Los vallisoletanos no aprueban la decoración de las calles

M.B
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La mayoría se muestra contraria a los nuevos dibujos de las calles del centro, sobre todo por la facilidad con la que se va el color y se ensucia. La peatonalización se ve positiva

Regalado presentaba actos vandálicos en el asfalto. - Foto: J.C.Castillo

Que hablen de mí, aunque sea mal. Esta frase popular se puede aplicar perfectamente a la decoración que estos días se está rematando en algunas de las calles más céntricas de Valladolid. Regalado, Constitución y Menéndez Pelayo ya ‘lucen’ sus colores desde hace días e, incluso, semanas. A Claudio Moyano la estaban ‘maquillando’ estos días. Y en Licenciado Vidriera se arrancará en cuanto se acabe la anterior. Para Francisco Zarandona habrá que esperar a octubre. Son las seis arterias peatonalizadas que lucirán colores tras el verano a través del colectivo Fresas con Nata.

Pero como dice la frase que salió de una cita de Oscar Wilde, de esta decoración se no se ha dejado de hablar desde el primer día. Y con polémica. La Asociación de Comerciantes de la Calle Regalado, integrada en Fecosva, ya se mostró indignada por el cambio en los colores y el tiempo que estuvo cerrada su calle. Pero esa controversia se ha adueñado del peatón de a pie. 

El problema, para la mayoría de los vallisoletanos, está en el gasto «innecesario» y en la suciedad, ya que en apenas unos días de ‘estreno’, el asfalto ya luce desgastado y con los colores sin brillo. «Le da vidilla, pero parece que se desgasta el color en nada», señala Pablo, estudiante de Plasencia que lleva cuatro años en Valladolid y que no quiere mojarse porque no sabe el gasto final. Esa suciedad es la que remarca Jaime Ayala, jubilado y que transita todos los días por estas calles: «Es una chapuza malgastar el dinero para esta pintura. En cuanto llueva se convertirá en un vertedero de mierda, que de hecho ya lo es». Asegura que él, si fuese turista, no sentiría reclamo por esta decoración.

Turistas hay, pero pocos, estos días en Valladolid. Pasan por las arterias pintadas, se hacen fotos, pero tampoco tienen claro qué dibujos presentan. «Es que está muy sucio. No sé si otro color hubiese ayudado. No tengo claro si me gusta o no, entiendo que algo había que hacer pero...», apunta Miriam, profesora, que pasea junto a Carmen, Marta y la pequeña Daniela, la que más parece disfrutar de los colores. Otro problema, añade Miriam, es el tema de los aparcamientos privados de la zona y las dificultades para llegar a ellos.

«No me gusta nada. Me parece absurdo en una ciudad como Valladolid y van a acabar con todo el comercio», señala Teresa, vecina de la zona de Regalado y que cree que no todo lo que triunfa en Europa lo va a hacer en España o en Valladolid.

Los comerciantes viven con incertidumbre el cambio. La mayoría apuestan por la peatonalización pero dudan de si la decoración y los colores ayudarán. Teo Rodríguez, de Trasto en Menéndez Pelayo, es uno de los que hablan de ello: «Creo que pintarlo así no viene a cuento. Es verdad que hay gente de fuera que se le queda mirando pero no me gusta. Luego vendrán otros y se dedicarán a borrar los dibujos y hacer otros proyectos». «La idea me gusta pero no la ejecución. La clave será el mantenimiento porque si no terminará muy sucio y no lucirá», añade Violeta Alonso.

Nuria de la Fuente, de El Burrito Pepe; y María Luisa Sicilia, de Peluquerías María Luisa Sicilia, ven bien la peatonalización. «Lo del color no le gusta al 90% pero si al final atrae gente estará bien», apunta Nuria. «Yo no hubiese hecho lo de la pintura y hubiese destinado el dinero a otras cosas», añade María Luisa.

En Claudio Moyano, que lleva cerrada todo el verano, parecido. «No me gusta la estética y no entiendo el porqué», dice Mónica Yugueros, de La Vie Rose. «Mi hijo Hugo, de 3 años, lo hace mejor sin gastar dinero», ironiza Lorena, residente de la zona.

¿Polémica? Sí. ¿Peatonalizar?, sí. ¿Decoración? Parece que, tal y como se está haciendo, no.