El entrenador del Real Valladolid Promesas, Javier Baraja, tiene claro que su equipo está ante una oportunidad de volver a jugar un playoff de ascenso, como ya ocurriese la temporada pasada. A apenas cinco días de su debut en la segunda fase de la competición de bronce, y ya garantizada su participación en la futura Primera RFEF, la meta del filial es clara: “Tenemos una oportunidad única de volver a meternos en playoff. El corte no era una obsesión pero hemos sabido hacer un bloque muy sólido y fiable, y eso nos ha hecho estar arriba. El punto de madurez que ha tenido el equipo nos ha permitido estar entre los tres primeros ante equipos que nos han exigido mucho en la fase regular”, recuerda el técnico con la mente puesta en la visita al Celta B (sábado, 16.00 horas) que dirige el exblanquivioleta Onésimo Sánchez, un rival con muchas similitudes al Promesas. 

“El modelo de juego es parecido. Les gusta ser protagonistas con balón y nos harán sufrir sin la pelota. Es cierto que durante el año les ha faltado regularidad en casa”, añade Baraja. El Promesas ha competido “muy bien tanto fuera como en casa”, algo que será fundamental en esta liga de seis partidos que se presenta. 

Las dos victorias cosechadas en los dos últimos partidos de la primera fase han servido para ganar en confianza y poner en valor la regularidad de un equipo que ahora afronta una segunda fase marcada por la gran igualdad de todos los contendientes, con el Burgos como único destacado. 

Baraja destacó la apuesta del club por el crecimiento de la cantera y dio importancia al hecho de haber logrado la clasificación para la Primera RFEF, un paso sin duda esencial: “Era primordial entrar dentro de esos dos grupos de 20, es importante para dar visibilidad a una categoría que estaba un poco olvidada, con una exigencia máxima y prácticamente profesional”.