Valladolid fija su zona de bajas emisiones en los límites de la conocida como almendra central, como adelantó El Día de Valladolid. Este espacio está limitado por el paseo de Isabel la Católica, San Quirce, la Avenida de Santa Teresa, la calle Ramón y Cajal, Colón, Labradores, Miguel Íscar y Doctrinos. Es una referencia que el Ayuntamiento utiliza desde 2017 y que usa el plan anticontaminación para los cortes por situaciones de alerta que, según reiteró la concejala de Medio Ambiente, no se ha aplicado porque la calidad del aire "ha mejorado". 

El alcalde, Óscar Puente, y la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, detallaron hoy que el futuro plan de calidad del aire delimita esa zona de aplicación de restricciones de movilidad para los vehículos privados. Así, desde enero del próximo año se pedirá a los conductores sin etiqueta ambiental que no accedan a este área. Esto afecta al 30% de los vehículos censados en la capital, de los que hay que excluir a los residentes y a los beneficiados por las excepciones (entrada libre para residentes, Policía, Bomberos , Protección Civil, Auvasa, limpieza y recogida de residuos , otros autobuses, urgencias vía pública (agua, luz, internet..), servicios funerarios, vehículos Sacyl, grúas de rescate de vehículos, visitantes empadronados, hoteles, urgencias/consulta médica, talleres, mudanzas.). "Estos coches generan el 50% de la contaminación", detalló Sánchez, al referirse a los más de 27.500 que en estos momentos todavía no tienen su distintivo, y pueden llegar a contaminar diez veces más que los de calificación medioambiental más baja.

MULTAS A FINALES DE 2023

Aunque las sanciones no llegarán hasta finales de 2023, cuando está instalado el sistema de cámaras de vigilancia en los 14 accesos a la zona delimitada y esté aprobada la ordenanza que fije las sanciones. 

El calendario de restricciones de tráfico se endurecerá en 2025, cuando se cierre el acceso a los vehículos con etiqueta B, y ya en enero de 2030 sólo podrán circular los de etiqueta eco por la zona centro.

DEBATE

El nuevo plan de calidad del aire, que se aprobará definitivamente a finales de año, se someterá a dos meses de exposición pública para generar debate ciudadano. En este sentido, el alcalde y la edil apuntaron que no significará mucho cambio para la capital porque ya se había "avanzado" mucho en este terreno con actuaciones con la VA-10 para el transporte público o las nuevas áreas estanciales. Eso sí, apuntaron que las medidas contempladas en el plan, además de las restricciones de tráfico, "cambiarán el rumbo de la ciudad". En esa línea avanzaron actuaciones de eficiencia energética, con la autogeneración de electricidad, y de descarbonización de edificios.