Los narcos se lanzan al alquiler para sus laboratorios

A. G. Mozo
-

Los traficantes ya no solo eligen naves o fincas alejadas de la ciudad para instalar sus centros de producción de cannabis. En los dos últimos meses se han desmantelado dos laboratorios 'indoor' en pisos de Delicias y otro en un local de Cañada Real

Se busca piso en alquiler para laboratorio de marihuana

El narcotráfico local lleva un par de años en una curiosa fase de transformación. La venta de cocaína ya no es la joya de la corona de los camellos y 'narcoclanes' vallisoletanos, que ahora apuestan cada vez más por la producción y venta de marihuana, droga considerada menor hasta hace poco por su bajo precio –diez veces menor que el de la coca–. Una vía de negocio que no deja de crecer y que resulta especialmente lucrativa si optan por los llamados cultivos intensivos que permiten a estas organizaciones obtener entre tres y cuatro cosechas anuales, con un elevado beneficio.

Los equipos antidroga de Guardia Civil y Policía Nacional han sacado de la circulación unas cuatro mil plantas de marihuana que podrían haberse traducido en la puesta en la calle de más de una tonelada de droga en solo un año de producción en los cuatro laboratorios 'indoor' desarticulados en los dos últimos meses en esta provincia.

El mayor golpe fue el que firmó el pasado 20 de octubre la Guardia Civil en una nave de las afueras de Zaratán, muy cerca de la carretera de León, donde había montada una auténtica fábrica destinada a la producción «industrial» de esta droga y en la que se localizaron unas 3.000 plantas. La completa instalación, valorada en 250.000 euros, permitía a la organización efectuar un cultivo intensivo todo el año con el que obtener cerca de una tonelada anual.

La nave era custodiada por dos ciudadanos chinos que vivían (y dormían) allí y que fueron los dos únicos detenidos en aquel golpe en el que se descubrió hasta un túnel subterráneo con el que estaban 'enganchados' a la red eléctrica; la 'fábrica' gastaba tanto como 4.300 pisos.

«UN NEGOCIO REDONDO»

Y es precisamente esa práctica, la de la defraudación del fluido eléctrico, la única que tienen en común todos los narcos que se pasan al mundo del cannabis, independientemente de que se haga a gran escala –como los chinos de la nave de Zaratán– o a una menor. «Este es un negocio redondo, en todo caso, porque la inversión suele ser mínima y los beneficios llegan ya en la primera cosecha», tal como argumentan las fuentes de la lucha antidroga consultadas por este periódico, que explican que mientras «en las plantaciones exteriores solo hay una posible cosecha anual, en los laboratorios 'indoor' pueden lograr hasta cuatro al año».

El asunto de la marihuana se ha vuelto tan lucrativo que cada vez son más los laboratorios 'indoor' que afloran. El último fenómeno que ha irrumpido en Valladolid es el de la instalación de estos centros de producción en el mismo núcleo urbano de la capital, una práctica que antes evitaban, optando tanto por fincas alejadas como por naves como la que regentaba los chinos detenidos por la Guardia Civil en Zaratán. Solo en los dos últimos meses, la Policía ha desmantelado tres, dos en pequeños pisos de Las Delicias y uno en un local comercial alquilado en la Cañada Real (Parque Alameda).

Lo más novedoso del fenómeno se encuentra en el hecho de que los traficantes no duden en pagar un alquiler para instalar en un piso o en un local su laboratorio. Eso fue lo que se encontraron los policías en el último de los desmantelados, en una vivienda de la calle Aaiún. Una pareja había convertido ese pequeño piso en alquiler en todo un centro de producción de droga en el que había capacidad para el cultivo de 300 plantas por cosecha y en el que, el día del operativo, los investigadores descubrieron que había 25 kilos de cannabis en fase de secado.

Los dos jóvenes traficantes no vivían ni en el mismo barrio, sino que ellos tenían montada su base de operaciones (y su residencia) en otro piso de La Rondilla, que era donde ejecutaban las ventas. «En este tipo de casos, en el que asumen todo el proceso, es donde mayores beneficios se obtienen, aunque también tienen más riesgos, claro está», apuntan estas fuentes. Los dos detenidos el 11 de noviembre en la Operación Gloves ejecutaban ellos el cultivo de la marihuana y la venta al menudeo, lo que les daba un beneficio de unos 6.000 euros por cada kilo; más de 150.000 si hubieran comercializado todo lo que tenían secándose (y que sería algo más de medio millón en un año de 'trabajo'). Igual pasaba con el golpe a un clan de Las Viudas que había montado su laboratorio en un piso 'okupado' por ellos y en el que había 200 plantas de maría que, tras el secado, acabarían en una venta al menudeo de más de 15 kilos de droga (casi 100.000 euros).

«Este tipo de laboratorios no son muy sofisticados y los montan con unos 10.000 euros, por lo que ya en la primera cosecha obtienen sus primeros beneficios», especifican estas fuentes que aseveran que «todos están enganchados a la red eléctrica de forma ilegal, con un fraude anual que suele moverse entre ocho y nueve mil euros».

LA PRECIADA VARIEDAD 'SPUNK'

Si las cosechas se venden al kilo, el precio baja hasta los 1.500 euros, aunque también disminuyen los riesgos. Es lo que se cree que hacía el cultivador detenido en octubre en un local alquilado de la Cañada Real, donde el arrestado tenía 500 plantas con una instalación «más sofisticada» y, además, todas de la preciada variedad 'spunk', por la que el mercado negro de muchos países europeos llega a pagar «hasta cuatro veces más».