El comercio reclama que se vuelvan a regular las rebajas

Óscar Fraile
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El sector alerta de que la liberalización que comenzó en 2013 ha hecho que su efectividad se diluya, aunque confía en que las ventas aumenten durante esta campaña para aliviar «un mal año»

El comercio reclama que se vuelvan a regularizar las rebajas - Foto: Jonathan Tajes

Antes de 2013 la llegada de las rebajas era una fecha marcada en rojo por los comerciantes y por muchas familias, que aprovechaban estos descuentos para renovar el armario o comprar algo para la casa, entre otras cosas. Hoy la situación ha cambiado radicalmente. La liberalización de horarios hace seis años ha mutilado ese efecto llamada hasta limitar la trascendencia de estas fechas. Un periodo que ya no existe como tal, porque cada comercio puede iniciar y acabar las rebajas cuando quiera. Y lo cierto es que cada año empiezan antes, en una carrera por adelantarse a la competencia que también ha contribuido a que los clientes, en cierto modo, se acostumbren a que siempre hay rebajas o promociones cuando salen a comprar.

Esta es una de las principales quejas de la Agrupación Vallisoletana del Comercio (Avadeco). «Las rebajas actualmente están totalmente desvirtuadas, el consumidor está desorientado y los comerciantes, perdidos», asegura el secretario general, Luis del Hoyo, quien también opina que «es urgente una nueva regulación». De hecho, la asociación ya está intentando dar pasos en este sentido a través de la Confederación Española de Comercio, de la que forma parte. «Estamos trabajando en esta línea, aunque el parón en las Cortes Generales hace que ahora todo esté ralentizado», añade. Del Hoyo incide en que la asociación está «esperando al nuevo Gobierno para retomar las negociaciones y poder avanzar».

Una situación muy similar a la de la Junta de Castilla y León, con la que Avadeco se muestra muy crítica. «No parece enterarse de la realidad del comercio y confiamos en que el nuevo equipo de Gobierno priorice nuestro sector», asegura.

La falta de unidad se ha hecho patente otra vez esta semana. Muchos comercios ya han colocado desde hace días el cartel de rebajas, pese a que el calendario ‘tradicional’ obligaría a esperar al 1 de julio o, como muy pronto, a este fin de semana. Es esta fecha, precisamente, la que aboga por recuperar Avadeco para el comienzo de las rebajas de verano, y el 7 de enero para las de invierno. Por su parte, tanto los negocios de Inditex como El Corte Inglés han decidido iniciarlas este viernes y mantenerlas hasta el 31 de agosto.

La Federación de Comercio y Servicios (Fecosva) va un poco más allá e incluso apunta la posibilidad de que esta «desnaturalización», que «van en contra de las propias rebajas», pueda provocar que desaparezcan. «De ahí el reclamo de la mayoría de los comerciantes de que se vuelva a la legislación anterior», dice la asociación en un comunicado.

Cabe preguntarse por qué los comerciantes ahondan en unas prácticas que, según las asociaciones que los representan, van en contra de la rentabilidad de las propias rebajas. Pero lo cierto es que conseguir unidad de acción cuando la legislación da completa libertad de actuación es muy complicado. Y más si se tiene en cuenta que las grandes superficies suelen ofrecer durante todo el año rebajas, promociones y descuentos difíciles de contrarrestar para el ‘pez pequeño’. Esta carrera por captar clientes crea una inercia que arrastra al comercio tradicional a imitar esta estrategia. «El comportamiento de las grandes superficies y marcas ha obligado a adelantar las rebajas, a costa de reducir su margen de beneficio», añade Fecosva, una asociación que reconoce que «las de verano representaban -en pasado- un método efectivo para que los comercios se libraran de los excedentes», pero añade que «la liberalización del calendario ha provocado que este propósito se haya desvirtuado».

Buena previsión. Pese a la pérdida progresiva de peso de las rebajas, los comerciantes confían en que la temporada de este año sea buena. Al menos, mejor que la de 2018. Tanto Avadeco como Fescosva cifran la previsión de aumento de ventas en un 2,5 por ciento. Bien es cierto que, de cumplirse, esta mejoría serviría para maquillar un año que no está siendo bueno. «En textil y calzado estamos en signo negativo, con un descenso próximo al dos por ciento, y el mes de abril fue especialmente malo, con una disminución de ventas de más del cinco por ciento», se queja Del Hoyo.

Por su parte, Fecosva ha realizado una encuesta entre los comerciantes de textil y calzado para comprobar que son «entusiastas y positivos» respecto a este incremento, aunque siempre con una buena dosis de prudencia. «Esperan vender lo que no han vendido en temporada», dice Fecosva, especialmente los primeros días de rebajas, que son «los de mayor fuerza».

Respecto a lo que resta de año, Avadeco confía en una recuperación del consumo, aunque reconoce que la actualización del salario mínimo aún no ha tenido ese efecto en las familias. «Resulta fundamental la estabilidad política y, ciertamente, la situación no ayuda», dice Del Hoyo, quien también asegura que «la recuperación de la construcción y la evolución de la venta de viviendas son importantes para los sectores relacionados con el hogar, y aquí también las perspectivas son positivas».

Los comerciantes. Adela Cabrito trabaja en la perfumería Ercilla y reconoce que «antes había más movimiento» en torno a las rebajas, y que esta temporada «está siendo penosa». También lamenta que el efecto llamada de estas promociones se haya perdido y que «no haya unidad» entre los comerciantes para iniciarlas y finalizarlas en la misma fecha. «Es complicado poner de acuerdo a todos y hay que tener en cuenta que las grandes superficies siempre tienen alguna promoción, y el pequeño comercio no puede mantener ese ritmo», opina. Este negocio sigue respetando las fechas tradicionales y ofrece hasta el 50 por ciento en complementos. Según Cabrito, hay otros factores, aparte de las fechas, que han contribuido a que el comercio tradicional pase por una situación más que delicada. «Que hayan sacado del centro muchos servicios ha sido una catástrofe, porque cuando la gente viene a hacer papeleos suele hacer alguna compra, se toma un café, se lleva el periódico, etcétera, pero el centro de la ciudad se está despoblando porque tampoco se favorece que la gente pueda vivir ahí», señala.

Francisco González es el propietario de la tienda Clarks, en Regalado, además de haberlo sido en los últimos años de otros comercios. También él es partidario de regular las rebajas y de limitar las promociones de las grandes superficies, «una cuestión que hace mucho más daño que las fechas». González considera que los clientes se han acostumbrado a comprar con descuentos «y les cuesta hacerlo cuando no hay promociones». También hace referencia a la dificultad que supone competir en Internet. «Es fácil decirle al pequeño comerciante que se tiene que poner las pilas, pero la realidad es que es casi imposible hacerse un hueco entre los grandes», concluye.