El 65% de las casas necesita algún tipo de rehabilitación

M.Rodríguez
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El Instituto Universitario de Urbanística apunta que es la ciudad de la región con más necesidades de regeneración urbana

Vista general de Valladolid - Foto: D.V.

La regeneración urbana se convertirá en uno de los motores de la economía en los próximos años.  Esta es una de las grandes apuestas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, donde se plantea que el 39%  de los 140.000 millones de fondos europeos que recibirá España hasta 2026, se destinen a la transición ecológica. Y la rehabilitación de edificios es básica para lograr el objetivo de la descarbonización en 2050. En concreto, se fija una partida de 6.820 millones para la rehabilitación de viviendas y regeneración urbana. Unos fondos a los que podrán optar las distintas administraciones públicas, pero también los particulares. De hecho, entre 2021 y 2023, se pretende que las grandes reformas afecten a 500.000 viviendas, tantas como en los últimos 15 años, y se calcula que se pueden crear 188.000 empleos.

Una intervención que se considera prioritaria en Valladolid, donde el envejecimiento del parque residencial es evidente porque el 65% de las viviendas se construyeron antes de 1980. Esto la convierte en la ciudad de la región que presenta mayores necesidades de regeneración urbana, según la Estrategia para la Transición Energética en las ciudades de Castilla y León, elaborada por el Instituto de Urbanística (IUU) de la Universidad de Valladolid (UVa) realizado por encargo de la Junta de Castilla y León. La situación opuesta se da en las otras dos ciudades del área urbana de Valladolid. En Arroyo de la Encomienda casi el 80% de las viviendas se han construido en este siglo, mientras que en Laguna el porcentaje baja al 40%.

sostenibilidad. El notable grado de envejecimiento del parque de viviendas implica un consumo energético mucho más elevado que las construcciones más recientes, sometidas a normativas más estrictas en la reducción de la demanda energética, la eficiencia de las instalaciones, el uso de energías renovables, etc.. «En consecuencia, resulta evidente que la rehabilitación energética del parque edificado, especialmente del residencial, constituye uno de los principales campos de actuación de cara a contribuir a la transición energética en las ciudades de Castilla y León, lo que ha de enmarcarse necesariamente en una política ambiciosa e integrada de regeneración urbana», se detalla en el documento.

El Ayuntamiento de Valladolid ya ha elaborado varias manifestaciones de interés para optar a estos fondos europeos relacionados con la rehabilitación residencial en la zona este de la capital, incluida la regeneración de la barriada del 29 de octubre y de Las Viudas-Aramburu. Además, los particulares podrán optar a subvenciones y deducciones fiscales

El 65% de las casas necesita algún tipo de rehabilitaciónEl 65% de las casas necesita algún tipo de rehabilitación - Foto: J.TAJESEsta apuesta por la regeneración urbana en la capital también se plasmó en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que recoge los principios de sostenibilidad y presta atención a los objetivos de eficiencia energética. De hecho, el informe del IUU destaca que da prioridad a la regeneración urbana frente a nuevos desarrollos, pero se advierte que para convertir la regeneración urbana en el eje de la acción municipal se necesita un mayor compromiso. «Los ayuntamientos deben elaborar y aprobar sus propios programas de regeneración urbana, guiándose por lo establecido en el marco regional y buscar la máxima coordinación con un planeamiento urbanístico general actualizado en esta dirección». 

El estudio de la UVa apunta que en el caso de las actuaciones de rehabilitación y regeneración hay que tener en cuenta también la potencialidad que ofrecen los espacios libres, privados y públicos. Y destaca la importancia de los patios de parcela y de manzana, que apenas tienen uso, pero pueden, aseguran, contribuir a la sostenibilidad energética. En este sentido, se apunta que medidas sencillas de reverdecimiento, con plantación masiva de especies vegetales, que contribuye a la reducción del efecto isla de calor, con el ahorro consiguiente en climatización interior de los edificios. Además, estos patios ofrecen opciones para el uso de energías renovables, como pozos geotérmicos, instalaciones fotovoltaicas y acumuladores de energía térmica, calderas centralizadas y espacios de almacenamiento para combustibles como la biomasa, etc. 

 

Eficiencia.

Muchas de estas medidas se pueden aplicar para la regeneración de espacios libres públicos y el propio viario, en particular todo lo que tiene que ver con la plantación de arbolado y otras especies vegetales. En estos casos se propone combinar medidas de renovación de las redes de servicios urbanos, lo que permite incrementar, por ejemplo, la eficiencia energética del alumbrado público, así como de otras redes con incidencia en el consumo energético, como el riego. 

Por otro lado, al igual que en los nuevos desarrollos, se considera muy interesante aprovechar estas actuaciones para incorporar infraestructuras TIC, que permitan controlar y gestionar de forma más eficiente las infraestructuras de servicio. «Por ejemplo, hoy es posible la implantación de luminarias que adaptan la emisión lumínica a las condiciones ambientales, o que cuentan con detectores de presencia, reduciendo notablemente el consumo en ausencia de peatones o vehículos en movimiento», apuntan.

Una línea que sigue el proyecto de Agenda 2030 que ha presentado esta semana el Ayuntamiento de la capital. Una de sus líneas de actuación es la de mejorar el estado de conservación, seguridad, mantenimiento de los edificios y la habitabilidad de las viviendas. También se apuesta por impulsar la mejora de la eficiencia energética del parque inmobiliario aplicando incentivos fiscales, medidas de agilización y simplificación de los trámites administrativos o mediante la puesta en marcha de campañas pedagógicas. Además, la Sociedad de Suelo y Vivienda (VIVA) ofrece ayudas, para el fomento de la rehabilitación de edificios residenciales y viviendas unifamiliares, contribuyendo a financiar las que resulten necesarias para mejorar sus condiciones de eficiencia energética.