La cuarta ola entra en fase de repliegue en Valladolid

A. G. Mozo
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Los contagios ya empiezan a reducirse en Valladolid después de que la pandemia tocase techo en la penúltima semana de abril. El ascenso arrancó a mediados de marzo y ha provocado que los positivos crecieran un 97% durante el último mes y medio

La cuarta ola entra en fase de repliegue en Valladolid - Foto: Jose Carlos Castillo

La cuarta ola ha entrado ya en fase de repliegue en Valladolid. Los contagios tocaron techo la semana pasada, la penúltima de abril, y las previsiones apuntan a que mayo va a ser el mes del descenso de una ‘curva’ que debería desembocar en la etapa de control definitivo de la pandemia. Una cuarta fase que no ha alcanzado nunca las cotas de las tres anteriores olas, cuando las tasas de incidencia acumulada a 14 días se fueron a 341, 1.077 y 1.534, respectivamente, y siempre con la salvedad de que los datos no hacen justicia a lo ocurrido en la primera fase, cuando hubo muchos más contagiados que los positivos que se confirmaron por la vía de las escasas pruebas PCR que se hacían hace un año. En cualquier caso, son cifras mucho más elevadas que las que deja la cuarta ola, que, si no hay rebrotes, habrá marcado su techo en una IA de 179.

El importante incremento del ritmo de vacunación de abril (de las 201.566 dosis inoculadas hasta la fecha, más de 96.000 se han administrado este mes) y el mantenimiento de las restricciones en Castilla y León han llevado a la provincia a superar con una aparente solvencia esta cuarta fase pandémica, a pesar de que se habrá llevado por delante casi otro centenar de vidas en este mes y medio: 95 personas han muerto con covid-19 desde el 15 de marzo, que es cuando empezaron a subir los contagios y se podría datar el arranque de la cuarta ola.

La gran duda ahora es saber cuánto durará la desescalada y si se logrará al fin bajar de esas tasas de incidencia de 86-90 puntos que se alcanzaron durante la penúltima semana de marzo, y que resultaron insuficientes para avanzar en la desactivación de las principales restricciones. Desde la primera quincena de agosto, Valladolid no está por debajo de los 50 casos por 100.000 de incidencia acumulada que es la ratio mínima para poder dar por controlada la pandemia. Y ya hay que remontarse a julio si lo que se busca es la IA recomendada por los expertos, la de menos de 25 puntos. Ahora mismo está en 168.

La escalada de la cuarta ola se ha prolongado durante seis semanas, un mes y medio de crecimiento tan constante como sostenido, sin los repuntes pasados. Pese a ello, ha ido encadenando subidas que casi han llevado a duplicar las cifras de contagios. Finalmente se quedó en un 97%, al ascender desde los 237 casos que se dieron la semana del 8 al 14 de marzo (con una IA de 87), hasta los 469 acumulados la del 19 al 25 de abril (173 de incidencia), cuando la pandemia vallisoletana ha tocado techo; y en esta semana (hasta el viernes) ya se anotan un 17 por ciento menos. Por el medio, los 240 positivos de la semana del 15 de marzo, los 299 de la siguiente, los, 381 de Semana Santa y los  459 y 456 de las dos posteriores. Nada que ver con lo de la tercera ola, que creció un 1.500% en cinco semanas, pasando de los 266 positivos que se acumularon la última semana de diciembre hasta los 4.263 de la penúltima de enero.

Como es lógico, la incidencia acumulada ha logrado contenerse bastante también, pese a que saltó hace ya tres semanas al nivel 3 (el de riesgo ‘alto’) para estancarse muy pronto en la franja de los 170 puntos, con esa cota máxima de 179 notificada el pasado 21 de abril. El primer objetivo debe ser volver a bajar de los 150 para regresar al nivel 2 (riesgo ‘medio’) en que se permaneció durante el grueso de la fase de repliegue de la tercera ola. Ya por debajo de 50 de IA 14 días está el nivel 1 (riesgo ‘bajo’) y por debajo de 25, el idílico 0, en esa etapa de ‘nueva normalidad’ que acabaría con las restricciones.

HOSPITALES

Tasas de incidencia que, por mucho que mejoren en las próximas semanas, continúan dependiendo de la desescalada particular que deben conseguir las unidades de críticos, para lo que se hace imprescindible que la ocupación covid de las UCI baje de una vez del 25%. Las de Valladolid entran en mayo todavía con una tasa de en torno al 30% y tanto el Ministerio como la Consejería de Sanidad han dejado claro que será necesario estar por debajo de ese umbral del 25% para plantearse la desactivación de las medidas de contención sociales. Algunas de ellas, como el toque de queda o el cierre perimetral, se encuentran condicionadas al fin del estado de alarma el próximo 9 de mayo, aunque parece claro que la Junta mantendrá los límites horarios en la hostelería, al menos.

Las UCI de Valladolid atienden este fin de semana a 38 pacientes con coronavirus, repartidos entre el Clínico y el Río Hortega a partes iguales (19). A ellos hay que sumar otros 50 no-covid que también precisan cuidados intensivos y que mantienen a las unidades de críticos al límite de su capacidad estructural, marcada en 90 puestos UCI (57 en el HCUV y 33 en HURH); ahora mismo hay 88 ingresados en UCI.

Los bloques de hospitalización viven una situación más irregular en esta cuarta ola, aunque parece que la situación vuelve a encaminarse tras pasar un puente de Villalar complicado, en el que se llegaron a acumular 137 contagiados. Ahora hay 99, repartidos entre los 47 del Clínico, los 43 del Río Hortega y los nueve del Comarcal de Medina.

VACUNADOS LOS DE MÁS DE 70

Y todo, en un escenario en que la vacunación va marcando todo y que arrancará mayo con el grueso de los vallisoletanos de más de 70 años con al menos una dosis. Ya son más de 200.000 pinchazos, con 59.300 inmunizados (con las dos dosis) y la próxima semana llega el turno de los de 67 a 69 años.