Cocina de autor en platos tradicionales

R.G.R
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Cocina de Asunción Ferreira. - Foto: Jonathan Tajes

Toda una vida. Fue la tatarabuela de Carlos Calvo la encargada de poner en marcha el negocio. No de la misma forma que se conoce ahora al Hostal Sardón, pero sí como fonda para los viajeros que pasaban por la antigua nacional 122 para traer o llevar artículos desde Valladolid. Fue ya en 1974 cuando sus padres, Gerardo y Pepa, solicitaron un crédito para abrir el negocio como se conoce hoy en día. ?Carlos se puso a trabajar desde los 16 años y a sus 62 se mantiene al frente del negocio. Una casa de comidas con 15 habitaciones que ofrece cocina de autor en platos de cuchara. 

La pandemia les ha cambiado un poco el paso, ya que han pasado de ofrecer el servicio durante todo el día a centrarse únicamente en las comidas y las cenas solo para los clientes hospedados. Con una amplísima carta se han especializado en dotar a sus platos de cuchara de un toque diferente, muy demandado por sus clientes.  El secreto puede estar en que se centran en los productos de temporada y se han especializado en los guisos hasta tal punto que ofrecen un menú degustación de sus diversos platos de cuchara. 

Con menús que oscilan entre los 12,95 y los 25 euros, los clientes pueden disfrutar de todo tipo de guisos y, por supuesto, de carnes y pescados casi en pleno corazón de la Ribera del Duero. El restaurante, por supuesto, también juega con una amplia gama de vinos que pueden disfrutar sus comensales y que luego pueden comprar. «Tenemos unas 120 referencias diferentes y todos los comensales puedan comprar la que quieran una vez que acaben de comer», comenta el propietario Carlos Calvo. 

Este restaurante se ha especializado tanto en los platos de cuchara hasta tal punto que incluso ofrece un menú degustación de algunos de ellos a diario. «Hacemos todos los días cuatro o cinco y este menú consiste en probarlos todos y luego elegir un segundo. Cada vez está más demandado», comenta Calvo. 

Y eso sin olvidar sus jornadas del cocido de los jueves, que llevan haciendo ya desde hace varias décadas. «Viene mucha gente». No es fácil encontrar un restaurante tan volcado en la cuchara que, a su vez, ofrezca degustaciones de sus platos y jornadas gastronómicas. Este hecho hace que algunos de sus clientes se hayan mantenido fieles durante décadas. «Hace unos días llegó una persona con 92 años y estuvimos hablando de que cuando tenía 12 ya venía de viaje a Valladolid y paraba en esta casa como su última etapa antes de llegar a la ciudad».   

El hecho de estar ubicados en Sardón del Duero supone una doble ventaja para el restaurante. Por un lado, suma clientes de paso que llegan a través de la carretera y buscan un buen menú de cocina tradicional y, por otro, cada vez llega un mayor número de clientes procedentes el enoturismo y las bodegas. «Antes era más importante la carretera, pero la verdad es que ahora tenemos cada vez más gente que llega porque viene de las bodegas o del enoturismo».

Con siete trabajadores, este restaurante se ha hecho un hueco especial en el corazón de la Ribera del Duero, ya que es uno de los centros neurálgicos de la gastronomía de la ribera vallisoletana. «Son muchos los responsables de bodegas que vienen a comer y durante todos estos años han sido muchos los negocios que se han cerrado en el restaurante», aclara Calvo.  

Los productos de temporada son obligatorios en la carta. Sin duda, uno de sus valores principales. Ahora, con la llegada del otoño, llega la época de los níscalos, y comienza uno de sus platos estrella. Las patatas con níscalos, con una elaboración de poco más de media hora, que no deja a ningún comensal indiferente. La llegada del frío hace que sus platos estén aún más demandados.