Castilla y León lleva desde la segunda semana de 2019 con una epidemia de gripe que ya roza el nivel de intensidad media. Nada que no sea normal a estas alturas del año, pero se trata de un fenómeno que anticipa otro que se suele repetir todos los inviernos en los centros de trabajo: la ‘epidemia’ de bajas. Los síntomas de esta enfermedad son tan molestos que incapacitan para la mayor parte de los trabajos. Por ejemplo, la tos, los escalofríos, los dolores de cabeza y musculares. Unas incapacidades temporales que no suelen durar más de una semana, pero que causan un importante perjuicio económico a las empresas.
Según los datos facilitados por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat), la gripe provocó el pasado invierno 661 procesos de baja por contingencia común, lo que representa el 1,6 por ciento del total de las bajas registradas en 2017. Amat estima que el coste para las empresas de estos procesos fue de 245.074 euros. Evidentemente, cada temporada es un mundo y los datos bailan en función de la intensidad de la epidemia. De hecho, los 661 casos de 2017 habían sido 876 un año antes. Estas estadísticas hacen referencia exclusivamente al sector de las mutuas, que en la provincia de Valladolid cubren al 85,6 por ciento de los trabajadores.
Reducir este impacto depende, en cierta medida, de los propios trabajadores. Es habitual que muchos de ellos acudan a su puesto con esta enfermedad infecciosa, una «irresponsabilidad» que suele derivar en su propagación. El director del Centro Nacional de la Gripe, Raúl Ortiz de Lejarazu, lo tiene claro: «Una persona que tiene gripe no debe ir a trabajar porque al final acaba siendo peor el remedio que la enfermedad». Además, no son bajas de larga duración. «En cuatro o cinco días se suele curar el 99 por ciento de los casos», apostilla Ortiz de Lejarazu. Es decir, que para las empresas es menos lesivo perder un trabajador durante este periodo que tenerle en su puesto y provoque más bajas entre sus compañeros.
Los datos de Amat dicen que la duración media de las bajas en 2017 en Valladolid fue de 41,8 días, un periodo que se reduce a seis días en los casos de gripe.
el coste que genera. El director del Centro Nacional de la Gripe considera que los índices de vacunación demuestran que buena parte de la población no está concienciada con el coste que genera esta enfermedad. Y pone como ejemplo a Estados Unidos. «Allí el 70 por ciento de los mayores se vacuna porque la medicina es privada e ingresar cinco días en un hospital puede tener un coste de 20.000 dólares, y eso se nota en la prima del seguro», explica.
De los 247 casos detectados en lo que va de año en la Red Centinela de Castilla y León, un sistema de vigilancia de la salud pública e investigación epidemiológica, 223 corresponden a personas que no se habían vacunado. Además, más de la mitad se presentan en niños menores de 14 años.
La Consejería de Sanidad ofrece una serie de consejos básicos para reducir la propagación de esta enfermedad. El primero es protegerse la boca y la nariz al toser con un pañuelo o el brazo. Nunca con la mano. De hecho, el segundo consejo es lavarse bien las manos después de estornudar. El tercer consejo va en consonancia con los dicho por el doctor Ortiz de Lejarazu: no acudir a lugares cerrados, como el trabajo o el colegio, para evitar contagiar a otras personas. Cuando uno ya tiene la enfermedad, lo recomendable es bebe abundante líquido y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Cualquier persona puede vacunarse en su centro de salud habitual con cita previa. Una práctica que también se hace en centros hospitalarios a enfermos cuyo ingreso coincida con la campaña de vacunación.