Antes del 8 de noviembre sabremos si la Red Europea de Ciudades del Vino designa a Rueda como Ciudad Europea del Vino 2020. La competencia es dura, incluso fratricida, pero Rueda ha elaborado un proyecto realmente atractivo que le hace tremendamente competitiva y nos hace a todos ser optimistas. 
La candidatura cuenta, como no podía ser de otra manera, con el total respaldo de la Diputación de Valladolid, siempre dispuesta a apoyar las iniciativas que suponen un factor de desarrollo para nuestro mundo rural y para cada uno de nuestros pueblos. Y es evidente que ser designada Ciudad Europea del Vino supone, tal y como señala el propio organismo organizador de esta iniciativa, una excelente herramienta de potenciación y promoción turística, ya que permite dar a conocer el patrimonio, el paisaje y la gastronomía de toda la zona teniendo como hilo conductor el mundo del vino.
Para alcanzar este objetivo, Rueda ha elaborado una propuesta ganadora centrada en dos ejes fundamentales. Por un lado, el proyecto se basa en la comarcalización, al extender su programa de actividades a las localidades que forman parte de la Denominación de Origen, con lo que ello supone de dinamización de todo un territorio. Son más de un centenar las actividades programadas, muchas de las cuales se van a desarrollar independientemente del resultado final de la elección, lo que demuestra la solidez del proyecto.
Por otro lado, la candidatura apuesta por la visibilización del papel de la mujer en el mundo del vino, reconociendo así no solo a las mujeres que hoy son protagonistas del auge que vive el sector, sino también a todas aquellas que, históricamente, han participado en los diferentes procesos vinculados al vino. Una visibilización de la mujer que viene a hacer justicia al pasado y que ayuda a eliminar barreras de cara al futuro. Y ello viene a demostrar el importante impacto social que promueve la candidatura de Rueda. En definitiva, Rueda vuelve a enseñarnos el camino para hacer del vino un factor de desarrollo económico y social. 
Si hace 40 años Rueda fue la primera Denominación de Origen de Castilla y León, abriendo el camino a otras zonas productoras, la designación como Ciudad Europea del Vino servirá para volver a convertir a Rueda en la avanzadilla de la promoción de todas las zonas vitivinícolas de la provincia de Valladolid. No en vano, el enoturismo se ha convertido en el factor diferencial de nuestra provincia como destino turístico y, al mismo tiempo, en la cabeza tractora del resto de propuestas vinculadas a ámbitos como el turismo familiar, el de naturaleza, el patrimonial o el gastronómico.
Sin duda Valladolid es Vino, y por ello la Diputación de Valladolid va a seguir estando al lado del sector, apoyando a las Rutas del Vino, proyecto desarrollado por ACEVIN, y aunando con ellas acciones y propuestas, como pusimos de manifiesto la pasada semana, en la reunión de trabajo que mantuvimos con las cuatro Rutas presentes en la provincia. Una labor conjunta de promoción que, a buen seguro, se verá reforzada en 2020 con la elección de Rueda como Ciudad Europa del Vino.  Que así sea.