Una comedia buenista para despedir la Sección Oficial

C.C.P. (Ical)
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'Lara', del alemán Jan-Ole Gerster, y 'La vida invisible de Eurídice Gusmao', del brasileño Karim Aïnouz, ponen el broche a la competición, y Mika Kaurismäki echa el cierre con 'Master Cheng'

Una comedia buenista para despedir la Sección Oficial

La competición oficial de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid llegó hoy a su fin con el estreno en España de ‘Lara’, de Jan-Ole Gerster, y ‘La vida invisible de Eurídice Gusmao’, de Karim Aïnouz. En la primera, segundo largometraje del realizador alemán, teje un brillante relato de ambiciones frustradas, miedo al fracaso y manipulación emocional sostenido sobre las espaldas de Corinna Harfouch, la protagonista. En la segunda, que adapta a la gran pantalla la novela homónima de Martha Batalha, rinde homenaje a las mujeres silenciadas en clave de melodrama exacerbado. La jornada se cerró con el primer pase de ‘Master Cheng’, la película de clausura, que supone el reencuentro con el finlandés Mika Kaurismäki, que presenta en esta ocasión fuera de concurso una comedia buenista que juega con los arquetipos del choque de culturas.

‘Lara’, que en España se estrenará comercialmente con el título ‘La profesora de piano’, describe la tormentosa relación emocional que vive la protagonista con todas las personas de su entorno más íntimo, y que se irán desvelando a lo largo del día de su sesenta cumpleaños.

La onomástica coincide con otro acontecimiento muy especial para ella. Pianista frustrada, que abandonó sus estudios convencida de que nunca podría ser una primera espada, ve cómo su hijo Viktor va a ofrecer su primer gran concierto con una composición propia esa misma noche. Ella misma se ha encargado de la educación musical del joven desde su más tierna infancia, pero la relación entre ambos se ha tensado tanto por el férreo control materno que parece ya quebrada por completo.

Corinna Harfouch, una de las actrices alemanas más prestigiosas de su generación, encarna a la protagonista y soporta sobre sus hombros con solvencia la práctica totalidad del peso del film. La frialdad que la envuelve allí por donde pasa, emanando un aire controlador y manipulador hasta límites insospechados, remite ineludiblemente a una película de la cual bebe hasta saciarse ‘Lara’: ‘La pianista’, de Michael Haneke.

La violencia soterrada, que se manifiesta en ‘Lara’ en dos hirientes tortazos de un padre a su hijo y de una hija a su madre, estallaba desde la primera secuencia inicial del film de Haneke, donde Isabelle Huppert encarnó una de sus creaciones más memorables. Aquí Gerster, que trabaja por primera vez a partir de un guion ajeno (lleva la firma del esloveno Blaz Kutin y fue premiado por el programa Media europeo), va dejando a lo largo del film retazos de las circunstancias que han llevado a la protagonista a su situación actual, repudiada por cuantos la rodean y en la recta final de una vida malgastada a su pesar.

La soledad que la rodea, el desprecio y la incomprensión, adquieren una dimensión totalmente nueva a la luz del desenlace del film, que en definitiva habla de vivir la vida con valentía, de la necesidad de sobreponerse a los miedos, del fracaso como proceso de aprendizaje y de la forja de la propia identidad. 

Por otra parte, ‘La vida invisible de Eurídice Gusmao’, séptimo largometraje de Aïnouz, es un melodrama clásico que viaja al Brasil de los años 50 para rendir tributo a las mujeres invisibilizadas y asfixiadas por el entorno machista de la época, que traza el relato paralelo de las vidas de dos hermanas cuyos destinos se separan bruscamente cuando apenas alcanzan la edad adulta.

Las jóvenes Carol Duarte y Julia Stockler dan vida y rostro a Guida y Eurídice, dos mujeres de 20 y 18 años cuyos infortunios con los hombres separarán sus caminos sumiéndolas en la soledad vital. El film adapta a la gran pantalla la novela homónima de Martha Batalha, un libro que, según cuenta el cineasta, desencadenó “vívidos recuerdos” de su propia vida cuando cayó en sus manos en 2015, poco después del fallecimiento de su anciana madre.

“Me crie en el conservador noreste de Brasil en los años 60, en una familia matriarcal en un contexto muy machista. Los hombres se habían ido o estaban ausentes. Lo que me llevó a adaptar este libro fue el deseo de hacer visibles muchas vidas invisibles, como las de mi madre, mi abuela, mis tías y muchas otras mujeres de esa época. Sus historias no se han contado lo suficiente en novelas, libros de historia ni desde luego en el cine. ¿Cómo reaccionó una mujer de los años 50 cuando tuvo relaciones sexuales por primera vez con su nuevo esposo? ¿Cómo fue no querer quedar embarazada antes de la llegada de los métodos anticonceptivos? ¿Cómo podría una madre soltera criar a un hijo en un entorno que la excluía tan horriblemente?”, se pregunta el realizador en el dossier del film.

Gracias principalmente a la cuidada fotografía de Hélène Louvart, dominada por colores muy saturados, el film consigue una recreación exquisita del Rio de Janeiro de los años 50, con la cámara pegada a sus dos personajes centrales fiel testigo de cuanto les acontece. “Me imaginé una película llena de sensualidad, de música, de drama, lágrimas, sudor y rímel, pero también una película llena de crueldad, violencia y sexo; una película que no temiera ser sentimental, más grande que la vida”, relata el creador.

Los dos personajes centrales se complementan en el relato, la vitalista y arrojada Guida, frente a la pudorosa y fría Eurídice, completando entre ambas un mosaico que se quiebra desde los primeros minutos del film, y que a duras penas se podrá reconstruir con el paso del tiempo. Los sueños rotos de ambas mujeres, las expectativas imposibles de cumplir y los golpes del destino dejarán en ellas su impronta en la insobornable personalidad de ambas, mientras su luz se va atenuando lentamente. 

Por último, la actriz finlandesa Anna-Maija Tuokko, protagonista de ‘Master Cheng’, definió la película como una “feel good movie” que “celebra el espíritu humano en tiempos en los que todos recibimos un tipo de información muy parecida en todo el mundo, cargada de disputas, conflictividad, violencia y acoso”. “Historias como esta en medio de este clima de tensión son necesarias y pueden tener un impacto real en la sociedad”, aseguró.

‘Master Cheng’ es una comedia amable, llena de buenismo, que arranca cuando un cocinero de Shanghái llamado Cheng llega junto a su hijo pequeño a una remota aldea en Laponia Finlandesa. Su objetivo es reunirse con un viejo amigo al que le prometió devolverle algún día un gran favor, pero nadie en el pueblo parece saber a quién busca. El hombre parece desconectado de su hijo, que vive enganchado al móvil para paliar la soledad, y mientras ambos esperan surge la oportunidad de demostrar sus habilidades culinarias y, de paso, echar una mano a Sirkka (interpretada por Anna-Maija Tuokko), una mujer a quien el destino también ha empujado a ese remoto lugar en busca de una nueva oportunidad.

Aprovechando cada resquicio del previsible choque cultural que se produce, el guion fluye entre sonrisas cómplices, abuso de codas musicales, dosis medidas de humor y pequeños dramas, de la mano de secundarios graciosos que respaldan el objetivo final del film, dejar al espectador con una sensación de paz al término de la proyección.

En su encuentro con los medios, la actriz finlandesa explicó que se trata de la segunda ocasión en que colabora con Mika Kaurismäki , un realizador que, a su juicio, “confía mucho en los actores”. “Me envió el guion con bastante antelación y pude añadir bastante sobre el comportamiento, las raíces y los gustos de mi personaje. Como actriz me pude involucrar mucho en el proceso, aportando mis opiniones sobre cómo entendía al personaje”, señaló.

El rodaje se prolongó durante seis semanas en un pequeño pueblo de 140 habitantes, cuya tranquilidad y paz permitió que todo el equipo técnico y artístico del film viviera “una experiencia mágica”. “Hicimos la película de una manera relajada, con el tiempo preciso, y esa calma del rodaje creo que también tiene su reflejo en la película. En cualquier caso, esta historia puede transcurrir en cualquier lugar, porque en el fondo es un relato de gente conociéndose, una historia sobre amistad y el amor, sobre preocuparse por el otro, sobre la naturaleza y la comida, las cosas más importantes de la vida en realidad”, reflexionó.