Reacción tardía

D.V.
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El Carramimbre CBC Valladolid, visiblemente cansado y sin chispa, sucumbió en la recta final después de un buen último periodo en el que a punto estuvo de certificar la remontada ante Melilla (70-76)

Reacción tardía

El Carramimbre CBCV cedió ayer ante Melilla y encadena tres tropiezos consecutivos. Los de Paco García sucumbieron (70-76) tras un mal partido en el que quedó patente la falta de energía que acusan las ardillas en un tramo de la temporada trascendental.

Contagiados por el frío ambiente de Pisuerga en la jornada intersemanal, Carramimbre y Melilla Baloncesto firmaron un mal inicio de partido, plagado de fallos y falto de tensión. A pesar de la baja intensidad defensiva en ambos lados de la cancha, ni locales ni visitantes consiguieron anotar y la igualdad se mantuvo durante diez minutos de baloncesto muy pobre (14-13). Mientras que los vallisoletanos no estuvieron finos desde la pintura y parecían ostensiblemente cansados, los de la Ciudad Autónoma tampoco rayaron a su nivel desde la larga distancia en una auténtica demostración de continuos errores.

Ni siquiera la segunda unidad, caracterizada por su velocidad y electricidad, consiguió aumentar las revoluciones de un CBC apagado y falto de chispa. Un parcial de 1-8 favorable a los melillenses (15-22) ratificó el mal partido que estaban firmando los de Paco García, quien se vio abocado a solicitar un tiempo muerto para revertir la situación. La arenga del vallisoletano funcionó parcialmente y el Carramimbre, de la mano de un Bradley Hayes (ocho puntos al descanso) con ganas de reivindicarse, subió una marcha y no permitió que los visitantes se escapasen a pesar de estar jugando con más ritmo y concentración. Las ardillas, sin embargo, cometieron muchas faltas y Melilla aumentó su ventaja en la recta final de la primera mitad.

Tras una primera parte horrible en todos los sentidos, la única noticia positiva radicaba en que las diferencias no eran insalvables ni mucho menos. La remontada, sin embargo, pasaba por subir el nivel de concentración y actitud. Paco García buscó soluciones y optó por un nuevo quinteto en el que solo repitieron Óscar Alvarado y Sergio de la Fuente, quien salió dispuesto a liderar la reacción con un buen inicio de segunda parte, pero el efecto fue demasiado efímero.

Y lo cierto es que los locales parecieron salir con otra cara, pero fue un mero espejismo. Un dos más uno de Sergio de la Fuente y otra canasta de Bradley Hayes redujeron las diferencias momentáneamente, pero de forma inmediata emergió Josep Franch para despegar a los suyos hasta su máxima diferencia (36-43). Los melillenses, aprovechando el desgaste carmesí, hicieron valer su superioridad en la zona para mantener tierra de por medio antes de afrontar los últimos diez minutos (50-59).

Aunque los visitantes seguían estando a tiro y la remontada no era impensable, las sensaciones que transmitía el Carramimbre CBCV no eran positivas ni mejoraron conforme se acercaba el final del encuentro. Sin embargo, cuando todavía restaban ocho minutos de partido, llegó el punto de inflexión que necesitaban los vallisoletanos: una técnica contra Paco García encendió los ánimos de la grada y, al fin, las ardillas se contagiaron para reaccionar de forma inmediata.

Un triple y tiro libre adicional de Mike Torres sirvió para bajar de la brecha psicológica de los diez puntos y obligar a Alejandro Alcoba a parar la inercia de la contienda con un tiempo muerto (60-68). El ritmo, ahora sí, era propicio para un Carramimbre que echó el resto a base de corazón. Y aunque el acierto no estuvo del lado de unas ardillas que fallaron en varias posesiones clave, a falta de tres minutos el partido se tensó hasta el alambre, pero volvió a salir cruz de nuevo. Por tercera jornada consecutiva, la recta final fue cruel para un Ciudad de Valladolid que volvió a tropezar (70-76).