El cambio de ubicación de los accesos al aparcamiento de la Plaza Mayor ya es una realidad después de casi diez meses de obras. El Ayuntamiento ya autorizó el jueves la reapertura del parking, antes del 19 de agosto, aunque la previsión era que operase desde hoy mismo. 

Este era el proyecto ‘estrella’ del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, del pasado mandato pero le ha dado más quebraderos de cabeza de los previstos. Primero por los problemas con Patrimonio con las obras en la calle Jesús para ejecutar la salida de la calle Molinos, y también por la estética y ubicación de las salidas, las chimeneas de ventilación y los nuevos ascensores para garantizar la accesibilidad. En este punto también ha recibido las críticas de La Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, que considera que las obras del aparcamiento «alteran» la estructura del lugar más emblemático de la ciudad y censuró al Ayuntamiento por no responder a sus escritos.

Los problemas de ejecución y los plazos también han dado más de un quebradero de cabeza al equipo de Gobierno. Los primeros retrasos  generaron presión añadida para garantizar que las procesiones de Semana Santa pudieran desfilar por la Plaza Mayor. El plazo de ejecución de seis meses fijaba el fin de obra para el 31 de marzo. Pasado ese momento crítico la empresa concesionaria pidió dos meses de prórroga. Un tiempo que no fue necesario y que ha motivado quejas de los comerciantes, críticas de la oposición y una posible petición de compensaciones al Ayuntamiento.

MÁS DÍAS OPERATIVO

Un camino tortuoso para ver el fin de este proyecto que garantiza que la Plaza Mayor de la capital sea totalmente peatonal. De hecho, el alcalde recordó esta semana que este cambio de los accesos también garantizará que el aparcamiento esté operativo «más días al año» porque ahora no será necesario cerrarlo cuando se programen eventos en la Plaza para garantizar la seguridad de los peatones.

Además, también contestó a la críticas de los comerciantes y replicó que el Ayuntamiento «es su aliado y que tanto la ciudad como el comercio salen ganando» con este cambio. Puente pidió no se «vean fantasmas» y recordó que el equipo de Gobierno «sí que escucha a los comerciantes ya que se modificó la salida de dicho aparcamiento, prevista por la calle La Pasión, hacía la calle Los Molinos, pese a tener un coste adicional, por no perjudicarlos».

Eso sí, reconoce su disgusto por el incumplimiento de los plazos y reconoce que le habría gustado que hubiera acabado en tiempo, «pero salvo ponerme el mono y picar he hecho de todo para tratar de acortar los tiempos». Eso no implica que tal como avanzó el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, se estudiará pedir compensaciones a la empresa que ha alegado motivos como la falta de cohesión del terreno, supuestos problemas de suministro del material o las obras adicionales que se han visto obligados a llevar a cabo para desviar redes, que inicialmente no estaban previstas.