El ocaso de las galerías comerciales

M.B
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Campogrande, Los Sótanos, Aurora o Avenida son nombres vinculados al comercio local de no hace muchos años. Galerías convertidas en trasteros, garajes o semi abandonadas a su suerte

Imagen de las galerías Aurora, en el barrio de La Farola. - Foto: Jonathan Tajes

Duvicentro, La Fuencisla, Circular 7, Campogrande, Los Sótanos, Aurora, Avenida... son nombres que los vallisoletanos vinculan a pescaderías, a carnicerías, a fruterías, a mercerías, a tiendas... a trasiego de gente, a peticiones de vez, a corrillos con los vecinos... y, por desgracia para muchos pequeños comerciantes, a épocas ya pasadas. Esos nombres son solo algunos de las galerías comerciales que en los años 80 eran el epicentro de las compras en los barrios y que, con la llegada de los supermercados, de los hipermercados y de las grandes superficies, comenzaron un declive que hoy en día es prácticamente definitivo, con algunos pocos resilientes (ahora que está tan de moda el adjetivo en cuestión). 

Salvo Las Francesas y los Pasajes de la Marquesina y Gutiérrez, el resto de galerías o centros comerciales privados se encuentran ya en su ocaso. Incluso muchos ya cerraron sus puertas que, en el mejor de los casos, se volvieron a abrir como trasteros o se abrirán como garajes. Es el caso de Los Sótanos, en Paseo Zorrilla, muy cerca del Matadero. «Hace unos tres años compramos los locales e hicimos una reforma», se señala desde la empresa Desarrollos Urbanos, que hoy vende o alquila como trasteros aquella treintena de puestos que albergaban las galerías en una sola planta. No le andan a la zaga las de Campo Grande, en la misma arteria (con entrada por Paulina Harriet). Allí, se están realizando las obras de acondicionamiento de los locales que durante muchos años acogieron las tan conocidas galerías comerciales para su transformación en parking de vehículos, «algo muy necesario y demandado por los vecinos de la zona ya que la mayor parte de las viviendas de esta área carecen en su mayoría de aparcamiento y al tratarse de una zona del centro de la ciudad el aparcamiento es regulado y de pago», recoge en su web la empresa Crolec, la encargada de la reforma (Moncasa vende las plazas).

Duvicentro lleva ya dos décadas cerrado y desaparecido. Y ese pasó lo dio ya La Fuencisla, que conectaba la Avenida de Segovia con Canterac. «Llevará cerrado unos cinco años o quizá más», señalan vecinos de Delicias. «Yo llevo aquí ochos años y por entonces solo quedaba ya la una pollería», añaden desde ‘Droguería Prieto’.

Cúpula del centro comercial Avenida, en Paseo Zorrilla.Cúpula del centro comercial Avenida, en Paseo Zorrilla. - Foto: Jonathan TajesAbiertos, aunque cada vez con menos negocios y menos movimiento, siguen Circular 7, Aurora y Avenida. Como el Salón de Belleza Pilar en uno de los bajos de las galerías de la plaza Circular. Aunque, en su caso, le quedan unos días: «Llevo 30 años pero a finales de mes cierro». Las mañanas no tienen actividad, salvo de obras para convertir alguno de la veintena de locales en trasteros. Las tardes genera algo más gracias a unas clases de música y al electricista o el gestor que sigue acudiendo a su oficina. Son tres apenas los que mantienen ‘abiertas’ unas galerías que se fueron apagando con las jubilaciones.

Las de Aurora, con entrada por la calle del mismo nombre y por Arzobispo Marcelo González, tuvieron sus 54 puestos a rebosar en los años 80. Hoy son cinco (tras jubilarse una pescadería en agosto), dos pollerías, una carnicería, un quiosco y una pastelería. Este lunes solo están abiertos dos: Pollería Luis y Prensa y Golosinas Carlos. «Llevo 45 años aquí y esto lo hemos conocido en todo su esplendor. ¿Que cómo hemos llegado a ahora? Muy fácil, la gente se ha ido jubilando y lo ha dejado. Los locales ya no se vuelven a alquilar. Con la apertura de El Corte Inglés pegamos un bajón;y con la llegada de los supermercados...», relata Carlos desde el puesto 36 sobre el bajón actual. 

Estas galerías del barrio La Farola datan de 1967 y entre 2003 y 2004 cambiaron de propietario y fueron reformadas. La marcha del dueño hizo que muchos locales pasaran a manos de bancos y fondos de inversión. Salvo doce, que fueron adquiridos por sus comerciantes: «Nosotros seguimos porque es nuestro».

La Pollería Luis ocupa el puesto 7. «Llevamos unos 40 años aquí, con gente que ya nos conoce, clientes habituales... lo justo para mantenernos», asegura Pilar, que por el momento no tiene pensado bajar la verja, aunque reconoce que le quedan dos años para jubilarse.

Esas jubilaciones también han ido apagando las luces de Aurora.

No es el caso del Centro Comercial Avenida. O al menos no lo parece. Con entrada por Paseo Zorrilla y Capuchinos solo cuenta con seis negocios abiertos en los 44 locales de sus cuatro plantas (por si alguien no cae, es el edificio con una enorme cúpula que albergó en sus entradas Sfera). Su decaída puede estar aparejada a la marcha de marcas importantes, el alto precio que tuvieron los alquileres y ahora la inseguridad, debido a la proliferación de jóvenes para hacer botellón y de personas sin recursos que buscan un techo... ¡Y vaya techo, con una cúpula que recuerda a años de prosperidad! Goddess Studio, local de tatuajes y piercing; las academias Language Land y Looking After; Juan Ramón Sanz (abogado) y Asesoría Gesemp son, junto a un Burguer King de dos plantas, sus únicos inquilinos. Hasta hace dos años había una pescadería con mucho movimiento, pero acabó marchándose por el precio y los continuos intentos de robo. Ahora, aunque esos precios han bajado, ya no hay negocios que quieren abrir ahí.

Es el ocaso de las galerías comerciales.

«Entra gente a dormir y chavales a hacer botellón»

El Avenida cierra sus puertas a las doce de la noche y abre a las siete y media de la mañana. Durante el día está abierto aunque con poco movimiento. «A nosotros nos conocen más por redes sociales», reconoce Karen de Goddes Studio, que lleva un par de años en su interior aunque ya piensa en buscar otro local. «Me gustaba la zona y me cuadraba el precio», reconoce el porqué de su llegada a esta centro comercial. «Hay muchos niños haciendo botellón y entra mucha gente a dormir», apunta como problemas y principales razones de su posible marcha.