¿Qué hay detrás de un anestesista?

SPC
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Estos expertos tienen la capacidad de hacer perder la consciencia al paciente para que no sufra durante la intervenciones en un quirófano o en las pruebas invasivas y el poder de 'devolverle' luego a la vida

C asi todo el mundo piensa que el anestesista solo es el profesional que nos duerme antes de la operación y está ahí durante toda la intervención quirúrgica para que no nos despertemos, ni nos enteremos de nada. Pero hacen mucho más que todo eso, ya que el área de Anestesiología y Reanimación es una especialidad médica que tiene como objetivos evitar que el paciente sienta dolor durante la operación, hacerle insensible al mismo, así como protegerle de la agresión antes, durante y después de cualquier intervención quirúrgica y obstétrica, de exploraciones diagnósticas y de traumatismos.

También se encarga de mantener las funciones vitales en cualquiera de las condiciones citadas y en los pacientes donantes de órganos, además de tratar personas cuyas funciones vitales estén gravemente comprometidas, manteniendo las medidas terapéuticas hasta que se supere la situación de riesgo vital de dichas funciones. 

Muy desconocido es también su papel en el tratamiento del dolor de cualquier etiología, tanto aguda como crónica, y su papel en la reanimación en el lugar de un accidente y en la evacuación de accidentados o pacientes en situación crítica. En este sentido, la responsable del servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Beata María Ana de Madrid, la doctora Carmen Ruano Martín, explica en una entrevista que, por ejemplo, se reúne con los pacientes antes de sus intervenciones quirúrgicas para estudiar cada caso, que no haya alergias o contraindicaciones quirúrgicas o anestésicas, así como otras complicaciones de base que pudieran torcerse en el trancurso de la operación quirúrgica. 

Ya en el quirófano, «donde el paciente entra a repararse, pero sufre una serie de agresiones por parte del cirujano», el especialista en Anestesiología y Reanimación se encarga de que el paciente no sienta nada, no sufra, y no sea consciente de lo que sucede.