Sergio Juárez: «El principal objetivo ahora es Tokio»

M.B
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Natural de Medina del Campo, el pasado 31 de agosto se convirtió en el hombre más rápido de España, al ganar la final del 100 en el Nacional de La Nucía. Ahora, en plena pretemporada, mira a 2020 con una cita primordial, los Juegos de Tokio

Sergio Juárez: «El principal objetivo ahora es Tokio» - Foto: Jonathan Tajes

Sergio Juárez ha vivido el año más especial desde que a los 8 empezó a correr en su Medina del Campo natal. En agosto se alzó, rompiendo muchos pronósticos, con el oro en la final de los 100 lisos, la prueba ‘reina’ a nivel mundial. Lo hizo con 10.32, mejor marca personal, algo que le abrió las puertas de par en par de un sueño, estar en Tokio 2020. Toma el relevo así de otros campeones como Mayte Martínez, Álvaro Rodríguez, Nacho Sarmiento... De momento, para el próximo año estrenará club -aún no tiene decidido en cuál estará- y apostará por centrar la temporada en el aire libre, en busca de esa cita olímpica y del posterior Europeo de Francia.

Han pasado dos meses desde el oro en La Nucía, ¿qué le viene a la mente de aquel día?

Todavía tengo la sensación de no creéermelo. Fue una noche mágica para mí, de confianza y ayuda de los míos, y salió todo según lo previsto. En el sub 23 llegamos con un pico de forma bajo para intentar llegar al absoluto bien. Sabíamos que podía luchar por las medallas, no sé si por la victoria, pero a medida que pasaba rondas me sentía más cómodo y en la final fui el más fuerte.

En esas finales, ¿influye mucho la cabeza?

Mucho. Me vi en todo momento superior de mente en la final. En la misma cámara de llamadas me vi motivado. Salió todo como estaba planeado.

Y ganando a todo un campeón, como Ángel David Rodríguez.

Llevaba diez títulos de 100 al aire libre, más los de 60, de 200... y es olímpico. Aparte es amigo y capitán de la selección española de relevos. Fue muy gratificante que al llegar me señalase como diciendo, ‘lo has hecho’. Siempre me ha ayudado y tendido la mano, estoy agradecido a lo que hace por mí.

Después de este año, llega un 2020 con Juegos Olímpicos, ¿año de ratificar lo hecho?

Va a ser una temporada difícil, sobre todo mentalmente. Vamos a competir muy poco, en ciertas pistas y fechas, para intentar ser olímpico. Después de Tokio hay un Europeo en París, en el que también se puede ‘rascar’ algo, aunque el principal objetivo son las Olimpiadas.

¿Qué tiene que hacer para estar en Tokio?

La mínima de la IAAF es 10.05, que no es una marca que pueda hacer ahora mismo. Solo que ha cambiado el sistema y se puede entrar por unos puntos, que consigues a lo largo de la temporada. Por ejemplo, para el Mundial se pedía 10.05 y se ha entrado con 10.28. Mi objetivo es bajar la marca y esperar que la selección española dé el paso y que confíen en mí. No solo depende de mí, sino de ellos.

¿El 100 o el 200?

Aún no lo tengo claro. Lo único claro es que no vamos a doblar más, vamos a ir a una u otra en función del estado de forma. Sé que soy más de 200 que de 100, pero me está picando el 100.

¿Va a seguir entrenando en Valladolid?

Seguiremos aquí, aunque hagamos entrenamientos de calidad en otras pistas. Por ejemplo, del 8 al 10 de noviembre iremos todo el grupo a Salamanca. Buscaremos pistas rápidas y el pico de forma cuando tenga que llegar.

¿Descartada ya la temporada de pista cubierta?

Depende de mí. Me voy del CAV pero no sé a qué club, aunque al que vaya me exigirá ciertas cosas. Lo que no haré en pista cubierta es el 200, sí el 60. Vamos a meter fuerza y ganar masa muscular, por lo que espero que no me cueste estar fino en los 60 sin estar en pico de forma.

Los 100 es la prueba ‘reina’ a nivel mundial, aunque en españa sea el 1.500.

Es que el 1.500 es la prueba que más alegrías ha dado al atletismo español. Hemos tenido grandes atletas. El 100 es la prueba de velocidad y la olímpica por excelencia. En una prueba internacional el silencio que hay en el momento de la salida es impresionante.

Y ahora usted es uno de los protagonistas. ¿Le pilla pronto estos Juegos de Tokio?

Apostamos por este año. Mi físico aún no está trabajado, soy fibroso, no muevo tanto peso y por eso me desplazo a mayor velocidad. Vamos a intentar ganar un poco de peso, para esos primeros 20 metros, que es mi talón de Aquiles y ahí intentar rascar décimas. Buscar la mejor versión del año 2020 y llevarla a las Olimpiadas.

Y todo esto le ha llegado sin muchas ayudas, como otros atletas top sí tienen.

La verdad es que tengo que dar las gracias a mi padre y a mi entrenador, Sergio San José, que son los que han estado ahí. Son los únicos que fueron a verme al Campeonato de España. El club, este año, pese a ser campeón de España sub 23, no me ha apoyado todo lo que debería. Nos hemos costeado muchas cosas nosotros. Y como dato curioso, tengo miopía y en la final del 100 me dejé llevar un poco más para tener localizado a mi padre. Al entrar le miré, vi todo el trabajo realizado esta temporada, le vi emocionado igual que a mi entrenador, y con eso me sentí muy satisfecho.

Un atleta lucha contra sí mismo cada día...

Es muy difícil no venirse abajo en un entrenamiento malo. En julio lo pasamos muy mal, con molestias, pero a medida que nos acercamos a la competición, fue todo por el camino correcto y aprovechamos el momento de forma.

¿Qué es lo peor para un atleta, una lesión o que no salga el resultado?

Para mí, que no salga el resultado. Ver que entrenando estás bien y competir y que no salga, sin saber el fallo. Asimilar en la cabeza que saldrá es difícil, porque te comes el coco. Una lesión es complicada, pero el momento de no salir las cosas estando físicamente perfecto es complicado de asumir.

La familia...

Está muy orgullosa de mí. Por parte de mi madre vieron la carrera todos juntos, igual que por parte de mi padre. Veo un gran apoyo y eso es fundamental para saltar a Tokio el año que viene.