El flaco trotamundos

M.B
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Eric Gull llegó a Valladolid desde Moscú en 2004, aunque antes había jugado en Brasil, Suecia, Francia y Túnez, para pasar luego por Qatar y retirarse como jugador en su Argentina natal, donde estuvo ayudando al AACF Quilmes y a la selección júnior

"Valladolid es mi casa en España". Eric Gull nunca ha ocultado su amor por la ciudad que le acogió de 2004 a 2007. Aquí llegó procedente de Moscú, donde había jugado bajo la dirección de  Vladimir Maximov en el Chekhov y aquí, con Juan Carlos Pastor creció como jugador, ganando dos Copas del Rey, alcanzando las semifinales de la Champions, y formando un equipo de ensueño en el Balonmano Valladolid con Garabaya, Chema Rodríguez o Muratovic, entre otros.

Eric Gull, conocido como El Flaco, sigue estando considerado uno de los mejores jugadores argentinos de balonmano. De 1997 a 2012 militó en 12 equipos, pasando por países como Brasil -"me fui allí por 400 reales", ha relatado en alguna ocasión-, Suecia, Francia, Túnez o Qatar. 

A Valladolid llegó de la mano de Juan Carlos Pastor o, mejor dicho, de Raúl González, hoy técnico del París Hanball. Gull había jugado en Moscú en el Chekhov, después de haberse convertido en el primer argentino en disputar la Asobal con el Ademar León (2000-01). Volvía en un vuelo de medirse, con un combinado mundial a Rusia, cuando coincidió con Raúl en el vuelo. Éste le dijo que si quería jugar en España podría hacerlo en Valladolid. Así se fraguó su regreso a la Liga Asobal de la mano del cuadro pucelano.

En Huerta del Rey, como les pasó a muchos otros, le costó entrar en el equipo, siendo el descartado por Pastor en algunos encuentros. "En los primeros 4 meses me querían vender. En Rusia no me costó, en Francia sí", recuerda. Pero una vez que se adaptó al sistema y al equipo... Basta con poner un ejemplo: en la temporada 2005-06 fue el máximo goleador de la Liga, con 220 goles, además de ser elegido ‘Mejor Lateral Derecho’.

En Valladolid demostró ser uno de los mejores zurdos de la época, con grandes actuaciones individuales y colectivas, lo que le valió para irse al Barcelona. Una lesión se cruzó en su camino y le hizo irse a Qatar, aunque Talan Dujshebaev le recuperó para la causa en Ciudad Real, donde ayudó a los manchegos a ganar una Liga sin perder ni un solo encuentro y a llegar a la Fase Final de la Champions, competición que ha coronado este año a un compatriota suyo, Diego Simonet (con el Montpellier). De hecho, Gull se fue a Colonia a animar como un hincha más a su compañero.

Gull disputó con la selección los Mundiales de Japón 1997, Egipto 1999, Francia 2001, Portugal 2003 y Croacia 2009. Y en 2012 decidió retirarse en el mismo equipo en el que había comenzado su carrera, el  AACF Quilmes.

Allí ha estado ayudando, junto a su hermano, Christian, en las labores de técnico hasta el año pasado. También estuvo de segundo entrenador del combinado júnior de su país, "aunque más como hobby". De hecho él mismo confirma que ha dejado ya el balonmano del todo: "Ahora tengo dos centros radiodiagnósticos en Argentina y ahora estoy montando otro de biomecánica en Valencia con mi cuñado". Su idea es ir y venir regularmente, es decir vivir a caballo entre España y Argentina, con lo que puede ser normal verle en Parquesol, donde residió y donde aún tiene amigos.

Gull y sus 204 centímetros de altura dejaron huella en Valladolid y Valladolid dejó huella en él. De hecho, de sus 12 quipos, en el que más temporada estuvo fue en el titular de Huerta del Rey hasta hace unos años.

El Flaco, aunque como él bien dice ya no lo sea, sigue metiendo goles en el 40x20, aunque ahora el balonmano lo vea como un espectador más.

Aquella semifinal

Eric Gull fue uno de los protagonistas de uno de los mayores gestas del Balonmano Valladolid, al jugar una semifinal de la Champions League, quedándose a un solo gol de la final. Fue ante el Flensburg en la campaña 2006-07. El argentino hizo 8 tantos y fue el máximo goleador.