El 'cóctel' de un mayo lluvioso al inicio y cálido al final

A.G.M.
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La media histórica de las temperaturas máximas en Valladolid es de 21 grados, algo que los termómetros llevan ya días superando. Este es el segundo mayo de la última década con más precipitaciones

Imagen de la tormenta en Arroyo de la Encomienda. - Foto: ICAL

Los alérgicos miran al cielo y no saben si pedir lluvia y sol. Las dos últimas semanas de mayo han sido excepcionalmente calurosas y los niveles polínicos se han ido a los picos de la primavera, con las gramíneas como punta de lanza. Dicen los expertos que las lluvias pueden llegar para aliviar parte de la situación, pero al mismo tiempo, favorecer la supervivencia de las especies.

Mayo es el mejor ejemplo de ese ‘cóctel’ meteorológico en el que a una primera mitad de mes muy lluviosa y le siguió una muy cálida, generando el peor caldo de cultivo para los alérgicos, ya que las plantas crecieron ayudadas por esas abundantes lluvias y el calor las está secando y ayudando a que sus pólenes vuelen en pos de ojos rojos y llorosos, mocos y estornudos...

Los datos recogidos desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desvelan que los más de 51 litros registrados en este mes de mayo en Valladolid suponen el segundo mayor registro de lluvias de la década en Valladolid, tras lo contabilizado en el mayo de 2018, cuando se llegó a los 65,4 litros; contrasta, además, con los 4,6 que se recogieron en 2019.

Los 51,2 litros de este mayo se concentran en tres jornadas, las del 8, 10 y 12 de mayo, cuando, a ritmo de tormentas, el cielo dejó en Valladolid 15,2 litros, 11,4 y 13,8, respectivamente.

Hubo otros seis días con precipitaciones, pero de menor intensidad. El calor, en cambio, ha sido más constante en estas dos últimas semanas de mayo y desde el día 17 no ha habido ni una sola jornada en la que la máxima haya estado por debajo de esos 21 grados que establece la media de las temperaturas máximas de los mayos vallisoletanos.

El pico se registró la tarde del viernes 22 de mayo, cuando los termómetros llegaron hasta los 31,1, todavía a tres grados de la máxima histórica que contabiliza la Aemet en Valladolid, los 34,4 del 29 de mayo de 2001.