Eugenio Ampudia muestra su trabajo en 'Estado de sitio'

D. V.
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La exposición, comisariada por la leonesa Blanca de la Torre, abre hoy sus puertas en la Sala Amós Salvador de Logroño

Eugenio Ampudia. - Foto: EFE

Este año Logroño conmemora el quinto centenario de la resistencia de sus habitantes al sitio de la ciudad por los franceses en 1521, y con esa efeméride en mente el director de la Sala Amós Salvador, Juan García Calvo, encomendó antes de la pandemia a la comisaria leonesa Blanca de la Torre un proyecto específico para este espacio. “Pensé en reflexionar en torno a esos otros estados de sitio en los que nos encontramos ahora. La pandemia ha puesto de actualidad el estado de emergencia, el estado de sitio y el estado de excepción, y quise recoger las derivas que esos estados podían tener a día de hoy”, explica. 

Con esa idea en mente, fuertemente arraigada en su línea principal de trabajo, que se centra en la investigación sobre la crisis ecosocial desde las diferentes disciplinas artísticas, De la Torre invitó a ocho artistas (cuatro hombres y cuatro mujeres) con los que colabora habitualmente a desarrollar otras tantas piezas específicas para este proyecto, con las que abordar los “diferentes ángulos” de esta crisis, de un “estado de sitio” estrechamente vinculado con “la crisis de los relatos”. “Es obvio que los relatos que hemos construido hasta ahora han fallado. Necesitamos de manera imperiosa construir otras narrativas y, para lograrlo, las prácticas artísticas pueden ser muy efectivas”, explica en declaraciones a Ical. 

La exposición ‘Estado de sitio’, comisariada ella y Fernando Gómez de la Cuesta, abre hoy sus puertas en la Sala Amós Salvador, donde reúne los últimos trabajos de creadores como el vallisoletano Eugenio Ampudia o el burgalés Alán Carrasco, junto a Carlos Aires, Núria Güell, Maider López, Cristina Lucas, Paula Rubio Infante y Julio Sarramián, informa César Combarros, de la Agencia Ical.

En el caso de Eugenio Ampudia, participa con la video-instalación inmersiva ‘Lluvia interior (vino)’, donde plasma la evidencia de la crisis climática a través de los cambios que han experimentado los viñedos en sus técnicas de producción. En un espacio de siete por cuatro metros y medio, el vallisoletano impregna al espectador con una lluvia de vino a partir de tres proyecciones encadenadas sobre el suelo, que recrean una precipitación de ese peculiar líquido como si de un fenómeno meteorológico se tratase. 

Según explica a Ical, el origen de la pieza está en un artículo del enólogo Eric Asimov en el ‘New York Times’, donde explicaba que como consecuencia del calentamiento global y tras siglos de viñedos que perseguían de una forma natural el sol, empezaban a resultar más eficaces ciertas manipulaciones o artificios a la hora de modular la maduración de las uvas. Esa idea de ruptura en el orden natural del proceso, y de la relación que durante siglos han mantenido el ser humano y la naturaleza, fue el desencadenante de su nueva obra.

“Mi trabajo consiste en mirar lo que hay alrededor, extraer conclusiones y mostrárselas a los demás. En estos momentos es imprescindible poner el foco en nuestra relación con la naturaleza y sobre la evidencia del cambio climático, para al menos analizarlo. No es una moda pasajera, sino un problema grave”, explica para justificar su preocupación creciente por estas cuestiones, algo que ya quedaba bien a las claras en su anterior trabajo, el controvertido ‘Concierto para el bioceno’ que sirvió para reinaugurar el Liceo de Barcelona con un recital sin más público que cerca de 3.000 plantas.

Ampudia se decantó por el vino como leitmotiv de su pieza para abordar un problema local (“la tierra y la climatología de Logroño eran idóneas para elaborar el vino de La Rioja y de repente han empezado a tener problemas”, explica), que a la vez es global. “Lo que le pasa al vino nos pasa a nosotros y es una consecuencia de nuestros actos. Las vides están sufriendo nuestra relación poco empática con la naturaleza y con el resto de las especies”, censura. Junto a esa pieza, una vitrina recogerá algunos dibujos conceptuales que ha hecho en los últimos meses sustituyendo las acuarelas por vino.

Memoria grabada a fuego

Por su parte, el burgalés Alán Carrasco ha creado para la ocasión la instalación ‘En ese claroscuro’, donde reproduce con pirograbados sobre fieltro de lana los tradicionales almanaques que se usaban décadas atrás en todos los hogares. Así, recrea 193 páginas de esos calendarios que se corresponden con todos los días del periodo de la transición española en los que se produjo alguna víctima mortal de violencia ejecutada por el Estado o en connivencia con los aparatos del Estado, a través de grupos ultras como los guerrilleros de Cristo Rey o la Triple A, entre otros. 

El resultado es una instalación que cubre 31 metros lineales, con la que arroja luz sobre la violencia que “la retórica de la transición como un proceso histórico ejemplar e incruento” ha intentado borrar. “En la transición hubo entre cinco y seis centenares de muertos que han quedado totalmente ocultados. Quería recuperar ese pedazo de la historia que nos ha sido escamoteado”, señala.

Carrasco reconoce que “nadie duda que la transición fue un proceso exitoso, que terminó con un bien mayor”, pero apunta que “bajo el peso de ese éxito quedó oculta toda esta violencia que nunca ha sido aceptada por el Estado, que ni siquiera ha pedido disculpas por ello”. Por eso pretende arrojar luz sobre la memoria histórica, “para poder construir un futuro mejor, en el que esos errores no se repitan”. “No es una cuestión de revanchismo, sino de poder recordar para no olvidar”, concreta. 

Becado actualmente por la Academia de España en Roma, explica que el título de su pieza es un guiño a la frase que escribió Antonio Gramsci mientras estaba encarcelado tras la irrupción de Mussolini: “Él habla del despertar del fascismo como un instante de claroscuro, el momento en el que aparecen los monstruos”. Centrado en el análisis de la construcción de los relatos históricos durante el siglo XX, Carrasco aprecia “con miedo” una serie de paralelismos que se repiten “casi matemáticamente” en nuestros tiempos: “Uno ve cómo empezaron los años veinte del siglo XX y ve qué discursos se están repitiendo no solo en España, sino en otros países como Hungría, Polonia, Alemania o Italia, y son bastante similares a los que existían en 1920 y 21”, advierte.

Sus obras se complementan con el resto de trabajos de los artistas seleccionados para la exposición. Así, Maider López propone una acción colectiva donde convierte el zócalo de la sala en un incómodo “contador, temporal y espacial”; Cristina Lucas propone revisar el materialismo histórico a partir de un gigantesco “castillo de naipes” que crea con ruinas fósiles derivadas de combustibles; Julio Sarramián toma la figura del río Ebro como agente capaz de generar construcciones culturales y paisajísticas; Paula Rubio Infante y Núria Güell sitúan el sistema carcelario como punto de inicio de sus creaciones; y Carlos Aires reflexiona sobre la superación de los iconos que representan a la historia a través de una revisión sui generis del retrato del rey emérito Juan Carlos I, realizado por el diseñador español José María Cruz Novillo para los billetes de cinco mil pesetas. “Todo ello para dar forma a esta singular metáfora de un estado de sitio que ya estaba. Tal vez la diferencia radica en que ahora, por primera vez y a la fuerza, nos hemos atrevido a mirarlo de frente”, señalan los comisarios.

La muestra, que permanecerá en Logroño hasta el 15 de agosto, incluye una serie de actividades complementarias entre las que figura la mesa redonda ‘Una mancha de muso. La crisis ecosocial como estado de sitio’, en la que participará Ampudia junto a Cristina Lucas y Julio Sarramián, moderada por Blanca de la Torre y Fernando Gómez de la Cuesta. Este encuentro, donde se debatirá sobre el papel de las prácticas artísticas en la crisis ecosocial y los artistas desvelarán algunas claves sobre el proceso creativo de sus obras desarrolladas para la exposición, estará disponible en el canal de YouTube de la Sala Amós Salvador a partir del 21 de junio.

En ese mismo espacio podrá seguirse, a partir del 30 de junio, la mesa redonda ‘La construcción de la(s) historia(s)’, con Alán Carrasco y Carlos Aires, que conversarán junto a los comisarios sobre la construcción de los relatos y la memoria colectiva.