Valladolid recupera el Teatro Lope de Vega

D.V.
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El Ayuntamiento de Valladolid y Unicaja Banco acuerdan la permuta del Teatro Lope de Vega por una parcela del Callejón de la Alcoholera. El acuerdo garantiza el futuro del histórico espacio escénico

El Teatro Lope de Vega recupera su uso cultural

El alcalde, Óscar Puente, y el concejal de Planeamiento Urbanístico,  Manuel Saravia, han cerrado hoy un acuerdo con el presidente ejecutivo de Unicaja Banco, Manuel Azuaga Moreno, para proceder a la permuta del Teatro Lope de Vega por una parcela del Callejón de la Alcoholera, la de Panibérica de Levaduras. De este modo, el Ayuntamiento se hace cargo del histórico espacio escénico, inaugurado en 1861, con la pretensión de rehabilitarlo para su puesta en valor lo antes posible como edificio cultural, ya que constituye "uno de los inmuebles más valiosos y significativos de la ciudad", según destaca el comunicado de prensa municipal recogido por este periódico.

“Es un día importante para la ciudad de Valladolid porque un edificio histórico, de un valor cultural incalculable, que llevaba muchos años sumido en el abandono hoy vuelve a manos públicas, regresa a la ciudad. Esperemos que seamos capaces en poco tiempo de reabrir sus puertas para todos los ciudadanos”, asevera Puente en la nota oficial, en la que el alcalde califica el convenio de “buenísima noticia” para Valladolid. El regidor, que alaba el "magnífico" trabajo de Saravia para alcanzar este acuerdo, precisa que no supondrá ningún desembolso para las arcas públicas e implicará que la ciudad sume "un espacio escénico de gran relevancia histórica, que servirá para avanzar en la innovación y la oferta cultural de la ciudad".

Por su parte, el presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, que ha estado acompañado de José María de la Vega, director general de Medios de Unicaja Banco, ha expresado su satisfacción por el desenlace positivo de las negociaciones.
"Cabe recordar que se viene trabajando desde la Concejalía de Planeamiento Urbanístico y Vivienda en encontrar una solución viable a este edificio, de gran valor arquitectónico y cultural, desde hace años", apunta el comunicado, que añade, en palabras de Saravia, que “ahora el Ayuntamiento se hará con el inmueble para preservar tanto el edificio como el tipo de uso, buscando fórmulas que permitan una actividad coherente con la historia y su valor artístico, cultural y simbólico”. 

El Teatro Lope de Vega recupera su uso culturalEl Teatro Lope de Vega recupera su uso cultural

 

DE 1861

En 1861 se inauguró en la calle María de Molina el actual edificio (aunque luego fue objeto de varias reformas), según proyecto del arquitecto Jerónimo de la Gándara. Caja Duero lo adquirió en 2006, y se presentó un proyecto de rehabilitación dos años después, aunque nunca llegó a realizarse. La parcela del sector Panibérica de Levaduras tiene una superficie de 1.774 metros cuadrados, y una edificabilidad de 4.760 metros cuadrados. 

El inmueble del teatro está dentro del Casco Histórico, cuenta con un grado de protección P3 (protección estructural) en el vigente Plan General de Ordenación Urbana. Y está dentro del Yacimiento Urbano del Catálogo Arqueológico YU 95-A3, con un nivel de protección de la zona arqueológica A3. En el nuevo PGOU (aprobado provisionalmente) la catalogación es P3-P4 (se adjunta la ficha del Catálogo del PGOU de 2020). La parcela en que se asienta tiene una superficie de 1.676,75 m2 y forma irregular, con un cuerpo sensiblemente rectangular, al que se adosan dos trapezoidales. Al conjunto edificado se accede por las calles 20 de febrero y María de Molina.

El teatro se configura en el interior de la manzana. Se compone según el esquema de los teatros tradicionales a la italiana, con planta de herradura, proscenio y embocadura muy decorados. Adopta una disposición clásica de patio de butacas en platea, palcos, anfiteatro y galería. La sección longitudinal se divide en tres volúmenes básicos: escenario, sala (con 348 butacas) y vestíbulo (este último configurado como un amplio pasaje que atraviesa el bloque de la fachada para llegar hasta la sala). El inmueble cuenta, además, con dos cuerpos de servicio. Uno rectangular, de 36,1 x 7,43 m. y dos plantas de altura, que vierte a la calle 20 de febrero. En el lado sur del escenario se encuentra el antiguo cuerpo de camerinos.

Para la construcción se utilizaron muros de carga de ladrillo y entramados de madera y otros materiales. También pilares de hierro fundido y vigas de madera. Los forjados son de viguetas de madera y las cubiertas se cubren con cerchas o pares, según los sitios.

"El estado de conservación no es bueno", según detalla el comunicado, que explica que "se advierten evidentes problemas derivados de falta de estanqueidad, deformaciones antiguas producto de cedimientos de la estructura y mal estado de los camerinos. Hay un informe de Urbanismo de 2015. Y puede verse, entre la documentación del proyecto de rehabilitación citado, una prolija descripción del estado del edificio en la fecha en que se redactó.

 

HISTORIA

El edificio fue inaugurado en 1861, con proyecto del arquitecto Jerónimo de la Gándara (autor del Palacio del Senado y de los teatros de la Zarzuela y del Calderón de Valladolid). Debe recordarse que este teatro es el más antiguo espacio escénico de la ciudad. El edificio cuenta con más de 150 años de historia.

Estuvo funcionando como teatro y luego también como cine, pero cerró en 2000. Parte del inmueble ha venido siendo utilizado por el Mesón Restaurante Riesgo. En 2006 lo adquirió Caja Duero. De 2007 a 2009 esta entidad presentó los proyectos básico y de ejecución (firmados por Horacio Fernández del Castillo) para su rehabilitación integral, que pretendía ir más allá de una simple consolidación y restauración de la sala principal. Obtuvo las licencias municipales y el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio el 30 de octubre de 2009, tras un complicado proceso.

 

VALORES DEL INMUEBLE

Si el patrimonio cultural forma parte de los valores esenciales y de la identidad de la Comunidad de Castilla y León, cabe recordar la indiscutible vinculación de la actividad teatral con la ciudad de Valladolid. Este edificio se construyó como alternativa al deterioro y escasa capacidad del teatro de la Comedia (en la plaza hoy denominada de Martí y Monsó). En su momento se criticó su emplazamiento cerca del río, pero desde el primer momento se alabaron sus cualidades arquitectónicas. Según cuenta Ángel Luis Fernández Muñoz, “el escenario es una pieza más pensada para representaciones de naturaleza dramática de pequeña escala o de variedades que para actividades musicales o montajes de cierta envergadura”.

También reseña ese mismo especialista en arquitectura teatral “lo atractivo de la sala (…), que reproduce todo el sistema organizativo de los teatros a la italiana, tanto en la distribución clásica de localidades en butacas, palcos, plateas, principal y anfiteatro, como, sobre todo, en la presencia de los –casi inmutables desde mediados del siglo XVIII- recursos proyectuales de los teatros tradicionales: planta de herradura, proscenio y embocadura profusamente articulados y sección en tres volúmenes. La decoración interior también es relevante y se encuadra en los trabajos con forja (antepechos) y fundición (soportes) que daban relieve a los mejores teatros contemporáneos del Lope de Vega”.

La fachada, que fue modificada en 1920, perdió su dimensión clasicista original (propia de la arquitectura del autor), para adquirir un tono pintoresquista con un frontis escalonado, revestido de azulejería.

El patrimonio cultural es un legado común en cuya protección, valoración y activación debe participar el conjunto de la sociedad: Hay una acusada sensibilización social sobre este edificio.