Los vecinos de Pilarica están acostumbrados están acostumbrados a la lucha y a salir a la calle para defender lo que consideran son sus derechos. Y la del soterramiento es la enésima causa que les ha unido frente a las administraciones públicas. Una bandera que ahora enarbola José Luis Alcade, que sustituyó a Margarita García, actual presidenta de la Federación de Vecinos, al frente de la asociación de vecinos del barrio. Alcaide lo tiene claro, las obras de integración mejoran la situación actual pero no mejoran la situación de aislamiento del barrio y el efecto barrera del ferrocarril. Y reitera que lo conoce de primera mano porque recuerda que llevan meses «encerrados» por la supresión del paso a nivel de la plaza de Rafael Cano.

¿Cómo se vive lo que califican como un ‘encierro’ que ya supera los 1.200 días?

Se vive con frustración y con impotencia, pero también con ganas de salir del encierro y de un castigo que no nos hemos merecido. Ahí estamos luchando contra la adversidad.

Han luchado mucho contra ese castigo «inmerecido», pero ¿han conseguido resarcirse mínimamente?

Hombre, algo sí. Merced a la lucha, aunque haya tardado mucho y demás, el paso de Rafael Cano, que se está construyendo, es infinitamente mejor que el que había antes. El paso que Adif tendrá que construir en Andrómeda también es otra posibilidad de comunicación. Todo esto mitiga, desde luego, la sensación de aislamiento y de encierro que tenemos los vecinos de Pilarica. Pero, por otro lado, nuestro deseo final y óptimo sería el soterramiento para toda la ciudad porque no es solo un tema de Pilarica o Belén sino que es de toda la ciudad.

De este proyecto se lleva hablando más de dos décadas. ¿Siguen pensando que es viable?

Es perfectamente viable. En Vitoria, van a solucionar el soterramiento. ¿Qué ocurre? Pues que allí los votos del PNV son absolutamente necesarios para sacar adelante el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Lo eran antes, con el Gobierno de Rajoy, y lo siguen siendo con el de Pedro Sánchez. Si hay voluntad política de tomar las decisiones se puede hacer. Exactamente lo mismo ocurriría en Valladolid porque aquí no es más caro que en Vitoria, incluso puede que fuera más barato, pero aquí no ha existido la unidad de la clase política, de los ciudadanos y los medios de comunicación para empujar adelante.

Habla ahora de Vitoria, pero aquí nunca estuvo asegurada la financiación. Inicialmente se vinculó a la venta el suelo liberado, pero no ha contado con partidas públicas.

En Vitoria la solución la van a adoptar fundamentalmente con fondos del Ministerio de Fomento. ¿Por qué no se puede hacer lo mismo aquí? En realidad el soterramiento no es solo un tema para Valladolid. Si tenemos AVE es porque somos un lugar de paso para extender la alta velocidad hacia el norte. Creo que Valladolid no tiene por que sufrir las consecuencias de esas necesidades de comunicación del resto del territorio nacional. No nos oponemos al AVE, pero no tenemos por que sufrir las consecuencias de esas infraestructuras. Desde luego, una ciudad sin soterramiento, con una vía de tren que marca fronteras y territorios provoca situaciones de desigualdad según si se vive a uno u otro lado de la vía. El modelo de integración de la diversidad de una ciudad se ve notablemente perjudicado por la existencia de este muro. 

¿Eso se soluciona con el proyecto de integración del Ayuntamiento?

El proyecto que actualmente pretende el Ayuntamiento de crear algunos pasos por debajo, pasarelas por arriba, sigue permitiendo la existencia de esos muros y no es un buen modelo para integrar la diversidad de una ciudad.

¿Considera, entonces, viable la propuesta del PP de recuperarlo y que ahora abandera su candidata?

El proyecto del soterramiento es perfectamente viable. Es cuestión de voluntad política. Evidentemente es caro y necesita años para ejecutarse. Otra cosa es cómo se ha planteado este tema en la batalla electoral de unos y otros partidos políticos. Nosotros ahora mismo estamos muy decepcionados con todos los partidos políticos en este tema. Quienes ahora propugnan el soterramiento estuvieron 20 años en el Gobierno municipal, pudieron hacerlo porque estábamos en la época de las vacas gordas y no lo hicieron, pero ahora pretenden convencer a la ciudadanía de la necesidad del proyecto. 

Por otro lado, quienes ahora están en el Gobierno municipal, cuando estaban en la oposición nos apoyaron las reivindicaciones, les hemos visto aquí en el paso a nivel para que no se cerrara y se hiciera el soterramiento, y resulta que cuando llegan al Ayuntamiento entierran la opción de soterrar. Desde el punto de vista personal me parece que en el tema del soterramiento todos los partidos políticos están más guapos si se callan. Es mejor que no hablen, que sí tienen que hacer algo que lo hagan. Lo que tienen que hacer es unirse toda la clase política y conseguir un acuerdo y la financiación viable y estable  para el proyecto. Y una vez que lo hayan conseguido, ya nos pueden hablar. Pero que no nos falten al respeto y no se lo falten a sí mismos porque esta forma de proceder es una falta de respeto.

¿Se sienten utilizados?

Creo que hay intentos de utilizarnos, pero nosotros no nos vamos a dejar utilizar. Evidentemente es un banderín de enganche electoral de muy hondo calado. Nosotros hemos sido los más reivindicativos de la ciudad con este tema y lo seguimos siendo, pero no vamos a dejar que nos utilicen ni unos ni otros. Por favor, que no nos falten al respeto, que no se falten al respeto a sí mismos, que se callen, que trabajen más y cuando lo tengan todo hecho, que se pongan manos a la obra.

¿Por qué no se defiende como tema de ciudad y no hay una reclamación general?

Creo que porque no ha habido una unión de todos los políticos para reivindicarlo. Siempre han estado mirando con las luces cortas de los intereses electorales y no con las luces largas de las ventajas que supondría para Valladolid. Todos podrían haber estado de acuerdo y nos habrían empujado al resto a reivindicarlo. En Murcia se ha conseguido más o menos esa unidad, y la prueba es que al final le van a hacer también el soterramiento. En el caso del País Vasco ha sido más sencillo: los cinco votos del PNV han conseguido el milagro.

El paso de Rafael Cano es el primero que se ejecuta del proyecto de integración. Vista la evolución de las obras, ¿Les parece una buena opción? ¿Han pedido alguna mejora?

Este fin de semana lo he hablado con los vecinos, que reconocen ventajas y desventajas. Conviene esperar a que esté concluido y luego darle unas semanas de uso para luego hablar realmente con propiedad. A priori, está claro que es muchísimo mejor que lo que teníamos, pero hay algunas cosas en el proyecto que hemos al Ayuntamiento que se mejoren, como cambiar el suelo de tierra de la plaza por baldosa. En el caso del muro pantalla hay que ver que solución se puede adoptar, estamos pendientes de una reunión.

En el caso del túnel de Adif, en Andrómeda, han vuelto a manifestarse para pedir el inicio de las obras, que acumulan meses de retraso. ¿Qué plazos manejan? 

En 2015 se cerró el paso a nivel. Luego intentaron hacer una pasarela, que nunca se llegó a inaugurar, y se comprometieron a ejecutar este paso. Argumentan que van retrasados porque hay que hacer el desvío de las canalizaciones, algo que han encargado a varias empresas, lo que lo está retrasando. Pero no están poniendo toda la carne en el asador para avanzar con las obras. En Rafael Cano también se han realizado desvíos y las obras están avanzadas.

¿Se han disculpado por la demora?

Adif sí que nos ha pedido disculpas, pero no nos sirven porque entendemos que además de todas estas complicaciones técnicas y burocráticas ha habido una gran dejadez por su parte para iniciar la obras.

Una vez que estén estos dos túneles, ¿considera que cambiará la percepción de los vecinos y acepte el proyecto de integración?

No lo sé. Creo que va a depender todo de cómo funcione el paso de Rafael Cano. A priori, me parece que es mejor que lo que tenemos pero sigue la vía del tren marcando las barreras. Mientras haya barreras físicas habrá barreras sociales y psicológicas, que son tan o más grandes que las tapias de hormigón.

También han denunciado la situación en la que están las márgenes de la vía. Se han anunciado varias intervenciones. ¿Estos proyectos les hacen sentirse más atendidos?

Hemos pedido al Ayuntamiento y Adif un corredor peatonal entre la plaza de Rafael Cano y el túnel de Andrómeda, que es lo que denominamos la ‘acera de la vergüenza’. Adif dice que es factible retranqueando el muro actual para dejar libre el corredor peatonal, pero se tienen que poner de acuerdo con el Ayuntamiento. Esta obra forma parte el tratamiento integral de los bordes ferroviarios, que está en el convenio ferroviario. Una acuerdo absolutamente leonino para la ciudad, que mantiene la edificabilidad del Plan Rogers para recuperar con la venta del suelo liberado el dinero que Adif puso para pagar la deuda de la sociedad VAV. Y se dice que si en 2030 no han recaudado todo el dinero adelantado, el Ayuntamiento tendrá que hacer frente a esa deuda. Además, el principal beneficiario de los 400 millones de deuda porque se gastó en el túnel del Pinar de Antequera y en los nuevos talleres de Renfe, que lógicamente apoyamos porque es una inversión industrial para la ciudad, pero los otros 100 millones corresponden a intereses financieros. ¡Qué no nos vendan la moto! Valladolid le importa a Adif un carajo.

¿Se ha deteriorado la relación de la asociación con los partidos que forman parte del equipo de Gobierno? 

Tenemos un acceso y una relación formal con ellos. Podemos solicitar entrevistas y la recepción ha sido bueno, mucho mejor que antes. Pero eso espinita del soterramiento ahí la tenemos clavada y entendemos que se han empeñado en mantenerlo. Que fácil sería ahora que, en teoría, todos los partidos de la oposición piden el soterramiento, los partidos que están en el Gobierno municipal tienen en el Gobierno central a sus compañeros y Óscar Puente es compañero de Ejecutiva del ministro de Fomento, que toda la ciudad se pusiera detrás del alcalde para pedir el soterramiento. No digo de hoy para mañana.

El equipo de Gobierno dice que han dicho la verdad y que son los únicos que han reconocido que es inviable.

El alcalde nunca ha dicho de dónde salen los mil millones que dice que cuesta el soterramiento. En Vitoria, los 3,7 km que se soterran tienen un precio bastante inferior y no creo que sea una obra más compleja. Y lo pagará Fomento y el Gobierno vasco. Claro, dicen que si lo pagan aquí tienen otras 16 ciudades a la cola con el mismo problema, pero en Murcia se resolverá también. ¿Por qué no aquí? Es cierto que el dinero no es infinito, que sale de los impuestos que pagamos todos, pero si hay voluntad política se puede hacer.

¿La reclamación del soterramiento ha solapado otros problemas del barrio?

Nosotros hemos reivindicado varios asuntos, entre ellos qué pasaba con el colegio Antonio Machado, que se convirtió durante unos años en un auténtico gueto escolar con el cien por cien de los alumnos de minorías étnicas o inmigrantes. Se ha conseguido que ese centro ahora mismo esté remontando y se está convirtiendo en uno en el que hay alumnos diversos que se corresponden a la tipología social del entorno. Y ahí ha influido muchísimo que el Ayuntamiento haya abierto una guardería para dar servicio a las familias de Los Santos-Pilarica. Aunque el soterramiento ha sido el eje fundamental de nuestro trabajo no ha ocultado otros temas.

¿Y los problemas estructurales graves que tiene la zona Este?

Se han ido resolviendo igual que en la ciudad de Valladolid, no de forma óptima. El tema escolar, sí. Ese ha mejorado muchísimo aunque queda el colegio Gabriel y Galán que está soportando el mismo problema que tuvo el Antonio Machado. Queda mejorar los servicios del Ceas y atener a las personas mayores que necesitarían una residencia y no tienen opción a ella por motivos económicos. 

¿Eso hace también que la gente joven no elija el barrio para vivir?

En parte sí. Hay gente que tiene una mala impresión de Pilarica, pero es también porque no conocen el barrio. Es una zona de Valladolid donde es muy cómodo vivir. Muchas familias, sobre todo en el casco histórico del barrio, viven en casas adosadas a 15 minutos andando de la Plaza Mayor, con unos vecinos perfectamente majos. Pero las barreras físicas ayudan a construir esas barreras mentales y sociales de mucha gente.