470 nidos de rapaces para mermar las poblaciones de topillos

R. Gris
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La Consejería de Agricultura instala 470 cajas nido para lechuzas, cernícalos y mochuelos en Tierra de Campos y la comarca de Villalar de los Comuneros para controlar la población de topillo castellano

Rapaces que minan los topillos - Foto: Jonatan Tajes

Fue en el año 2009 cuando comenzaron en Castilla y León las experiencias relacionadas con la lucha contra el topillo campesino a través de su control biológico, mediante la potenciación de la presencia de algunos de sus depredadores naturales. En concreto, con la instalación en Villalar de los Comuneros de cien cajas nido diseñadas para su ocupación por cernícalo vulgar y lechuza común. Desde entonces, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) junto con el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) ha venido colaborando en continuar y ampliar aquella iniciativa.

Desde ese momento, prácticamente todos los años se ha continuado implantando nuevas cajas de estas dos especies y de mochuelo y en la actualidad, en la provincia de Valladolid, los trabajos relacionados con estrategias de control biológico se realizan considerando las zonas de Villalar de los Comuneros, Cuenca de Campos y Villalón de Campos. En total se han instalado ya 470 cajas nido para mantener a raya a la población de roedores. 

Las experiencias se orientan a facilitar refugios en forma de cajas nido orientados a la reproducción de las rapaces en las zonas agrícolas. La ubicación de los refugios es directamente en las proximidades de las parcelas de cultivo, de forma que las poblaciones autóctonas de depredadores naturales tiendan a focalizar su presencia, y en consecuencia su acción, en las zonas de riesgo directo. Constituye una medida fitosanitaria de acción permanente para la protección de los cultivos mediante el incremento de la presión sobre el topillo.

Concretamente, las cajas nido están diseñadas para albergar especies de pequeñas rapaces para las que el topillo campesino constituye la presa principal en su dieta. Hasta la? fecha se ha trabajado principalmente con dotación de estructuras favorables a la presencia de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y lechuza común (Tyto alba), habiéndose incluido recientemente cajas nido diseñadas para el mochuelo común (Athene noctua). También hay experiencias de dotación de cajas nido para cernícalo primilla (Falco naumanni), si bien en este caso están asociadas a silos y otras edificaciones en el entorno rural.

Uno delos puntos de interés en el trabajo con este tipo de rapaces depredadoras, es que su propia dinámica poblacional fluctúa en función de la disponibilidad de alimento. Constituyendo el topillo campesino la base de su dieta, su presencia en el territorio se adapta a los cambios en su abundancia, maximizando sus números y reproducción en las zonas donde encuentran refugios asociados a poblaciones de topillo, pero dispersándose a otras zonas, y por lo tanto minimizando la posible presión sobre otras presas alternativas, en periodos de bajas densidades de topillo.

Otro de los aspectos de interés es que se ha observado en las zonas de trabajo que la reproducción de estas rapaces depredadoras, siendo este periodo el que implica la máxima presión sobre el topillo, puede llegar a ser prácticamente continua en momentos de abundancia de topillo, pues si bien el cernícalo se suele ajustar más al periodo primaveral, en la lechuza común se han detectado diferentes fases reproductivas a lo largo de todo el año cuando se registran repuntes demográficos de topillo campesino.

Las especies depredadoras que han anidado en estas cajas nido se conjugan con el propio comportamiento del topillo campesino: el topillo es una especie polifásica que alterna periodos de permanencia dentro de las madrigueras con las salidas al exterior en búsqueda de alimento, siendo estas salidas breves pero relativamente frecuentes y teniendo lugar tanto durante el día como por la noche. El incluir en los estudios rapaces tanto diurnas, como el cernícalo, como nocturnas, como la lechuza, permite ejercer una presión depredadora en todos los momentos de actividad del topillo.

Fuentes de la Consejería de Agricultura aclararon que en la lucha contra los efectos adversos para la agricultura que produce esta especie, no existe ninguna medida que, por sí sola, sea capaz de atajar el problema, sino que deben considerarse una serie de medidas concebidas bajo una estrategia «racional» que conjugando sinergias, consigan «minimizar esos efectos».

Los agricultores

La Junta pretende que sean los propios agricultores los que instalen este tipo de cajas en sus tierras, teniendo en cuenta que se trata de un inversión muy rentable al resultar «muy económica», pues se utilizan materiales baratos y la construcción e instalación es sencilla. «La inversión de esta forma es interesante, puesto que las cajas permanecerán realizando su acción permanente durante muchos años con un bajo mantenimiento eventual». A través de la página http://plagas.itacyl.es, los agricultores interesados pueden encontrar información de apoyo para la lucha contra el topillo campesino, incluyendo fichas descriptivas para la fabricación e instalación de este tipo de cajas.

La fluctuación y adaptación de las poblaciones de estas rapaces a las abundancias de topillo campesino es el factor que influye finalmente en el grado de ocupación de las cajas nido, habiéndose observado puede ser superior al 90% en periodos de incrementos demográficos de topillo, con ocupaciones observadas de cernícalos, lechuzas, mochuelos y autillos. Por el contrario, en períodos de mínima abundancia de topillo, la presencia de parejas reproductoras llega también a sus mínimos, con valores entre el 5 y el 10%, si bien aumentan su territorialidad al verse reducidos los recursos tróficos y necesitar ampliar sus áreas de campeo, por lo que siguen provocando una presión equilibrada sobre las poblaciones remanentes de topillo.

La Junta realiza una evalucación «altamente positiva» de este programa en cuanto a los datos de ocupación y repercusión sobre las poblaciones de topillo campesino recogidas desde el inicio de los estudios hasta ahora, si bien es necesario seguir avanzando en la investigación al respecto.

A modo de ejemplo del interés suscitado, en la provincia de Valladolid, a través de diversas iniciativas se han colocado este tipo de estructuras, con mayor o menor intensidad, en localidades como Medina del Campo, Rueda, Nava del Rey, La Pedraja de Portillo, La Cistérniga, Piñel de Abajo, Cabezón de Pisuerga, Quintanilla de Arriba, Cubillas de Santa Marta, Valoria la Buena y Aguilar de Campos, y la Consejería está recibiendo en la actualidad nuevas propuestas de colaboración por parte de agricultores.