El coronavirus también deja secuelas en infectados leves

A. G. Mozo
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Síntomas como disnea, taquicardia, astenia y debilidad se perpetúan en la «inmensa mayoría» de los casos graves y en uno de cada cuatro de los hospitalizados, pero los neumólogos del Clínico también las han visto entre contagiados que ni ingresaron

Hospital Clínico de Valladolid. - Foto: D.V.

El coronavirus acumula ya más de 28.000 contagiados en Valladolid. De ellos, más de 4.000 tuvieron que pasar por un hospital para superar una enfermedad que, en algunos casos, no se termina de superar cuando se finaliza el ingreso. Las secuelas varían en función de la gravedad con que el SARS-CoV-2 cursó en el paciente. No es lo mismo el rastro que deja la infección en alguien que necesitó ser intubado en una UCI, que uno que solo estuvo hospitalizado en planta.

Las secuelas físicas, en el caso de los que estuvieron en críticos, afectan a la «inmensa mayoría» de los pacientes, mientras que en el segundo se estima una afección a «uno de cada cuatro» contagiados. Las principales son «disnea, astenia, palpitaciones por taquicardias, sensación de debilidad...» que se agravan hasta «las neurológicas y musculares en el caso de los que pasaron por una unidad de críticos» y que, «probablemente, algunos de ellos no podrán recuperar el 100%»,  tal como advierte Sofía Jaurrieta, neumóloga, quien admite que «la gran duda es saber si estas secuelas serán permanentes o se podrán superar en el futuro».

Porque el virus deja cuadros que antes apenas se veían: «Hacemos pruebas de capacidad pulmonar que dan resultados normales, pero el paciente refiere una sensación de falta de aire. Antes lo encontrabas únicamente en una ínfima parte de los pacientes», confiesa la doctora Jaurrieta, neumóloga del Clínico.

«Los pacientes con patologías respiratorias crónicas sufren una afectación pulmonar mayor y ahí esa sensación de falta de aire se ha acentuado más», puntualiza esta especialista, quien detalla que, en esos casos, las pruebas evidencian «una afectación que, posiblemente, no se vaya a recuperar».

Pero los problemas también se encuentran ahora en aquellos que no tenían patologías previas y que terminaron hospitalizados: «Hay pacientes que solo fueron tratados en planta, sin la especial gravedad de los que llegaron a la UCI, y que ahora, al atenderles en consulta, vemos que tienen unas secuelas, que tanto el aparato respiratorio como el circulatorio trabajan de una forma distinta a como deberían». Incluso los neumólogos también están descubriendo secuelas en contagiados durante la primera ola, en los aparentes casos leves que no ingresaron por la saturación del sistema.

AL DEJAR LA UCI

En todo caso, las secuelas más graves aparecen en infectados que estuvieron en UCI: «No solo sufren secuelas de tipo respiratorio o cardiológico, sino que hablamos de gente que salía de allí sin poder caminar», señala la doctora Sofía Jaurrieta, quien destaca que «la falta de movilidad es también una secuela y una muy importante, porque eras personas autónomas que dejaban de serlo».

En este sentido, también apunta la «carga psicológica» que supone tanto para el paciente como para la familia. «Cuando subían de la UCI a planta, no alcanzaban a entender todo lo que les había pasado y era muy complicado todo». También en el trasvase de información, que se hacía por teléfono, cuando las visitas no estaban permitidas en el hospital: «Cuesta mucho transmitir que la persona que conocían antes posiblemente no vaya a ser la que vaya a casa», recuerda Jaurrieta.

Jaurrieta dice que aún es pronto para conocer qué secuelas deja en esta segunda ola, pero lo que sí se va apreciando es que mientras «al principio casi todos los pacientes eran más mayores», ahora vuelve a llegar gente joven y sin patologías anteriores». Eso sí, la experiencia adquirida en la primera ola les está valiendo para «llegar un poquito antes al desarrollo de la parte más grave de la enfermedad»: «Ahora detectamos antes cuando hay una persona que está empeorando, lo que nos permite estar más atento para que, a la mínima, tomemos las medidas necesarias para evita que empeore o ya que nos pongamos en contacto con los compañeros de críticos».