El Leganés ya es de Primera

AGENCIAS
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El conjunto madrileño logra el ascenso después de ganar por la mínima en casa del Mirandés

El Leganés venció ayer a domicilio al Mirandés (0-1) y se estrenará la próxima campaña en la máxima categoría del fútbol español, un enorme logro para el club madrileño, que hace menos de dos años celebraba por todo lo alto el retorno a la ‘categoría de plata’ tras una década de ausencia.

La felicidad en aquel momento era justificada, ya que el equipo abandonaba, con un gol de chilena de Carlos Álvarez en Hospitalet, el foso de la Segunda División B. Esa recordada diana era la escapatoria a un duro período que, en algunos pasajes, vino marcado por los problemas económicos.

 El crecimiento experimentado en todos los aspectos ha conseguido que aquello quede casi enterrado. La gloria tiene muchos responsables, pero quizás el más visible sea Asier Garitano, un técnico sereno y con las ideas claras capaz de dar el impulso deportivo que se demandaba.

 A lo largo de sus tres temporadas al frente ha conseguido llevar a cabo una gestión eficaz, encadenando éxitos sin perder los valores por el camino. Para ello se ha rodeado de futbolistas comprometidos con un discurso en el que son innegociables el sacrificio, el carácter y la voluntad para despojarse del individualismo en favor de los valores de grupo.

 Ayudó a ello el boca a boca, especialmente cuando el pasado verano hubo que hacer frente a las numerosas salidas. Lo que hubiera sido dramático en otro lugar, lo interpretraron en Butarque como una oportunidad. Las buenas relaciones con el Athletic facilitaron la llegada de jóvenes como Bustinza, Guillermo o Ruiz de Galarreta. Fruto de los movimientos en el extranjero aterrizó el brasileño Gabriel desde la Juventus. La capacidad de convicción ayudó a que firmaran Sastre, Omar y en invierno Timor desde una entidad puntera como el Valladolid.

 A ellos se sumaron otras incorporaciones destacadas y con experiencia en la competición como Víctor Díaz, Szymanowski, Toni, Miramón o Pablo Insua. Esos nuevos rostros lograron poner su calidad al servicio de un vestuario lo suficientemente cohesionado gracias a quienes ya estaban.

 Tanto cambio obligaba a una fase de aclimatación y el comienzo fue frío, con una dura derrota en Almería más por las sensaciones que por el resultado. Sin embargo, era cuestión de tiempo que la maquinaria se engrasara. El grupo fue ganando en solidez, haciéndose fuerte en casa hasta el punto de no perder su primer partido como local hasta el mes de marzo contra el Tenerife. Esa solvencia como anfitrión la cimentó también sacando puntos como visitante, logrando victorias sufridas y de prestigio como la cosechada en Córdoba.

Según pasaban los meses, se fueron marcando las líneas a seguir, la identidad de un colectivo intenso en defensa y efectivo en ataque. Asumidos los conceptos, llegó el liderato tras vencer al Alavés, y se mantuvo las semanas sucesivas en puestos de ascenso directo.

 De la ensoñación se pasó al ‘sí se puede’ y, al final, lo que parecía improbable es ya una realidad. Tras el descenso del Getafe el sur de Madrid, de donde salieron nombres como Torres o Casillas, no se quedará huérfano de representantes en Primera.

El resto de la jornada. Por otro lado, la Ponferradina consumó su descenso tras perder (0-1) ante el Nástic, que jugará la fase de ascenso a Primera División junto a Girona, Córdoba y Osasuna.

Los castellanos abandonan la ‘categoría de plata’ después de cuatro temporadas, y tendrán que emprender un nuevo proyecto para acometer la difícil tarea de lograr el ascenso a Segunda.