Y por si hay dudas, está escrito a la entrada bien grande: un bar con cocina. ¡Y vaya cocina! Porque David Miranda y Almudena Hernández se han esforzado porque Las Kubas, en plena calle Gamazo, sea eso, un bar con cocina, con sabor a tradición, con toques modernos y con una parrilla que ha entrado con fuerza en una zona de la ciudad donde apenas había oferta de tal.
Ambos abrieron Las Kubas hace apenas ocho meses, pero la historia del nombre y de sus fogones viene de atrás. De 2015 cuando se decidieron a dar el paso de ponerse por su cuenta con negocio propio. Y de mucho antes cuando David, que estaba en el sector de los medios de comunicación, decidió darle un giro completo a su vida. "Siempre he cocinado, me ha gustado. En mi casa también lo hacía mi padre y del grupo de amigos era el cocinillas. Vi que en mi anterior trabajo no evolucionaba y como me gustaba esto di el paso", recuerda ahora, dos décadas más tarde de irse al Casino de Castilla y León a realizar un Curso de Cocina con, entre otros, Rubén Alonso, luego chef de la Escuela Internacional de Cocina de Valladolid, como profesor. "Antes de acabar ya estaba trabajando en el Casino y en El Hidalgo. Y luego pasé por muchos locales, entre ellos El Ermitaño, en Benavente", hace memoria.
Con su mujer, Almudena, también vinculada al sector, se decidió a volver a agitar el árbol y montar su propio negocio. Y así nació Las Cubas (con c), en la calle Cervantes, en la zona de la Circular. "El anterior dueño del local nos pidió que recuperásemos ese nombre, ya que así se había llamado años atrás y lo habían cambiado, y lo hicimos", apunta sobre el porqué de aquella denominación.
Comenzaron, "con muchos miedos", como un bar de tapas: "Estábamos en un barrio y buscábamos ese concepto. Pero poco a poco, los propios clientes nos fueron transformando en un sitio de comer, cenar, de raciones...". La pandemia, la ausencia de terraza y otras circunstancias les llevaron a cambiarse de local y abrir en calle Gamazo, con nuevo nombre, Las Kubas (con k), y diferente concepto: "Queríamos una imagen nueva, porque el espacio es diferente, cuenta con terraza y la zona y el público creíamos que no iba a ser el mismo".
A pesar de ‘traerse’ muchos de los platos que les llevaron al éxito, han ido introduciendo un concepto que no se estilaba mucho en la zona, la parrilla: "Siempre tenemos 1-2 platos fuera de carta para ella. Nos parece muy divertida de trabajar y está teniendo mucho éxito". El calamar a la parrilla está siendo uno de sus buques insignia en este corta nueva etapa, con un peso de entre un kilogramo y kilo y medio, y 18,5 euros/kg; aunque mantienen algunos clásicos, como la carrillera o los callos. "Si los quito nos cierran el bar", bromea David. La hamburguesa de vaca vieja, con pan brioche personalizado con el nombre de Las Kubas, es otro de sus referentes de una carta amplia, apta a más del 90% para celiacos, y que cambiarán un poco en septiembre dando entrada a nuevas sugerencias.
Porque el bar tiene varios proyectos en mente para su local para 62 comensales en interior y unos 32 en la terraza. Uno de ellos es introducir un menú degustación en un futuro e incluso cenas musicalizadas, con actuaciones en directo.
"Nos gusta el concepto de compartir, aunque ahora con el covid cueste un poco más. Que la gente se siente y pueda probar varios platos", relatan desde Las Kubas, que abre de martes a sábado para comidas y cenas (de 10.30 a 16.00 y de 19.30 a cierre) y domingos mañana, desde las doce. "Con una ensalada y un calamar podría comer una pareja; pero tiene la opción de probar algunos platos más como rabas, zamburiñas, hamburguesas... bueno y toda la carta", se percibe la sonrisa de David mientras remata los platos del día.