El lápiz de Invernalia

Óscar Fraile
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El ilustrador vallisoletano Enrique Corominas es el autor de las portadas de los libros de 'Juego de Tronos' en España, cinco obras integradas en la saga 'Canción de hielo y fuego'. Hay otros dos pendientes de publicar

El lápiz de Invernalia

Enrique Corominas escuchó por primera vez la frase Juego de Tronos a mediados de 2002, cuando la editorial Gigamesh le encargó hacer la portada de este libro, el primero de una serie de novelas que conforman la saga Canción de hielo y fuego. Para este ilustrador vallisoletano fue un encargo más, como las decenas de portadas que ya había hecho para otras editoriales. «El editor de Gigamesh, Alejo Cuervo, me resumió la historia y destacó un par de personajes, y yo pensé... ‘otra saga de fantasía friki’», recuerda.

Pero no, no era otra saga más, sino el inicio de una historia, firmada por George R.R. Martin, que estaba llamada a convertirse en un fenómeno mundial. Alejo ya conocía y admiraba a este autor, de modo que rápido adquirió los derechos de la obra. Y el tiempo le ha dado la razón. Los libros pasaron a la televisión de la mano de la cadena HBO y la serie hoy tiene devotos en 170 países de todo el mundo. Incluso en Irlanda del Norte se va a abrir un parque temático sobre ella.

Todos los seguidores tienen marcado en rojo el 14 de abril, fecha en la que se estrenará la última temporada. También Corominas, quien después de Juego de Tronos también hizo las portadas de los otros cuatro libros de Canción de hielo y fuego: Choque de reyes (2003 en España), Tormenta de espadas (2005), Festín de cuervos (2007) y Danza de dragones (2012). Todos publicados por Gigamesh. Hay otros dos pendientes, Vientos de invierno y Sueño de primavera, en los que Corominas también quiere dejar su sello: «Ojalá me encarguen las nuevas cubiertas, siempre son un desafío». Aunque Corominas es el que ha firmado estos trabajos, lo ha hecho teniendo en cuenta la opinión de otras personas. La primera, la del propio Martin, al que conoció durante una de sus visitas a España y al que define como «encantador y muy divertido». «Le pregunté qué le gustaría ver en portada y me respondió, sin pensarlo mucho, que a Daenerys a lomo de Drogon, así que interpreté artísticamente esa indicación con total libertad, tal y como en la editorial me permiten», asegura. Y así nació la portada de Danza de dragones.

Cada vez que en Gigamesh se recibe un nuevo libro de la saga, se monta un «gabinete de crisis». «Primero bailamos algo de Pet Shop Boys para que se nos pasen los nervios», bromea Corominas. Ya más relajados, la traductora Cristina Macía y el resto del equipo eligen los momentos del libro que pueden ser más representativos de la historia. «Las ‘escenas’ apropiadas’ para ilustrar», dice. Después, deja que el lápiz le guíe. «Uno de los criterios que hemos mantenido ha sido dedicar cada una de las cubiertas a una casa diferente», explica.

LAS PORTADAS

En algunas de sus portadas se puede observar, por ejemplo, a Jon Nieve, uno de los personajes más populares, junto a Fantasma, su lobo huargo. O a Daenerys Targaryen completamente desnuda a lomos de uno de sus dragones. Como no podía ser de otra manera, también aparece Tyrion Lannister, su personaje favorito, en la portada de Tormenta de espadas, «pero rodeado de tanto fuego valyrio que apenas se ve».

Como a millones de personas en todo el mundo, a Corominas le entusiasmaron los libros de Martin. «Personajes correosos envueltos en un culebrón de supervivencia, muertes inesperadas, subversión de expectativas, sangre, sudor y otros fluidos», son algunos de los ingredientes que consiguieron engancharle. «Cuando me quise dar cuenta había terminado el libro y quería más», dice. La serie de HBO tampoco le defraudó. «En la serie queda el esqueleto del culebrón de los libros envuelto en una estética de fantasía demasiado clásica y, a veces, muy almibarada, pero engancha tanto o más que los libros y eso, hoy en día, es lo que queremos los espectadores: droga dura escapista», asegura este ilustrador vallisoletano afincado en Barcelona desde hace casi 20 años.