La callada por respuesta

Agencias-SPC
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Los populares se mueven entre las dudas y las negativas antes de confirmar si apoyarán el plan de Abascal, al que critican con dureza

La callada por respuesta - Foto: EUROPA PRESS/E. Parra. POOL Eu

La pregunta es muy fácil de hacer pero muy difícil de responder: ¿qué va a votar el PP hoy?, ¿qué harán los 88 diputados populares cuando tengan que darle al botón? De momento, solo hay mensajes ambiguos. Todos los dirigentes critican por activa y por pasiva la moción de Vox, a la que tachan de inútil. 

Hay varias pistas que indican que el sentido del sufragio va a ser negativo. Solo hay que ver las duras declaraciones del secretario general del partido, Teodoro García Egea, al calificar de «inoportuna, estéril y falsaria» la estrategia de los de Abascal. A su entender, la moción es un «brindis al sol» y una «magnífica cortina de humo» para Pedro Sánchez y que no se hable de su «nefasta gestión».

También se pueden intuir por dónde van a ir los tiros tras escuchar al portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, que apuntó que «no se puede apoyar la moción de censura» de Vox contra el Gobierno de Pedro Sánchez, ya que «Santiago Abascal no tiene capacidad para ser presidente».

Fue durísimo el ataque del alcalde de Madrid hacia el líder del bloque que le sustenta en el Consistorio capitalino:«Ha sido el culmen del disparate. Su intervención es de conspiración galáctica y planetaria en la que la Unión Europea llega, según él, a jugar un papel fundamental».

«Mi posición es que no se puede apoyar la moción de censura de Vox, lo tenía muy claro antes del discurso de Santiago Abascal, lo tengo mucho mas claro después», sostuvo Almeida, aunque, a pesar de la insistencia de los periodistas, no aclaró si su formación votará en contra de la propuesta o se abstendrá.

 

Carácter instrumental

Además, señaló que la moción de censura presentada ayer tiene un carácter «puramente instrumental», ya que el partido derechista la ha planteado «no para formar Gobierno sino para convocar elecciones», por lo que «ha ignorado la finalidad constitucional» de esta iniciativa. 

Y es que, como dijo el abogado del Estado en excedencia, el artículo 113 de la Carta Magna deja muy claro que la finalidad última de esta herramienta es cambiar de presidente y Gabinete, no llamar a los españoles a las urnas.

Mientras, el líder de los populares, Pablo Casado, daba la callada por respuesta, algo que muchos analistas identifican con la duda, con el hecho de que hay una parte de la formación que quiere el no (según algunos medios son mayoría) y otra que prefiere la abstención, que es lo que hizo el PSOE el 14 de junio de 2017, cuando el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, presentó una moción de censura contra Mariano Rajoy. De este modo, los de Sánchez no se posicionaron junto al Gobierno del PP ni tampoco junto a los morados. 

Desde luego, desde el punto de vista estratégico, esa opción minimizaría daños, y aunque un sector de su electorado podría sentirse defraudado por no cargar con toda la artillería contra el Ejecutivo de coalición, no sería comparable a posicionarse del lado de este. 

Abascal, muy hábil, subrayó que si triunfa la moción convocaría inmediatamente elecciones. Esto iba dirigido al sector del PP que no le quiere apoyar argumentando que no cree en él como presidente. 

Lo que resulta evidente es que puede haber heridas en la derecha. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, dio en la clave:«La división del centro derecha es una catástrofe para España».