La tiradora del Valladolid Club de Esgrima Begoña Garrido ya ha vuelto a los entrenamientos preparando la vuelta a la competición de la esgrima adaptada. Desde el final del confinamiento y con la apertura del Centro de Alto Rendimiento Río Esgueva, es una de la deportistas habituales en el CEAR. Mientras Dora Kiskapusi es otra de los D.A.N. que poco a poco empezará a arrancar su preparación en la sala.

Como el resto de deportistas, con el confinamiento, Garrido centró su preparación en casa en el trabajo físico, así como con la espada ella sola, contra un plastrón improvisado hecho con una chaqueta de esgrima y una saca. 

En la vuelta a Río Esgueva, los primeros días, cumpliendo todas las medidas de protección impuestas por la instalación, pudo ampliar y mejorar su trabajo desde la silla de ruedas o con los elementos de entrenamiento de la sala de esgrima. Supervisada en todo momento por el seleccionador nacional, Carlos Soler, y por su entrenador, Xose Piñeiro, comenzó de nuevo a pulir sus sensaciones, intentando recuperar la normalidad que la permita volver de nuevo a la senda de Tokio 2021. 

No hay que olvidar que en el momento del comienzo del estado de alarma y la suspensión de las últimas competiciones internacionales, Begoña estaba clasificada para los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020. Ese aplazamiento y las nuevas competiciones para la temporada que viene, le obligarán de nuevo a recuperar su empeño de viajar a su primera Paralimpiada. 

En España, es la única competidora en la esgrima adaptada, lo que la obliga a competir contra hombres. A pesar de todo, Begoña es una asidua del podio y pretende aumentar sus prestaciones para ser lo más competitiva posible. 

El verano se presenta intenso para ella, ya que deberá seguir con sus entrenamientos en solitario hasta poder entrenar con Piñeiro o viajar hasta Málaga para trabajar con Soler. Las primeras competiciones de Copa del Mundo deberán refrendar su gran mejoría física y sus progresos sobre la silla de ruedas.