La DGT busca reducir pruebas pendientes con 3 examinadores

Óscar Fraile
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El objetivo es desatascar casi 3.000 pruebas que se arrastran desde el parón de las autoescuelas por la pandemia, aunque la DGT niega que haya un colapso

Una alumna realiza una práctica en una autoescuela. - Foto: Jonathan Tajes

Las autoescuelas de Valladolid llevan más de un año con muchas dificultades para ponerse al día de todos los exámenes prácticos pendientes. Un problema que arrastran por la demanda acumulada que se generó el año pasado, cuando estuvieron tres meses paradas, entre marzo y junio, por la pandemia. A principio de este año se llegó a una situación límite. Tanto, que el diputado del PP por Valladolid Eduardo Carazo llevó este tema al Congreso hace unos meses para preguntar sobre las previsiones que tenía el Gobierno para solucionar el «colapso» en los exámenes y las previsiones de refuerzo de plantilla de examinadores. Una cuestión dirigida a la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea.

En su respuesta, la responsable del Gobierno señaló que la plantilla de examinadores en Valladolid estaba compuesta por nueve personas en 2018 y 2019 y bajó a siete el año pasado. Posteriormente señaló que en el primer trimestre de este año se ha sumado otro, por lo que la plantilla actual está formada por ocho examinadores, de los cuales uno hace funciones de coordinador.

Independientemente de este proceso, Valladolid se va a beneficiar de los examinadores interinos que, por primera vez, va a utilizar la Dirección General de Tráfico (DGT) para paliar un problema generalizado en toda España. De la primera convocatoria, de 35 plazas, una estaba destinada a Valladolid, con un incorporación prevista a finales de junio. «Este funcionario interino cesará en su puesto cuando ese puesto se provea con un funcionario de carrera derivado del proceso selectivo para el acceso al cuerpo general administrativo de la Administración General del Estado, especialidad tráfico, por acceso libre derivado de la oferta de empleo público de 2020», explicó Goicoechea.

Federico Pérez, profesor de la autoescuela Calvo.Federico Pérez, profesor de la autoescuela Calvo. - Foto: Jonathan TajesPosteriormente a esta convocatoria salió otra para 60 funcionarios interinos, dos de los cuales empezarán a trabajar en Valladolid el 2 de agosto. Será una forma de paliar los efectos que podría tener el verano en este «cuello de botella», tal y como lo califican desde la Asociación Provincial de Autoescuelas de Valladolid (Apaeva). En Valladolid llegó a haber casi 4.000 exámenes prácticos pendientes. Ahora ya son 2.343 en la capital y 339 en Medina del Campo.

Hay varios factores que amenazan con enquistar la situación generada por la covid. A la falta de examinadores, mitigada en parte después de estas medidas, se une un incremento de la demanda que se repite todos los años en verano, cuando los estudiantes tienen más tiempo libre para obtener el carné de conducir. Pero también hay que tener en cuenta que la plantilla de examinadores se reduce porque parte de ella se va de vacaciones, por lo que estas incorporaciones de interinos solo serán sustituciones en el periodo estival, aunque su estancia en Valladolid se prolongará durante seis meses y está previsto que tras el verano contribuyan a reducir ese cuello de botella.

A todas estas circunstancias se suma otro incremento de la demanda, que no es estacional, sino que está provocado por esa ‘nueva realidad’ en la que se ha limitado el contacto personal. Así lo confirma el presidente de Apaeva, Arcadio González, quien señala que muchos de los que han acudido a estos negocios en los últimos meses lo hacen para evitar seguir utilizando coches compartidos y transporte público, por miedo al virus.

Rosa Villacorta, directora de la autoescuela Santa Cruz.Rosa Villacorta, directora de la autoescuela Santa Cruz. - Foto: Jonathan TajesGonzález alaba estos refuerzos de la DGT. «Pueden hacer que pasemos un verano menos complicado de lo que preveíamos», dice. Pero puntualiza que estas incorporaciones temporales son «parches» que no colman las aspiraciones de las autoescuelas, que pasan por un «redimensionamiento definitivo» de la plantilla para adaptarla a la situación de hace años, cuando llegó a haber once examinadores en la provincia. «Seguiremos insistiendo porque, si no se corrige definitivamente, volveremos a tener problemas en el futuro», incide.

Además, el presidente de Apaeva explica que de los ocho profesionales fijos actuales, uno es coordinador, y apenas realiza pruebas prácticas, con lo que «en realidad son siete más uno».

Hay otro factor que amenaza los próximos meses, porque esta plantilla podría perder otros dos efectivos, tal y como explicó Carazo en el Congreso. Un trabajador ya está en edad de jubilación y otro podría trasladarse en breve a otra provincia por motivos personales.

La autoescuela San Pablo también ha tenido problema de acumulación de alumnos pendientes de examinarse.La autoescuela San Pablo también ha tenido problema de acumulación de alumnos pendientes de examinarse. - Foto: Jonathan TajesAunque la pandemia ha generado este ‘tapón’ en toda España, el representante de las autoescuelas sostiene que la situación de Valladolid es especialmente delicada, puesto que, en base a los datos que maneja de marzo de este año, es la quinta provincia que tiene la peor ratio de examinadores por cada cien mil habitantes, que es el indicar que utilizar la DGTpara dotar de recursos a las diferentes zonas del país.

Durante su intervención, la subsecretaria del Ministerio del Interior también reconoció que el Gobierno trabaja para cerrar un convenio con la Dirección General de la Guardia Civil para poder disponer de efectivos que hayan estado en la Agrupación de Tráfico para que hagan las veces de profesores ante lo excepcional de esta situación. «Sería una magnífica incorporación para la DGT, así que vamos a trabajar intensamente por que así sea», finalizó.

Por su parte, la jefa provincial de Tráfico en Valladolid, Inmaculada Matías, destaca este refuerzo porque "permite aumentar la capacidad de examinar y dar un mejor servicio público a los ciudadanos que, en definitiva, es lo que importa". Respecto a los exámenes pendientes, considera que esos casi 3.000 en Valladolid no representan una demanda real, puesto que incide en que algunos alumnos todavía están en fase de formación y otros dejan la prueba para más adelante después de aprobar el teórico. De hecho, señala que en verano dos días han quedado libres.

También incide en la necesidad de que los alumnos vayan mejor preparados a las pruebas, para no tener que examinarse una segunda vez si suspenden. Hasta el 30 de junio se realizaron 30.970 pruebas de circulación en Castilla y León, con16.309 aprobadas. Es decir, casi la mitad de los alumnos que se presentan suspenden y tienen que volver a examinarse.

Tres casos

Francisco Pérez (profesor de la autoescuela Calvo): «Tenemos muchos alumnos en espera, pero nos dan un cupo pequeño»

Federico Pérez es uno de los profesores de la autoescuela Calvo, que tiene tres centros de formación en Valladolid, dos en las calles Gamazo y Gallo y otro en Peñafiel. Según él, todo el sector tiene un auténtico problema con el «cuello de botella» que se generó con el parón provocado el año pasado por la pandemia. «Tenemos en espera muchos alumnos para examinar, pero nos dan un cupo pequeño, así que no puedo hacer nada pese a que quiera llevar más», señala en referencia al sistema CAPA, recién implantado por la DGT para distribuir la capacidad que tienen los negocios de hacer pruebas en función de la disponibilidad de examinadores en cada jefatura provincial. Pérez reconoce que estos inconvenientes han desincentivado a algunos potenciales clientes, aunque hay otros que se apuntan a la autoescuela pese a que tengan que esperar más para obtener la licencia. «Pasa, sobre todo, cuando les piden en el carné en su trabajo y no tienen más remedio que sacárselo», asegura. Con todo, este profesor reconoce que los alumnos suelen ser comprensivos con unos problemas que son ajenos a la autoescuela. «La situación es la que es y estamos todos en circunstancias similares tras la pandemia», señala. Él mismo se ha tenido que adaptar, puesto que la crisis sanitaria ha hecho que tenga que asumir otras labores distintas a la docencia, como desinfectar los coches cada vez que hay un cambio de alumno. «Al principio costó un poco, pero al final te adaptas a todo y lo asumes como un rutina más», finaliza.

Rosa Villacorta (directora de la autoescuela Santa Cruz): «Algunos han tardado cuatro meses en sacarse el carné»

La gerente de la autoescuela Santa Cruz, Rosa Villacorta, define como un «mal común» la situación que está atravesando el sector. «Cuando arrancamos después del parón, en junio del año pasado, lo hicimos con el sistema CAPA, que nos limitaba bastante el número de alumnos, así que se junto el tapón por los tres meses de parón con la falta de examinadores y, por lo tanto, los recortes desde la Jefatura de Tráfico», explica. Ante esta situación no queda solución otra que tener paciencia y pedírsela a los alumnos, con los que han tenido que hacer «pequeñas listas de espera».

La demora en estos procesos incluso ha provocado que las circunstancias de algunos alumnos cambien y se haya tenido que realizar un traslado de expediente a otras provincias. «Afortunadamente para nosotros hemos tenido la suerte de que todos los alumnos han ido aprobando bastante bien a la primera, así que no hemos generado segundos, terceros, y cuartos exámenes para una misma persona», explica. De hecho, una de las directrices de la directora a sus profesores es que los alumnos solo se presenten cuando estén «verdaderamente preparado» para aprobar, porque el que suspende puede tener que esperar hasta un mes y medio para volver a presentarse. «Ha habido gente que se ha tirado hasta cuatro meses para sacarse el carné, aunque han sido los menos», añade Villacorta. Lo normal antes de la pandemia era emplear un mes en aprobar el examen teórico y otro mes en el práctico.

Villacorta señala que «el verano está un poco raro» y, por el momento, está costando llenar las clases.

Javier Gómez (gerente de autoescuela San Pablo): «Hemos llegado a tener más de cien alumnos esperando el examen»

El gerente de la autoescuela San Pablo, Javier Gómez, reconoce que su negocio «no ha parado» desde que retomó la actividad tras los más de tres meses de parón por la pandemia. «Se fueron acumulando los alumnos y el verano del año pasado ya tuvimos un boom, aparte de otro que se produjo por la gente que teletrabajaba o estaba inmersa en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y tenía más tiempo libre, que aprovechó para sacarse el carné de conducir», recuerda.

Desde entonces el cuello de botella para hacer exámenes prácticos no se ha podido eliminar, aunque se ha mitigado. «Ahora tendremos entre 60 y 80 personas esperando para coger el coche, pero hemos llegado a tener más de cien alumnos», sostiene. Un auténtico problema para algunos de ellos porque necesitaban la licencia para optar a puestos de trabajo o para presentarse a algunas oposiciones. «Todos parecían necesitarlo para ya, cada uno con su problemática particular, pero Tráfico no daba salida porque aunque pusiera exámenes cada diez días no nos dejaba meter a todos los alumnos que necesitábamos», asevera. El gerente lamenta que haya coincidido este aumento de la demanda con un descenso de examinadores en la provincia. «Antes de la pandemia los alumnos estaban unos quince días o tres semanas estudiando el teórico y se examinaban a la semana siguiente, y hacían el práctico después de hacer entre 20 y 25 prácticas; en total algo más de dos meses, y ahora tardan unos tres.