Gastrofusión en un concepto de 360 grados

M.B.
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Restaurante Atypikal

Gastrofusión en un concepto de 360 grados - Foto: Jonathan Tajes

Empezaron con el sushi, apostaron por técnicas de la cocina japonesa; pero no se quedaron solo en eso. Probaron, siempre con productos de temporada, «pensando en qué le puede venir mejor a cada uno», sin desechar unos callos o unas alubias o un pescado al estilo donostiarra. Y últimamente han destacado por tener la segunda mejor hamburguesa de España, además de empezar a introducir toques pakistaníes gracias a uno de sus cocineros. Su nombre, Atypikal, ya invita a pensar qué se puede encontrar uno en su mesa. 

Borja López-Murias e Iván Gil eran amigos antes que socios. Se conocieron en su etapa universitaria en Madrid. Y acabaron abriendo juntos en abril de 2016 este restaurante donde la gastrofusión se mezcla con un concepto que empieza a ser cada vez más habitual, el conocido como de 360 grados, es decir, un establecimiento donde se puede desayunar, tomar el vermú, comer, cafetear, cenar o tomar una copa. «Siempre habíamos hablado de hacer algo juntos, algo diferente», recuerda sobre sus inicios Iván. Borja es odontólogo pero ya tenía por entonces un restaurante la zona de restauración de Río Shopping e Iván llevaba varios años, pese a ejercer como abogado tras acabar Derecho, trabajando en establecimientos hosteleros de su familia en Madrid. «Nos surgió este local, nos gustó por su ubicación, por estar en un barrio de crecimiento y de perfil medio. Notamos que en Valladolid faltaban sitios diferentes y nos propusimos hacer algo en la línea de lo que se veía en Madrid», recuerda Iván, natural de San Sebastián.

Así nació Atypikal. Su base es el producto, «al principio con mucho sushi», la cocina de temporada: «Ahora, por ejemplo, las alcachofas. Nos fijamos mucho en el mercado y en lo que hay en ese momento y le aplicamos la técnica que entendemos que le va mejor a ese plato». Pero no se cierran solo a la cocina fusión. «Hacemos lo que creemos que funciona, lo que creemos que puede ser bueno», añade un Iván que está entre los fogones junto al jefe de cocina del local, Rodrigo, y a un equipo que llega hasta las seis personas, por aquello de los 360 grados.

El Atypikal tiene una capacidad para unos 30-35 comensales, más la barra y la terraza en verano. Tiene menú semanal, a la hora de las comidas, por 16 euros, de lunes a jueves; y su concepto es el de compartir y probar. Abren todos los días de la semana, de lunes a viernes a las ocho y media;y los fines de semana a las doce.

Su situación, en la calle del Monasterio de Santa María de la Vid, 14, justo detrás de Hacienda y en un barrio en expansión, como Villa del Prado, también les ha ayudado. Mantiene esa influencia japonesa de sus inicios. Y en su carta destaca una brocheta yakitori (brocoli), que es su marca distintiva: «Es el típico plato con el que te asocia el cliente. El brocoli parece que no es apetecible de primeras pero es nuestro elemento diferenciador». Como lo son las pruebas y los retos. Como el de la hamburguesa.Quedaron segundos en el Campeonato de España, gracias a una de carne de angus nacional acompañada de pan brioche elaborado con grasa de angus, queso trufado y trufa, mantequilla Mirim, mayonesa de jalapeños, brotes tiernos cebolla pochada y sal vikinga, «que tenemos en la carta, pero un poco más pequeña». La presencia de un cocinero de Pakistán les ha abierto una puerta al curry y a su gastronomía, aunque el tema japonés sigue siendo su preferido. Iván y Borja se formaron para ello. El primero con varios cursos de sushi y de corte de pescado. El segundo acudiendo al Kabuki de Madrid.

En Atypikal, como bien dice su nombre, casi todo tiene algo diferente, incluso, ¿por qué no? atípico.