«Mis 115 días en la UCI ya solo me parecen un mal recuerdo»

A. G. Mozo
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Francisco Miguel fue el último paciente covid de la UCI del Clínico durante la primera ola. Estuvo allí 115 días en los que se llegó a temer seriamente por su vida, pero lo superó y hoy disfruta de cada minuto, sin alardes, aún muy débil, pero feliz

«Mis 115 días en la UCI ya solo me parecen un mal recuerdo» - Foto: Jonathan Tajes

Francisco Miguel es la viva imagen de la superación. Se contagió de covid-19 en los primeros días de la primera ola y se la pasó íntegramente en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. De los cuatro meses y medio que permaneció ingresado, 115 días fueron en una Unidad de Cuidados Intensivos que nunca se olvidará de este «luchador» de 66 años por cuya vida se temió «varias veces» y que terminó superando todas las vicisitudes que puso el SARS-CoV-2 en su camino hasta convertirse no solo en el paciente con coronavirus que más tiempo estuvo en la UCI del Clínico, sino también en el último (con covid) en abandonarla antes de que, solo unas semanas después, la segunda ola volviese a llevar infectados al área de intensivos, que hoy vuelve a estar a rebosar.

Este labrador jubilado, vecino de La Parrilla, no recuerda apenas nada de aquellos días en llegaron a ser más de cincuenta los pacientes con covid-19 hospitalizados en las diferentes zonas de críticos que se fueron habilitando en el HCUV. Es más dice que «aquellos días» ya le parecen solo «un mal recuerdo».

Uno durísimo que no pudo con él, pero que le ha dejado múltiples secuelas. «Va muy bien, pero estas cosas van despacio, porque pasó muchísimo tiempo en la UCI», tal como puntualiza su neumóloga, Sofía Jaurrieta. Ella es una de los profesionales que todavía siguen la evolución de Francisco Miguel, que tiene citas con cardiólogos y que aún continúa bajo supervisión de los fisioterapeutas para terminar de recuperar su movilidad. «Por las tardes, después de merendar, hago los ejercicios que me mandan los fisios para casa», explica a El Día de Valladolid.

Francisco Miguel en su cama de la UCI del Hospital Clínico de Valladolid.Francisco Miguel en su cama de la UCI del Hospital Clínico de Valladolid. - Foto: Equipo UCI HCUV«Todavía voy muy despacito en mi recuperación, pero voy bien. Yo ahora vivo muy tranquilo. Me levanto a las once, desayuno, me vuelvo a acostar un ratito o damos un paseo con mis hermanas, luego como, me echo la siesta, me vuelvo a levantar a merendar y después es cuando suelo hacer los ejercicios de rehabilitación. Luego me pongo en el sofá a ver la televisión para ver los partidos de fútbol que echan, que me gustan mucho», resume el parrillano.

FUTBOLERO

«Él es feliz en el sofá con su fútbol, porque la verdad es que es muy futbolero. Y tampoco se puede hacer mucho más», añade Lourdes, una de sus dos hermanas, con las que convive. «Antes se iba con la bici, al corral a cuidar a unas gallinas y a echar la partida, pero ahora no se puede. Bueno, es que la vida nos ha cambiado a todos y no se pude hacer mucho más». 

«Cuando salimos de paseo va de nuestro brazo o con una muletita porque él solo aún no puede bien. Está débil, pero va mejorando a su ritmo. Eso sí, de cabeza está el que mejor, se acuerda de los números de teléfono de todos, se maneja con su móvil...», detalla la hermana, quien reconoce que no reciben «muchas visitas» porque les da «miedo» que el coronavirus vuelva a entrar en casa, «con eso de los asintomáticos».

Saben bien de lo que hablan. Francisco Miguel se contagió en marzo y no han descubierto aún cómo. Lo que sí tienen claro es que sus síntomas empezaron un 16 de marzo y cuatro días después, «con 40 de fiebre», terminó ingresando en el Clínico; el 24 bajaba ya a la Unidad de Cuidados Intensivos para ser intubado y conectado a ventilación mecánica, que, en abril, al prolongarse su situación, obligó a efectuar una traqueotomía (de la que ya se ha recuperado por completo). Empezaba entonces una intensa carrera por la vida en la que hasta los propios médicos de la UCI les llegaron a decir a sus hermanas que «podía fallecer en cualquier momento» porque se hallaba «en fracaso multiorgánico», recuerda Paco Pérez, su médico durante los primeros dos meses y medio en la UCI.

COMPLICACIONES

Y es que aun con ventilación mecánica, él desarrolló diversas «complicaciones» durante su estancia  allí, como «arritmias, infecciones nosocomiales y lo que se denomina polineuropatía del paciente crítico...», detalla el doctor Pérez. El proceso para la retirada de la traqueotomía arranca el 25 de junio y en los primeros días de julio empiezan a asomarle a una ventana y a levantarle. Finalmente, el 15 de julio pasa a planta y un par de semanas después recibió el alta.