compañeros blanquivioletas por el Real Valladolid-Valencia que cerraba la temporada 2018-19. «En ninguna parte del sumario, y así se ve por las últimas conversaciones desveladas, sale mi nombre. Y como decíamos hace meses, los siete jugadores a los que se referían no eran de Valladolid», apunta sobre las revelaciones de la pasada semana sobre parte del sumario.

A pesar de saberse inocente y de que en la parte del sumario que se hizo pública en su día no había ninguna acusación sobre él, hasta diciembre del pasado año no vio cómo el juez le levantaba las medidas cautelares. «Mi forma de ser me ha ayudado a no estar amargado, he estado fastidiado pero no me he hundido. Si le pasa a otra persona con otra forma de pensar, hubiese sido peor», señala, pensando en esas personas a las que se les juzga sin la presunción de inocencia: «Como ahora con Molina. Nadie aplica la presunción de inocencia. Quizá con él un poco más porque parece que ya se ha aprendido de lo mío».

El apoyo de su gente y de otros muchos ha sido también gasolina para este año: «Mucha gente confío en mí o, al menos, dudó de las acusaciones;y eso me ha ayudado a mí y a mi familia».

El gallego, en su domicilio en la Ribeira Sacra.El gallego, en su domicilio en la Ribeira Sacra. - Foto: D.V.En plena fase de formación en Gestión Deportiva, está a la espera de quedar definitivamente exonerado en el caso Oikos para luego... «Haré lo que me digan mis abogados. Si alguien ha mentido o difamado y mis abogados creen que hay que denunciar, se hará. Por mí y por la gente, que hablar no sea gratis».

su ilusión. Mientras espera esa ‘libertad’, tiene claro que es lo que quiere en un futuro cercano: «Mi ilusión es trabajar con el Real Valladolid, ojalá». Sabe que el club blanquivioleta ha podido ser uno de los perjudicados, «pero el mayor he sido yo». Y, asegura, tiene la confianza de la entidad.

¿Y lo de presidir la Asociación de Futbolistas Españoles? «Me preguntaron si había recibido llamadas. Y sí, es verdad que recibí llamadas de futbolistas y compañeros. Pero no hay posibilidad abierta. Mi cabeza está solo en poder entrar en Valladolid. A no ser que me digan que no».